En lingüística, un signo está compuesto por un significado. La palabra mesa se entiende que es un tablero con patas para diferentes usos. Milei usa la palabra casta, pero no define su identidad. ¿Es la casta la que está pagando el ajuste?
Que se vayan todos |
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Lucía Bonetto
Días atrás, escuchaba una (de tantas) entrevistas en uno de los noticieros más vistos en la Provincia de Córdoba. Era una nota al Diputado Nacional Carlos Gutiérrez. El referente de larga trayectoria en las filas del schiarettismo se explayaba en torno a la relevancia del dictamen positivo otorgado a la Ley Ómnibus. La última pregunta del conductor fue: "Doctor ¿y el ajuste quién lo va a pagar? ¿la casta?". Una pregunta frecuente, pero no por ello menos interesante.
¿Qué entendemos por “casta"? ¿Existe una casta que no sea política? ¿Quiénes integran este grupo de personas? ¿Existe algún consenso en torno a cuáles son las características de este grupo de personas? ¿La sociedad tiene un único entendimiento acerca de cuáles son las características que hacen a la castidad de la casta? ¿Dónde se traza la línea entre quienes son y quienes no son casta? ¿Quién lo traza? Y, más aún, ¿es plausible modificarlo con el paso del tiempo? ¿Podría pensarse la noción de casta como un significante vacío?
En lingüística, se afirma que un signo está compuesto por un significante (lo que designa a algo) y un significado (ese algo designado). Tomemos, por ejemplo, la palabra "mesa" (significante), que según la Real Academia Española se refiere a un significado: mueble compuesto de un tablero horizontal liso y sostenido a la altura conveniente, generalmente por una o varias patas, para diferentes usos, como escribir, comer, etc.
Por su parte, la noción de significante vacío alude a un significante que es susceptible de tomar uno y otro significado dependiendo el contexto y el interlocutor que lo utilice, aunque nunca de totalizar en sí todos los significados posibles. Es un concepto que no admite un cierre, una significación absoluta y unívoca.
Entonces, la casta, como concepto dentro del discurso político del actual presidente Javier Milei ¿puede ser considerado como un significante vacío? Ernesto Laclau, teórico político que introdujo este concepto y menciona que los significantes vacíos son útiles a los fines de generar identidades a partir de la diferenciación; de aglutinar demandas.
La eficacia del uso de los significantes vacíos radica, justamente, en su imprecisión significativa. Esto permite que diferentes actores demandantes, en muchos casos con intereses contrapuestos, adhieran y se sientan representados por aquel significante indefinido. De ahí que la eficacia política de su uso radica en la no adhesión a significados particulares.
¿Podría entonces esto explicar cómo un beneficiario de un programa social estatal, una trabajadora del Poder Legislativo y un emprendedor del sector agropecuario pueden adherir con alto grado de convicción a la necesidad de construir un proyecto político que reduzca los beneficios de la casta? Todos estos actores, ¿entienden de la misma manera quiénes integran la casta? ¿Cuáles son los alcances del término y sus límites? En el ejemplo antes mencionado, ¿alguno de los actores se sentiría parte de la casta?
En la actualidad, la imprecisión de la casta como significante, puede resultar la condición de efectividad de uno de los conceptos más oídos por la sociedad argentina durante los últimos 180 días. Entonces…¿es la casta la que está pagando el ajuste?
Lucía Bonetto - Estratega y comunicadora. Magister en Comunicación Digital Interactiva. Licenciada en Ciencia Política.
