La doble jornada de campaña de Alberto Fernández en Córdoba cerró con saldo a favor a diferencia de lo que había ocurrido diez días atrás. El hecho de dividir la agenda, concentrando primero todo en el kirchnerismo duro -con encuentro, reuniones, fotos y actos con los candidatos a diputados nacionales del Frente de Todos-; y el viernes abriendo la agenda a sectores del PJ no K tuvo sus frutos.
Sobre todo por lo que ocurrió el viernes por la noche en Villa Carlos Paz donde convocados por el senador Carlos Caserio arribaron al Teatro Luxor más de un centenar de intendentes y jefes comunales cordobeses, acompañados por distintos dirigentes del peronismo y militancia que colmó el teatro en Punilla. En su mayoría fueron referentes alineados al delasotismo los que llegaron al acto organizado por Caserio que tuvo, además de la palabra del senador, la de su hija y legisladora provincial, Mariana; la de Tania Kyshakevych, también integrante de la bancada oficialista en la Unicameral; y la del propio Fernández que cerró el acto.
Quiénes dijeron presente. Dentro de los casi 120 intendentes que estuvieron en Carlos Paz el viernes por la noche se destacaron Rodrigo Rufeil, actual intendente de La Calera y legislador provincial electo a partir de diciembre; y Martín Gill, primer mandatario en Villa María, reelecto hace un par de semanas y de buena sintonía con El Panal.
El objetivo de la organización fue concentrar el respaldo de dirigentes del interior que militen la boleta corta que impulsa el oficialismo provincial, pero que al mismo tiempo harán una apuesta fuerte por la fórmula que lleva a Fernández junto a la expresidenta Cristina Kirchner. Sin embargo, la convocatoria, tanto por el número como así también por los nombres que estaban en la noche carlospacense, fueron objeto de consulta de distintos funcionarios en el Centro Cívico.
“’El Gringo’ sabía que esto se iba a hacer, estaba al tanto. Pero quiere saber hasta qué punto pueden tensar la cuerda y cuán en riesgo puede estar la boleta corta si camina la candidatura de Alberto”, reflexionó un dirigente del interior que estuvo en Carlos Paz.
También están los que entienden que esta es una forma de apostar a las dos canastas ante de las Paso, pero sin descuidar la lista con los diputados schiarettistas que necesita llegar a casi 20 puntos para conservar las dos bancas obtenidas en 2015.
En tanto, además de la presencia de intendentes, también el acto contó con la participación de legisladores provinciales. A Caserio y Kyshavecyh se les sumaron los delasotistas Walter Saieg -en la lista de Hacemos por Córdoba figura su rival interno en Alta Gracia, el intendente Facundo Torres- y Marcos Farina; José Escamilla y Fernando Salvi, parlamentarios que responden a Eduardo Accastello; la legisladora y sindicalista, Ilda Bustos; el referente del Movimiento Evita, Ricardo Vissani (Alberto F. llegó nuevamente con Fernando ‘el Chino’ Navarro) y la riocuartense Adriana Oviedo.
De la presencia parlamentaria, a varios les llamó la atención la presencia de Adolfo Somoza, actual legislador del interbloque Cambiemos y hombre del Frente Cívico en Carlos Paz.
Saldo a favor para Fernández. Aquellos que conocen la idiosincrasia de la ciudad serrana, que incluso la definen históricamente opositora al peronismo, concluyeron que fue un muy buen acto para las expectativas de Fernández y los organizadores.
Carlos Paz fue uno de los distritos que más votos le dio a Mauricio Macri en 2015 a nivel nacional y ahora centró la convocatoria de los dirigentes del interior que empezaron a jugar su propio partido del corte de boleta: el respaldo a los Fernández a nivel nacional y de Schiaretti en la provincia.
Sin embargo, el saldo positivo para Fernández en la provincia más adversa para el kirchnerismo contó también por la recorrida en Villa María el viernes junto a Gill; y lo que había sucedido un día antes en la capital cordobesa con la agenda compartida con los candidatos del tramo que encabeza Eduardo Fernández e incluye a Gabriela Estévez, Pablo Chacón, Mirta Iriondo y Franco Saillén.
El peronismo cordobés también vio con buenos ojos la llegada acompañado por Sergio Massa, el tigrense de buena relación con el PJ local a partir de su acercamiento al exgobernador José Manuel de la Sota, y un dirigente que no genera el rechazo que en algunos ámbitos cordobeses tiene la expresidenta Cristina Kirchner.
La discusión en Cadena 3
El otro hecho que dejó el segundo paso en campaña de Alberto Fernández por Córdoba fue la entrevista que el viernes por la mañana brindó en Cadena 3 junto a Mario Pereyra y Miguel Clariá en La Mesa de Café.
La nota se comenzó a tensar a partir de la intervención de Pereyra y los cruces con el candidato por compartir espacio con exfuncionarios que están procesados y detenidos, momento en el cual Fernández cruzó al conductor calificándolo de opositor. El clima tenso fue lo más comentado el viernes e incluso llegó a convertirse en tendencia en redes sociales y derivó en un estudio de la consultora Reputación Digital.
De acuerdo con el informe, hubo un 53% de percepción negativa de Fernández en la discusión, contra un 46% que lo valoró de manera positiva al candidato en la discusión. Mientras que la relación en el caso de Pereyra fue 66% de negativa contra un 34% de positiva.
En el apartado de las percepciones negativas, los encuestados calificaron a Fernández como soberbio, mientras que estuvieron aquellos en contra de Pereyra que lo tildaron de poco profesional, subjetivo y de haber perdido el control de la entrevista.