Fuentes en Nación y Provincia coinciden con que se habían limado asperezas entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador Juan Schiaretti hasta la irrupción del coronavirus en nuestro país. Gestos, guiños y un diálogo en tres niveles (de gestión, institucional y político) habían empezado a acercar las partes con diálogos fluidos en las segundas y terceras líneas de ambos gobiernos.
“Hasta el coronavirus, te diría que la relación estaba empezando a transitar un buen momento”, señaló a PERFIL CORDOBA un conocedor del ida y vuelta entre el presidente y el gobernador, desde mucho tiempo antes de la prescindencia schiarettista del 2019.
En el Frente de Todos sostienen que en los institucional se había avanzado con buen diálogo legislativo a nivel nacional, incluso en el último tramo del gobierno de Mauricio Macri con la elección de los consejeros para el Consejo de la Magistratura; que eso después se trasladó a la gestión y que el último capítulo en el que se estaba empezando a trabajar era en lo político. Con la discusión central por la interna partidaria.
Desde comienzos del convulsionado 2020 hasta el desembarco de la pandemia, la reconstrucción se estaba produciendo en términos de gestión, con programas nacionales que empezaban a hacer pie en Córdoba como no había ocurrido en la última etapa del kirchnerismo (2008-2015). “Quizá el último antecedente así sea durante el gobierno de (Néstor) Kirchner, porque después se rompió todo”, coinciden dos fuentes provinciales que recuerdan las tensiones con Cristina Kirchner.
Y este fundamento lo encuentran en la primera foto del año, entre Schiaretti y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, en Casa Rosada. “A partir de ahí, bajaron a Córdoba: (Daniel) Arroyo con Desarrollo Social en la reunión que Schiaretti sentó en el escenario, entre otros, a (Gabriela) Estévez, por ejemplo; Ginés (González García) con el abrazo cálido de ambos; (Matías) Lammens (Turismo) y (Juan) Cabandié (Ambiente)”, repasan en el FdT.
Agregando al repaso un dato que en una porción del oficialismo nacional es central: “supongamos que Schiaretti a Arroyo le dio un lugar central porque viene del lado de (Sergio) Massa, que a Ginés lo asocia al PJ tradicional, pero Cabandié es distinto” dicen del hombre que recibió a Alberto F. en la reunión de reconciliación con Cristina Kirchner.
“El trato de Schiaretti con Cabandié es una foto de la que en Buenos Aires tomaron nota y recibieron con agrado”, dicen los que dividen agenda entre Capital Federal y Córdoba.
A lo institucional y la gestión, se le estaban por agregar los gestos de la política. Que ya se habían comenzado a notar con el envío de los congresales y que se habían empezado a definir en la última reunión que hubo por la interna en Córdoba, uno de los primeros lunes de marzo.
Las principales espadas del schiarettismo duro le habían llevado una propuesta y ese borrador ya estaba en los despachos de los Fernández-Fernández hasta que el COVID-19 frenó todo.
La lapicera seguirá en poder de Schiaretti. Nadie duda que una vez que esto termine, empezarán las discusiones por las Legislativas 2021. Ningún dirigente de la política nacional lo admite públicamente, pero empezaron los cruces de llamados y encuestas.
En el PJ provincial reconocen los relevamientos que le dan un aumento en la imagen positiva a Fernández; y como devolución, desde Balcarce 50 reconocen que “por un buen tiempo más, en Córdoba la lapicera la seguirá teniendo Schiaretti”.
No obstante, la etapa de construcción de confianza mutua en la que se entró incluye la demanda provincial por la deuda en dólares y la Caja de Jubilaciones. “Hay una necesidad mutua y Schiaretti, cuando esto termine, tendrá que pensar en la contención de todos”, reconoció un intendente en off y expectante por el reparto de los ATN que anunciaron desde Nación.
Con el jefe comunal coinciden otras fuentes del peronismo que aseguran que los planes más allá del 2021 serán con un PJ unido. Tanto a nivel nacional como provincial.
ATN que pueden empoderar. En la Provincia sostienen que hay reclamos que seguirán en el marco de lo institucional. Aunque ahora se sumó el pedido de otros gobernadores a Schiaretti para que se convierta en el interlocutor de los mandatarios provinciales en reclamos que no incluyen solo los aportes del tesoro nacional que pisa Alberto F. sino también los insumos para controlar la pandemia en el interior.
“Hay gobernadores que creen que él puede encabezar ese reclamo: es del mismo partido, gestiona provincia grande y hasta ahora no demostró dependencia de fondos nacionales. Hasta ahora”, recalcó el peronista cordobés.
Los gestos están, el diálogo sigue en el marco de la pandemia. Pero esto no quiere decir que se hayan acercado tanto como para la foto por la que algunos insisten. Eso, parece que deberá esperar.
La mesa del coronavirus provincial entró en otra fase
La semana pasada este diario contó cómo se había armado la mesa del coronavirus del gobernador Juan Schiaretti. En esa primera reunión no estuvo el ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei, quien entrará en esta etapa para aplacar una de las grandes preocupaciones en los despachos provinciales: la contención en los barrios.
Hay imágenes del conurbano bonaerense que no quieren que se produzcan en Córdoba, por eso esta fase también lo tiene al ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera con los controles aéreos y terrestres. “En los barrios carenciados, los controles serán perimetrales”, reconocen en el oficialismo.
En el Municipio, en tanto, además de replicar los lineamientos de sanidad en nosocomios como el Hospital Infantil bajo la órbita de Daniel Passerini y del secretario de Salud, Ariel Aleksandroff; se armarán centros de contención para las personas en situación de calle a cargo de Raúl La Cava, secretario de Políticas Sociales.
