En un partido sin defensas, Boca manejó mejor los ataques. Por eso se quedó con el festejo en el Kempes, y con la clasificación a las semifinales de la Copa de la Liga. También, porque gestionó con más eficacia los diferentes momentos del primer superclásico oficial en un estadio cordobés, que empezó favorable a River por el tempranero gol de Miguel Borja.
El Xeneize mostró templanza en los momentos de zozobra, practicidad para ‘recalcular’ cuando el GPS táctico le señaló la conveniencia de jugar más lejos de su arco y no dejar tantos espacios en el mediocampo, e inteligencia para terminar superando en lo futbolístico y en lo anímico a un rival que se quedó sin respuestas luego de un gol anulado por el VAR.
Ante un marco imponente, con 55 mil personas en las tribunas, el histórico encuentro no defraudó las expectativas. Arrancó intenso, con el equipo azul y oro llevando la iniciativa, pero ofreciendo flancos para un contragolpe que no tardaría en llegar.
En la primera réplica, el Millonario logró poner a Echeverri, Borja y Colirio mano a mano contra Lema y Rojo, y aprovechó los espacios disponibles, y la tardía respuesta de la dupla de zagueros centrales ante una muy buena conducción de ‘el Diablito’, para conseguir la ventaja cuando apenas se jugaban nueve minutos.
Boca enfrentará a Estudiantes de La Plata en una de las semifinales. El otro cruce del próximo fin de semana será Argentinos Juniors-Vélez Sarfield.
La frágil imagen defensiva del elenco boquense pareció presagiar un aluvión del equipo de Núñez, que a partir del gol hizo valer el ‘mejor pie’ de sus volantes, con ‘Nacho’ Fernández como abanderado, y buscó con determinación el área custodiada por ‘Chiquito’ Romero, para aprovechar el envión del 1-0.
Eso no duró demasiado. Como tantas otras veces, quizá alentados por el resultado de aquel primer avance a fondo, los dirigidos por Martín Demichelis eligieron ceder la iniciativa y apostar por la espera.
Fue entonces que empezaron a predominar los otros Fernández, ‘Equi’ y ‘Pol’, en el sector neurálgico del terreno de juego. Sin demasiada brillantez, pero con decisión y pierna fuerte, Boca empezó a equilibrar el juego, mientras se repetía dándole la pelota a Advíncula y esperaba que se ‘enchufara’ Zenón, el jugador más apto para el desequilibrio.
HECHO UN DEMONIO. 'El Diablito' Echeverri fue el jugador más desequilibrante de River. Demichelis lo reemplazó en el complemento, cuando el partido todavía estaba 1-1. /// FOTO: PRENSA RIVER
Fue precisamente el ex Unión de Santa Fe, con una buena ejecución de tiro libre, quien puso el primer llamado de atención para Franco Armani, quien no daba para sustos en cada pelota que volaba alto cerca de sus dominios.
De la enésima incursión ofensiva del lateral peruano llegó el tanto del empate boquense, cuando faltaba ‘nada’ para que el árbitro Yael Falcón Pérez (demasiado ‘tarjetero’, poca conducción en un partido que se fue haciendo cada vez más friccionado) mandara a los jugadores al descanso.
¡U-RU-GUA-YO¡ El hit eN la tribuna de Boca en el Kempes. Aplicó para Cavani y para Merentiel, los dos 'charrúas' que hicieron los goles xeneizes. /// FOTO: PRENSA BOCA
River se quedó en el VAR
El segundo tiempo arrancó con menos intensidad y más roces, y tuvo una secuencia clave a los 6 minutos, cuando Romero manoteó una pelota que venía ‘envenenada’ y el referí señaló el centro del campo de juego. Después de una larga deliberación por el intercomunicador, Falcón Pérez dio marcha atrás en la decisión y señaló que la cosa seguía en pardas.
Ahí se tildó River. Se quedó sin señal, y Demichelis, lejos de reparar el desperfecto, complicó las cosas aún más. Sacrificó a ‘Nacho’ Fernández y a Echeverri (el jugador más desequilibrante de su equipo) para reordenar la estrategia de tres cuartos de cancha hacia adelante, y no le salió bien.
Los ingresos de Lanzini y Barco no aportaron el refresh ofensivo que se buscaba, y para colmo Herrera se equivocó feo en defensa y Zenón y Cavani no fallaron en la secuencia de la asistencia y la conversión.
El primer superclásico oficial en Córdoba, con 55 mil espectadores en las tribunas, dejó alrededor de tres millones de dólares en boleterías.
River acusó el impacto pero siguió sin mostrar una reacción futbolística. Cuatro minutos más tarde, Merentiel anotó su propio doblete y prácticamente liquidó el pelito, cuando al partido todavía le quedaba media hora. Dos goles abajo, el Millonario fue puro nervios, ir para adelante sin mucho más que la vergüenza y el amor propio, jugar a lo que peor le sale.
Ese último gesto, instintivo, le alcanzó para acorralar a Boca en los últimos minutos y sumarle una cifra al marcador final: 2-3. El postrero gol de Paulo Díaz también sirvió para confirmar que, en el histórico primer clásico oficial en La Docta, lo mejor que les podía pasar a uno y otro era jugar bien lejos de sus defensas. Boca ya se había dado cuenta, varios minutos atrás.
POLÉMICA EN EL VAR. La atajada de 'Chiquito' Romero a los 6 minutos del segundo tiempo, un antes y un después en el superclásico. ¿Adentro o afuera? El árbitro consideró que no fue gol. /// FOTO: CEDOC PERFIL
Síntesis del partido
River Plate (2): Franco Armani; Marcelo Herrera, Leandro González Pirez, Paulo Díaz y Enzo Díaz; Rodrigo Villagra y Rodrigo Aliendro; Leandro Fernández y Claudio Echeverri; Miguel Borja y Facundo Colidio. DT: Martín Demichelis.
Boca Juniors (3): Sergio Romero; Luis Advíncula, Cristian Lema, Marcos Rojo y Lautaro Blanco; Jabes Saralegui, Ezequiel Fernández, Guillermo Fernández y Kevin Zenón; Miguel Merentiel y Edinson Cavani. DT: Diego Martínez.
Goles: PT, 9m Borja (RP); 45m Merentiel (BJ). ST, 17m Cavani (BJ); 22m Merentiel (BJ); 52m Díaz (RP).
Cambios: ST, 14m Manuel Lanzini por Ignacio Fernández (RP) y Ezequiel Barco por Echeverri (RP); 18m Jorge Figal por Saralegui (BJ); 24m Pablo Solari por Aliendro (RP); 27m Darío Benedetto por Cavani (BJ); 34m Santiago Simón por Herrera (RP) y Nicolás Fonseca por Villagra (RP); 40m Luca Langoni por Merentiel (BJ) y Jorman Campuzano por Guillermo Fernández (BJ).
Amonestados: Echeverri, Ignacio Fernández, Borja, Colidio, Villagra, Solari (RP); Merentiel, Rojo, Cavani, Blanco y Figal (BJ).
Cancha: Estadio Kempes. Espectadores: 55.000.
Árbitro: Yael Falcón Pérez.
