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Vuelve el fútbol bochornoso que tanto extrañamos

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Central. Fue el último campeón de la Copa de la Liga. | fotobaires

¡La semana que viene vuelve el fútbol! Otra vez con el formato de la Copa de la Liga, cuyo último campeón fue Rosario Central. El hecho de que se jueguen partidos mano a mano de cuartos, semis y final abre, tal vez, el camino para equipos que en un campeonato largo tendrían menos chance de salir campeones. Esta Copa además viene apretadita, con muchas fechas entre semana, para terminar a tiempo para la Copa América, el torneo estrella del año, en Estados Unidos. ¿No están ustedes un poco podridos de que la FIFA y la Conmebol se la pasen organizando copas en países poco o nada futboleros? (Qatar, Estados Unidos, el Mundial que viene en México –país sí futbolero– más otra vez Estados Unidos y… ¡Canadá! Y el siguiente Mundial probablemente en Arabia Saudita, que además, aunque la llamen “monarquía”, “petromonarquía” o como sea, es en verdad una dictadura). La guita manda, como decía mi abuela Clara.

Volviendo a la Copa de la Liga, River-Argentinos me parece el partido más interesante de la primera fecha, y de la segunda Vélez-Independiente, que, si es una linda noche y raramente no llueve, pienso ir a verlo. Creo que Ávalos, reciente incorporación del Rojo, puede ser una de las figuras del campeonato. Me parece una muy buena compra. Hay que prestarle atención a Independiente, se armó bien y Tevez pinta para llegar a ser buen técnico. River y Boca son enigmas. A Zenón, que viene a Boca de Unión, lo tengo poco visto. Si tuviera que elegir mi esquema favorito es 4-3-1-2, pero para eso hay que jugar con enganche, con un enganche de calidad. ¿Lo tiene Boca? El otro día Bullaude hizo el gol llegando vacío al área, como hacía mucho que no pasaba en Boca. Pero no estoy seguro de que sea Bullaude el enganche. Habrá que ver si es Zenón. O si finalmente juega con un 4-4-2 mentiroso, con uno de los del medio soltándose un poco como media punta. Si River tuviese buena parte de la prensa pagada para criticarlo, como ocurre con el Boca de Riquelme, se hablaría de un equipo en crisis: un técnico peleado con el jugador emblema, que se fue a Estudiantes, distanciado también de los principales referentes, un equipo que en el segundo semestre no funcionó y que perdió todos los mano a mano, de la menor Copa Argentina a la mayor Copa Libertadores. Se sabía que reemplazar a Gallardo, fuera quien fuera el técnico, iba a ser difícil. Pero River tiene un plantel muy bueno, siempre es candidato pese a sus problemas internos. El 11 de febrero juega contra Riestra, partido de los más raros en una Primera División de los últimos años.

Para matar el tiempo sin fútbol local, en el verano vi mucho fútbol europeo, en especial inglés. Vi grandes partidos, por momentos parece que jugaran a otro juego, a otro ritmo, con otras tácticas, con grandes goles y con un marco –césped, estadios, iluminación– hermoso. No cabe duda de que es así. Y a la inversa, muchas, muchas veces el fútbol argentino me parece bochornoso, tanto los partidos como la organización de la AFA, que es de un nivel de improvisación sin igual. Y sin embargo, lo extrañé. Extrañé el fútbol argentino. Por suerte ya vuelve.

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