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BELGRANO

El hilo invisible

La conexión con Christian Bragarnik, el empresario fetiche del fútbol argentino. Lo que no mostró la campaña de Artime y 'Belgrano Primero'.

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TRIDENTE. Óbolo, Artime y Orfila, quienes se estrenan respectivamente en los roles de director deportivo, presidente y DT de Belgrano. | CEDOC PERFIL

Ganó pero no goleó. Y no a todos les gustó. De hecho, hubo más de 3 mil socios que le dieron la espalda en los comicios del fin de semana pasado. Más allá de eso, Luis Fabián Artime llegó a la presidencia de Belgrano y es gobierno hasta 2024. Venció a Armando Pérez en un clásico de tinte empresarial que, con una mirada retro y algo inocente, se promocionó como ‘el partido’ entre el ídolo y el hombre que ordenó y potenció al club. 

¿Por qué el recelo del 38% de los votantes del Pirata con la lista Belgrano Primero? No tuvo que ver con la imagen del goleador devenido en bróker de seguros, hay que decirlo. Más bien se relaciona con el resto de la formación inicial. El combinado de empresarios, políticos, desarrollistas, gerentes, exfuncionarios y funcionarios –lo que ‘el Luifa’ definió como “el mejor equipo”– hizo recordar a más de uno el relato del Caballo de Troya. ¿Qué propósitos e intereses confluirían detrás del ícono celeste que le cambió el nombre a la popular sur del Estadio Kempes? Esa era la cuestión. 

Con el veredicto de las urnas, Artime empezó a descubrir las cartas que se había guardado bajo la manga durante la campaña. Anunció a Mauro Iván Óbolo como director deportivo y presentó al entrenador Alejandro Orfila. 

Óbolo, con quien el flamante presidente comparte su condición de exdelantero belgranense, es un gran conocedor de la actualidad de los clubes cordobeses. En los últimos años fue la cara visible en la provincia de Christian Bragarnik, el representante fetiche del fútbol argentino, a quien le debe un fugaz paso por el AIK Estocolmo de Suecia en 2017. 

¿Orfila? Para ‘el Luifa’ se trata de un viejo conocido de sus tiempos de exilio futbolístico en Tigre. Un DT con buena prensa y cierta ‘chapa’ en el ascenso metropolitano, donde vistió 13 camisetas en sus épocas de rudo volante central. El dato fuerte de su currículum es haber dirigido al Atlanta que subió a la Primera Nacional en 2019. Además de su pertenencia al staff de Bragarnik. También condujo a Comunicaciones, Ferro y Defensor Sporting de Uruguay, el club donde empezó a jugar a la pelota.

 

Dale la ‘B’. En pasillos donde habitualmente circula buena información dicen que fue su bendición, y no la del titular de la AFA Claudio ‘Chiqui’ Tapia, la que terminó inclinando la balanza en la elección que consagró a Artime. 

Bragarnik –48 años, abogado, hincha de Vélez, exjugador de J.J. Urquiza y Yupanqui y titular de la firma Score Fútbol SA– ya es un conocido de la casa: en las últimas cuatro temporadas acercó tres técnicos y una docena de futbolistas al barrio Alberdi. “Es un empresario como cualquier otro. Ofrece oportunidades y hace negocios”, decían antes en la ‘B’.

Durante la última presidencia de Pérez y el mandato de Jorge Franceschi la relación Belgrano-Bragarnik se encauzó dentro de las leyes de oferta y demanda del mercado futbolero. Sin esa cercanía que el empresario mantiene con Defensa y Justicia bajo el eufemismo de asesor. 

‘El Señor de los Pases’ también tiene su fama en México, donde fue presidente de Querétaro y hombre fuerte en Xolos y Dorados. Además registra inversiones en Unión La Calera de Chile y Johor de Malasia, clubes que se vincularon al Celeste por los pases de Mariano Barbieri y Fernando Márquez. Y desde el año pasado es dueño del Elche de España.  En nuestro país también supo coquetear con Atlético de Rafaela y ahora busca hacer pie en Ferro. No hace mucho se lo vinculó con Andrés Fassi y la chance de que financiara y explotara el semillero de Talleres. 

 

Christian BragarnikEMPRESARIO OMNIPRESENTE. Christian Bragarnik hizo vínculos estrechos con muchos clubes argentino. Alan Ochoa y Daniel Sappa, los primeros refuerzos de Belgrano, pertenecen a su escudería.

¿No pasa nada? Defensor a ultranza del Fútbol SA y cercano a Tapia, quien le encomendó la contratación del DT Jorge Sampaoli antes del Mundial 2018, Bragarnik parece blindado a las críticas. En su anillo del que hace grondoniana ostentación se lee ‘No pasa nada’. La versión 2.0 del célebre ‘Todo pasa’. 

Quienes defienden su abordaje en el bergantín pirata hacen alusión al éxito de Defensa y Justicia en la Copa Sudamericana. A propósito de aquella consagración, y más precisamente de Bragarnik, el periodista Daniel Guiñazú escribió en Página/12: “Su gran negocio es llevar y traer gente de aquí para allá y cobrar comisiones suculentas por ello. Y mal no le ha ido, más bien todo lo contrario. Pero detrás de la merecida imposición del humilde equipo de Florencio Varela asoma una señal de alerta. Y bueno sería para el fútbol argentino, no dejar de prestarle atención”. Continuará.