El impacto de la pandemia de Covid-19 en la industria de la aeronavegación ha sido de tal dureza, que no registra antecedentes de igual magnitud. Supera largamente las que sufrió Estados Unidos después de los atentados contra las torres del World Trade Center en 2001.
Y al margen de las consecuencias económico/financieras, que demandan ayudas multimillonarias de parte de los Estados, hay un efecto colateral tan grave como aquel: la pérdida de puestos de trabajo.
Se calcula que en el mundo ya han perdido sus empleos más de 200.000 trabajadores de líneas aéreas. En el país, hasta el momento, toca contabilizar a los 1.715 empleados de LAN Argentina y según trascendió, en los planes de Aerolíneas figura la posibilidad de prescindir de 1.000 trabajadores, a través de los retiros voluntarios.
Pero las cifras de Europa y Norteamérica son más alarmantes. Un breve repaso por las principales compañías del Viejo Mundo muestra que en Lufthansa, sus funcionarios dicen que le sobran 22.000 empleados, pero que prefieren negociar con los sindicatos diversos tipos de soluciones y no aplicar despidos. Hasta el momento sólo ha tenido éxito en las negociaciones con uno de los sindicatos.
En British Airways, que forma parte del holding IAG junto a Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level, negocian sobre el recorte de plantilla que se avecina, tras el anuncio oficial de un excedente de 12.000 trabajadores, un 28% del total.
En la nacionalizada Alitalia, el gobierno dijo que de los 11.600 empleados, no todos podrían conservar su puesto en la compañía. Actualmente, 6.800 trabajadores están de licencia con el 80% de su salario actual pagado por el Estado.
Air France y KLM anunciaron que necesitan acudir a los despidos y la dirección del grupo en París, convocó a los sindicatos para anunciarles que van a despedir el 15% de su plantilla, unos 7.500 trabajadores.
Y las escandinavas SAS y Norwegian prescindirán de 4.900 y más de 7.000 personas, respectivamente.
Emirates, por su parte, estima que deberá aplicar una reducción de 30.000 empleados de un total de 105.000, mientras que Qatar Airways baraja un ajuste 9.000 de sus 46.000 trabajadores, mientras se esperan miles de bajas entre las aerolíneas de Arabia Saudí.
En Norteamérica, Air Canadá maneja números de entre 19.000 y 23.000, de sus 38.000 dependientes. Mienras que las cuatro grandes estadounidenses (American Airlines, United, Delta y Southwest) han prescindido de 100.000 personas, entre prejubilaciones y excedencias. Falta ver cuántos volverán con la reactivación de las operaciones.
Cabe recordar que la ley en Estados Unidos permite despedir un trabajador, que inmediatamente pasa a cobrar el seguro de desempleo, y luego lo puede volver a llamar, o no.
Y la incertidumbre se mantiene en el Grupo LATAM y la colombiana Avianca, que se acogieron ambas al Capítulo 11 de la legislación estadounidense para intentar reestructurar sus deudas.