“El fracaso de la actual gestión municipal tiene que ver con la carencia de un plan. (Ramón) Mestre inició su mandato en 2011 sin un plan y los resultados están a la vista. No se puede gobernar sin un plan”, dice Esteban Dómina en las oficinas de Diseñando Ciudad, el espacio que el peronismo inauguró hace poco tiempo justamente con el objetivo de trazar un plan para la ciudad de Córdoba, que esta vez, creen que pueden gobernar.
En diálogo con PERFIL CORDOBA, Dómina habló del peronismo provincial y nacional y de por qué estiman que pueden “ganar las dos elecciones”.
—¿Cómo está el peronismo cordobés hoy?
—Uno de los grandes méritos de (José Manuel) De la Sota es haber sido el constructor de un oficialismo que lleva 20 años en el poder, en una provincia que no empatiza con el peronismo. No estamos hablando de una provincia donde al peronismo se le hace fácil gobernar. Córdoba siempre fue un terreno difícil para el PJ. Trato de decir que hay un mérito en saber interpretar lo que Córdoba necesita y supo alcanzar una base electoral más amplia que la de cualquier partido. El PJ ha ganado elecciones en Córdoba con liderazgo y capacidad de gestión y lo veo con grandes chances de seguir.
—Las chances de seguir son ¿por mérito propio o errores ajenos?
—Si se quiere, por las dos cosas. Por méritos propios, porque más allá de la crisis económica a nivel nacional, Córdoba ha sido gobernada con profesionalidad, con muchas obras que están a la vista y muchas otras que se van a inaugurar pronto. Y errores ajenos porque la oposición luce desarticulada. Si bien Macri tuvo una performance importante en Córdoba, al punto que le permitió ser Presidente, eso hoy no se verifica en su espacio político, porque Cambiemos ofrece el panorama de un conglomerado de fuerzas que no ofrece una síntesis competitiva, al punto que hasta aquí no han logrado instalar un candidato, cuando el gobernador, que va a ser el candidato del peronismo viene consolidando esa posición.
—¿No le juegan en contra los 20 años en el poder?
—No, porque se plantean respuestas concretas en términos de gestión. En la valoración del ciudadano no pesan los 20 años, si el balance de quien gobierna es positivo.
—La oposición criticó mucho la posibilidad de que se adelanten las elecciones…
—Tienen derecho al pataleo (sic), pero eso se termina si todo se ajusta a derecho, como va a ser en este caso, cuando se apruebe la Ley vía la Legislatura. Dicho esto, y haciendo una comparación con el fútbol, hay que salir el día que se juegue… Y este lamento de la oposición manifiesta una inseguridad electoral. Y eso la gente lo percibe.
—¿Por qué ahora se los nota más convencidos de que se puede ganar en la Capital?
—Sí, la palabra que usa es la correcta: estamos convencidos, porque se percibe una voluntad política diferente a la de otras épocas, hay más ganas de ganar. Lo digo yo, que me tocó representar al peronismo en la última elección…
—¿Qué significa más ganas? ¿Antes no había ganas de ganar?
—No sé por qué… Pero ahora ha madurado esa voluntad y esa percepción de ganar. Se va consolidando la sensación de que mejorar las profundas problemáticas que tiene la ciudad es más fácil con una fuerte relación con el gobierno provincial. El enfrentamiento entre la ciudad con el gobierno provincial no lleva a nada. Acá hay que ver cómo superar los problemas que tiene el municipio, cuyo 80% del gasto se va en dos ítems: sueldos e higiene. Una fuerte relación entre Provincia y Municipio le va a dar la posibilidad a Córdoba de dar el salto que se merece.
—¿Cómo lo ve a Schiaretti en el armado del PJ Federal?
—Comparto la visión del Gringo. Creo que está leyendo bien el momento del peronismo nacional, que no es un buen momento, es complicado, porque está en el llano y sin presentar una oferta competitiva a la sociedad. Estamos ante un escenario de tres tercios previo a las elecciones del 2019: un tercio para Macri, otro para Cristina y el resto para esta alternativa de peronismo, que está tratando de ocupar un espacio.
—¿Cristina resta más de lo que suma al peronismo?
—Es una opinión personal: veo a Cristina captando ese tercio del que hablábamos en la medida que la candidata sea ella. Es algo que no puede transferir. Es un voto importante para la segunda vuelta, que todo indica que la habrá. Acá el dato es: si pasa Macri a la segunda vuelta, quién ocupa ese otro tercio, con un detalle a tener en cuenta: el votante obra de manera personal, no sigue a los partidos. Es un escenario complejo.
