La centralidad del gobernador Juan Schiaretti en las últimas semanas marcaron el rumbo de la política local y dejaron al mandatario provincial en un escenario expectante en el plano nacional. Sin embargo, en paralelo con su proyección, Schiaretti decidió no perder el foco a dos cuestiones tan globales como fundamentales: gestión y sucesión.
En la primera, demostrar puertas adentro que sigue enfocado en la diaria para no llegar a pagar ningún costo en el que se le achaquen falencias mediterráneas por su ambición nacional. Y la segunda encierra el enigma de cómo se repartirá la herencia de un peronismo que no será el mismo a partir del 2023 sin la presencia de él ni de José Manuel de la Sota.
Entender cómo se repartirá esa herencia, qué peso tendrá en las decisiones provinciales más allá del año que viene y cuánto incidirá en otras arterias del poder, entiéndase el círculo compuesto por Justicia, empresarios y gremios, será saber por dónde pasará el futuro inmediato en Córdoba.
Y en esa transición, una rama fundamental será la sucesión de la CGT Regional, donde cuyo titular, José Pihen, está a las puertas de dejar el cargo en la central sindical y son varios los movimientos que se produjeron en las últimas semanas en el plano gremial. Con todos mirando el impacto de la política, tanto provincial como nacional.
Juega Daer, ¿juega Alberto? El peronismo cordobesista aún hoy le reconoce a Schiaretti cómo bloqueó el ingreso a los K en la interna PJ de marzo pasado. Abroqueló a todas las vertientes del peronismo cordobés, aisló a los que se erigieron en hombres del Frente de Todos –y del presidente Alberto Fernández- y si bien perdió Punilla a manos del exsenador Carlos Caserio, el resultado no cayó para nada mal en El Panal.
Lo que viene ahora en el joystick de Schiaretti es jugar en la interna gremial que definirá la sucesión del delasotista Pihen. El hombre del SEP que tuvo idas y vueltas en su convivencia con el gobernador.
Saben en el Centro Cívico que Pihen se reunió con Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT Nacional y el hombre más leal a Alberto F. en ese esquema. Y allí, además de los detalles finales en que se acordó la incorporación del sindicato de la Sanidad (gremio de Daer) a la CGT Regional, se habló de lo que viene.
De todas maneras, Pihen no fue el único que se juntó con Daer. Pablo Chacón, el hombre de los mercantiles en Córdoba también se reunió con el cegetista aunque sin foto. Pero sí con mucho diálogo de cara a la sucesión de Pihen.
Chacón está en la lista de posibles sucesores del titular del SEP, tiene buena sintonía con El Panal y también con el intendente Martín Llaryora, aunque sabe que esto no lo debe definir la política provincial. Los que hablan a diario con él dicen que tiene en su agenda la unidad sindical “pero no a lo Pihen, más a lo movimiento obrero”.
La relación entre ambos tampoco fue del todo buena y Chacón, en pos de la unidad, trató de ir por un aliado histórico: Rubén Urbano, de la UOM. Pero el delasotista metalúrgico entró en la renovación nacional de su gremio y es la primera vez que Córdoba pone un pie ahí. “Prefiere enfocarse en eso”, reconocieron varios a PERFIL CORDOBA.
Chacón tendrá esta semana una reunión importante que será observada: encuentro con Gabriel Suárez, el ‘1’ de Luz y Fuerza, uno de los gremios más críticos y combativos de Schiaretti.
Volviendo a Daer, el plan de normalización hacia todas las provincias tiene al albertista marcando a Córdoba con un asterisco grande. Para ello, no solo que vendrá en las próximas semanas, sino que además enviará a Horacio Otero, el coordinador de la Secretaría Interior de la CGT Nacional.
La unidad en colectivo. Otro que se sumó al pedido de unidad sindical fue el titular de Aoita, Emiliano Gramajo. El hombre creció en los últimos años, llegó al despacho principal del gremio de los choferes interurbanos, pasó la pandemia y limó asperezas con la Provincia.
Desde ahí, se suma a la construcción de la unidad y no descarta un esquema con triunvirato similar al de la conducción nacional.
Y así como Pihen y Chacón se reunieron –por separado con Daer-, Gramajo se mostró esta semana con el otro peso pesado de la CGT Nacional, el titular de Camioneros, Pablo Moyano. Ambos estuvieron en Brasil en la reunión latinoamericana de la ITF, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte. “Fue una experiencia enriquecedora”, publicó Gramajo en su Twitter en la foto junto al hijo de Hugo.
Relación que también miran en El Panal.
Las 62 Organizaciones, también se anotan. El tándem compuesto por el abogado Ricardo Moreno y Sergio Fittipaldi, el titular del sindicato de la Limpieza (Soelsac) también aportan fuerza y diálogo con los despachos schiarettistas. Sobre todo, sostienen diálogo directo con el ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei, y la senadora Alejandra Vigo, es decir la mesa chica de Schiaretti.
Fueron importantes en la peleada interna del peronismo en Punilla, jugaron fuerte en Villa Carlos Paz y hace una semana, el propio Moreno decretó “el final del albertismo”. Todo un símbolo.
No son los únicos de buena relación con Vigo, pero sí de los que aportaron algunas soluciones: territorialidad y know how al servicio del Panal.
Por último, el interrogante pasa por saber qué harán los gremios hoy más contenidos por el Munipio, como Rubén Daniele y el Suoem; además de los Saillén y el Surrbac. El primero se mostró públicamente con Pihen hace unos días en una foto que fue todo un mensaje; los segundos, en silencio siguen con músculos y hace semanas coparon el Teatro Griego y volvió a sonar el hit de traición.
Todos están en carrera. El reordenamiento estará más claro después del 1° de Mayo y Schiaretti, con las organizaciones sociales cortando todas las semanas, no quiere que se le descontrolen los gremios. Por eso, el operativo contención y sucesión –o viceversa- ya está en marcha.