La plataforma Zoom, el “chiche nuevo” de estos tiempos de cuarentena, se transformó el martes pasado en la sede del festejo de los 25 años de la obtención de la Copa Mundial de Fútbol Sub 20 en Qatar. En ese escenario virtual, impuesto por la pandemia de coronavirus, el entrenador José Pekerman y los integrantes del juvenil argentino de 1995 se reunieron para repasar anécdotas y compartir vivencias durante tres horas.
“Más pelados, más gordos y más viejos, pero estuvimos todos”, cuenta Andrés Miguel Garrone, el exdelantero nacido en Leones que ostenta la “chapa” de primer cordobés en ganar un torneo de la Fifa para seleccionados de menores.
El 28 de abril se cumplieron las “Bodas de Plata” del triunfo 2-0 ante Brasil en Doha, casi un hecho fundacional. “Fue el inicio de una era que le aportó muchísimo al fútbol de nuestro país”, señala Garrone, quien el 13 de mayo cumplirá 44 años.
Orgullo y compromiso
“Jugar un Mundial con la camiseta de tu país es algo soñado. Un orgullo y un compromiso”, sostiene Garrone, que llegó al Sub 20 precedido por su fama de goleador en Rosario Central. “Era un proyecto nuevo y un momento complicado para el fútbol argentino, por el antecedente de la descalificación en juveniles y por lo que había pasado con (Diego) Maradona en el Mundial `94”, destaca el actual ayudante de campo y DT de inferiores del Club Leones, “el Triguero”, donde debutó en primera con 15 años.
“Nuestra expectativa era hacer un buen Mundial, pero éramos desconocidos. Cuando viajamos a Qatar no había nadie en Ezeiza”, apunta Garrone. El cordobés era uno de los pocos que ya había sumado minutos en primera con su equipo. La presentación había sido el 2 de noviembre de 1994: en el Chateau, ante Talleres (0-1) y con Pedro Marchetta como DT.
Un gol decisivo
Garrone recuerda como “una alegría enorme” el 1-0 frente a Holanda en su debut mundialista. “Tuve la suerte de jugar los últimos 10 minutos y convertir”, enfatiza. Aquel aporte resultaría clave para la suerte del seleccionado albiceleste, ya que con los otros resultados de la primera ronda (0-1 ante Portugal y 4-2 ante Honduras) un empate ante los holandeses hubiera representado la eliminación.
“Cuando terminó la fase inicial hubo una reunión clave. Fue allí donde nos dijimos que podíamos”, rememora. La posterior victoria ante Camerún (2-0) pondría a Argentina frente a frente con España, uno de los candidatos, en semifinales. “Ellos tenían un plantel de estrellas, con Raúl, Morientes, De la Peña y Salgado. José hizo un planteo inteligente, de presionar y no dejar jugar, y salió bien. Ganamos 3-0”, puntualiza.
La consagración llegaría ante Brasil, en la revancha de la final del Sudamericano de Bolivia. “Era un partido muy esperado, porque aún estaba fresca aquella derrota. Jugamos muy bien, ganamos 2-0 y fue una gran emoción”, apunta. “Ese título marcó un antes y un después. ¡Y pensar que José había firmado contrato por un año!”, añade.
El día después
Garrone cuenta que nunca logró consolidarse en Rosario Central. Que hizo una mala pretemporada con el técnico Ángel Zof (“Me quebré una muñeca y me lesioné la rodilla”) y que luego desoyó la sugerencia de Miguel Russo de quedarse a pelear un puesto. “Yo quería jugar y surgió la chance de Los Andes, pero allí estaban ’Miliki’ Jiménez y Czornomaz, que hicieron un montón de goles. Con el diario del lunes digo que me equivoqué, pero necesitaba jugar”, señala. Luego tuvo pasos fugaces por Central Córdoba de Rosario y El Porvenir.
Deportes Quindío de Colombia y FC Maia de Portugal fueron las escalas previas a una larga estadía de 11 años en el ascenso italiano, primero a prueba en Pescara de la Serie B y luego en otros siete clubes (Matera, Sapri Calcio, Cosenza, Rodengo Saiano, Darfo Boario, Aurora Seriate y Orsa Corte Franca). “Recién a los 25 años encontré la continuidad que tanto buscaba. Eran equipos semiprofesionales pero pagaban bien. Allá jugué hasta 2012. Dejé por las lesiones. Me quedó la espina de no haber jugado más en Leones”, comenta Garrone.
“Hace tres años que trabajo en una fábrica de calzados de seguridad y estoy dando una mano en el club. Me siento bien, pero no sé si me quiero dedicar de lleno a la dirección técnica. A mis dirigidos trato de inculcarles el buen juego, el compromiso y seriedad, los valores que me enseñó Pekerman y que me ayudaron a crecer como futbolista y como persona”, concluye.
Pibes de oro
Además de Andrés Garrone, campeón en Qatar 1995, otros siete futbolistas cordobeses se consagraron campeones mundiales Sub 20 con Argentina: Walter Samuel y Pablo Aimar (Malasia 1997); Nicolás Burdisso, Fabricio Coloccini, Mauro Rosales y Diego Colotto (Argentina 2001); y Pablo Piatti (Canadá 2007). No hubo jugadores de nuestra provincia en los planteles de Japón 1979, que tuvo como máxima figura a Diego Maradona, y Holanda 2005, donde sobresalió Lionel Messi. Hugo Tocalli, nacido en Monte Buey, fue ayudante de campo en 1995, 1997 y 2001, y entrenador en 2007.