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FISCALÍA GENERAL

El Tribunal de Ética Judicial archivó la causa contra el adjunto Alejandro Pérez Moreno

El funcionario explicó el sentido de sus manifestaciones, se rectificó de sus dichos y asumió el compromiso de no repetir la situación. Todo devino de una exposición académica donde criticó el criterio de algunos fiscales al imputar por "asociación ilícita".

Alejandro Pérez Moreno
El Tribunal de Etica valoró el compromiso asumido por el fiscal general adjunto Alejandro Pérez Moreno para evitar futuras situaciones similares. | Cedoc Perfil

El Tribunal de Ética Judicial (TEJ) de Córdoba archivó las actuaciones iniciadas por expresiones públicas en un marco académico del fiscal general adjunto, Alejandro Pérez Moreno. Según la resolución, ponderó la reflexión del funcionario y su compromiso de rectificación.

La presentación había sido efectuada el 24 de julio pasado por los fiscales Juan Pablo Klinger y Enrique Gavier. Señalaron que el fiscal Adjunto, durante un curso dictado en el mes de junio en la Facultad de Derecho, disertó sobre "asociación ilícita" y criticó la aplicación de esta figura legal en Córdoba.

Pérez Moreno había afirmado que la figura se ha "desnaturalizado". Argumentó que se utiliza para justificar prisiones preventivas, desvirtuando su fin de combatir mafias. Al inicio de aquella exposición advirtió: "olvídense de que me presentaron como Fiscal Adjunto, no. Yo soy el Ale Pérez Moreno...".

Los fiscales denunciantes consideraron que estas expresiones constituían una "intromisión implícita" en su actuación funcional y "expresa" en una causa específica instruida por el Klinger sobre una banda de motochorros.

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Qué dijo el TEJ

Destacó que el fiscal general adjunto Alejandro Pérez Moreno compareciera espontáneamente. En efecto, el tribunal lo recibió el 3 de agosto. Allí manifestó que sus expresiones se dieron en un ámbito académico con el objetivo de generar debate y que jamás tuvieron la intención de injerir en la función de los fiscales.

Reconoció que sus dichos fueron "dilatados y distendidos" y se disculpó por cualquier "malentendido" o "mala interpretación".

El tribunal ponderó que, aunque Pérez Moreno inicialmente refirió que sus dichos no se relacionaban con su función, luego realizó un "reconocimiento de su acción precipitada e imprudente" y se comprometió a no volver a incurrir en tales circunstancias.

La resolución destaca que la prioridad es la "naturaleza restaurativa" de la intervención del organismo ético. Cumplido ese objetivo, la intervención del tribunal debe cesar.

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Hay que “hablar claro”

Aun con el archivo de la causa, el Tribunal aprovechó la ocasión para brindar orientaciones pedagógicas y recordó que "no se trabaja de Juez, sino que se es Juez", y que la referencia identitaria con la función no desaparece, incluso en ámbitos distendidos.

También subrayó que, si bien un magistrado tiene libertad para opinar académicamente, no puede "generar denostaciones” a otros colegas ni "descuidar un estándar ético en la discursividad académica".

Finalmente, el Tribunal reiteró la importancia de "asegurar comunicaciones suficientemente claras y precisas, a fin de evitar distorsiones y/o incomprensiones".

Consideró que, aunque no hubo "voluntad malintencionada", la falta de la "seriedad correspondiente y esperada" generó un "equívoco" y "un impacto negativo"