El domingo ¿Argentina puede consagrar presidente a Milei?
Bronca, desencanto, inconformidad son sentimientos que acompañarán a los ciudadanos al cuarto oscuro. Puede alguno de los candidatos ganar en primera vuelta o se define en noviembre.
Se vienen las elecciones generales más inciertas desde el retorno de la democracia. Nadie puede saber que pasará.
En las Paso, Javier Milei obtuvo el 29,86%, significan los 7.352.244 votos. Para ser electo en primera deberá sacar el 45% de los sufragios o, al menos, el 40% y una diferencia de 10 puntos con el segundo.
Para coronarse presidente en primera vuelta necesita sumar 3.900.000 votantes más que en las primarias. Gente nueva y no perder ningún seguidor ¿Son posibles? En caso de ir a segunda vuelta, estará obligado a aumentar 2.650.000, una cifra que parece más alcanzable pero no menor, representa el casi el 26% más de electores. Siempre y cuando mantenga el 100% de lo ya logrado en agosto.
El próximo domingo, unos 35.894.334 de argentinos estarán habilitados para elegir al nuevo presidente de la Nación. Se estima que, en relación a agosto, se sumaría un 5% más de electores. Estos nuevos probablemente definan la elección, y son quienes menos participan de la conversación pública (son especialmente refractarios a responder encuestas).
Entre las opciones de los ciudadanos estarán el libertario; Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio; Sergio Massa de Unión por la Patria; Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País; y, Myriam Bregman del Frente de Izquierda y de Trabajadores.
Quienes eligen a cada uno
Se estima, según el porcentaje de participación de las elecciones pasadas, que 1.900.000 electores se sumarán. Quien sepa la predilección o si van a cambiar su voto tiene todas las respuestas. Pero nadie lo sabe.
La gente está cansada. Harta. La mayoría no llega a fin de mes mientras hace zapping en la televisión y todos los programas (tanto políticos como los de espectáculos) les muestran una y otra vez las imágenes de Insaurralde, el funcionario bonaerense, disfrutando en el mar Mediterráneo. Esa vida está lejana para la mayoría y la conclusión de todos es la misma: ese viaje lo pagamos todos.
Para el consultor Luis Dall'Aglio harán tres ejes ordenadores para esto domingo: la bronca de personas que buscan romper con el estatus político; la grieta, identificada con los sentimientos que genera Cristina Fernández de Kirchner; y, la incertidumbre. las sobremesas entre padres con sentimientos tradicionales y sus hijos o hijas serán interesantes.
Quizás el domingo, la participación aumentará y posiblemente tengamos cerca de un 75% de movilización, estimó el consultor Gustavo Córdoba y agrega que, si esos votantes nuevos fueran todos jóvenes menores de 45 años, MIlei aumenta sus chances de ganar en primera vuelta.
Pero hay un dato significativo, que vale la pena resaltar: en las PASO votamos con las tripas y en la elección general con la identidad partidaria o ideológica. Aquí está centrada las ilusiones de Bullrich y Massa. ¿Cuánto pueden crecer?
Hagamos números
El politólogo Javier Cachés afirma que Javier Milei, para demostrar que puede atraer nuevos votantes, “deberá crecer en relación a las PASO y superar el umbral del 35%, un número menor sembrará dudas sobre el potencial ganador del león”.
Pero, dato significativo es la diferencia a la que deberá quedar el segundo en competencia. “No debe estar por menos de 5 puntos abajo de Milei”.
Si fuera Massa el contrincante en segunda vuelta y el libertario le saca más de cinco puntos “la diferencia parecerá irremontable. Si le saca menos, Massa ganará su ‘momentum’ de cara a noviembre”, sostuvo el analista.
En el caso de Bullrich es diferente, la candidata de JxC necesita entrar a segunda vuelta como sea. “Bullrich parece correr tercera en la carrera. Por esta sensación de que viene de atrás, sumado a que por definición quedó como la candidata moderada en este duelo de tercios, cualquier resultado que la deposite en segunda vuelta será una victoria rotunda”, concluyó Cachés.
Todas las dudas se centran en el libertario. Su público es difícil de medir, los sondeos prelectorales de agosto nunca lograron dimensionar su potencial.
Entonces, más allá de las expectativas y pronósticos, preparémonos para un domingo de sorpresas. Los votantes irán con esperanzas de un futuro mejor y llegarán a la escuela haciendo valer su obligación cívica, pocos llevarán la bronca a cuestas, quizás eso les ayude a racionalizar un poco más su elección. Quizás.
