La verticalidad y el pragmatismo son cualidades de las que el peronismo suele vanagloriarse. Sobre todo, cuando enfrente las discusiones se estancan en mecanismos propios de las fuerzas en las que la horizontalidad es precisamente la traba principal. Ahora, bajo estas premisas, en el peronismo cordobés empezaron a asegurar que Martín Llaryora habría confirmado que será el candidato de Unión por Córdoba por la intendencia capitalina.
El diputado nacional mantuvo una conversación con el gobernador Juan Schiaretti en las últimas semanas y allí empezaron directamente a definir el momento del anuncio. En algunos despachos del Panal sostienen que será casi de inmediato después de las fiestas de fin de año, aunque también están aquellos que prefieren la cautela y califican de relevante el dato sobre cuándo serán las elecciones municipales.
“Si (Ramón) Mestre pega, va derecho y lo van a dar a conocer una vez que él confirme la fecha en la que se va a votar por la intendencia”, sostuvo un dirigente del PJ en la capital. Lo sustantivo es que si los comicios municipales no son el mismo día que los provinciales, en el peronismo también van a sostener la candidatura del sanfrancisqueño.
El asado de los sub-50. Hace un par de semanas en el interior, el bloque de los intendentes del peronismo conocido como los sub-50 hizo un asado en el que el invitado especial fue precisamente Llaryora. Allí, le manifestaron lo que PERFIL CORDOBA contó hace casi un mes: sostienen que el 11 de diciembre de 2019 empieza el camino para la renovación del PJ y en esa carrera, el diputado es clave con miras al 2023.
Este lote ve con optimismo la elección del año próximo para Schiaretti, confían en retener la provincia y es por eso que proyectan más allá de los próximos comicios.
La reunión tuvo a la mayoría de los jefes comunales del interior, salvo la ausencia del villamariense Martín Gill. Llevaron encuestas y comprometieron el respaldo pre y poselectoral. Obviamente, en los despachos principales del Centro Cívico estuvieron al tanto de esta reunión y conocen cada uno de los detalles de lo que se conversó esa noche. Sobre todo, a través de la línea directa que el ministro de Gobierno, Carlos Massei, tiene con todo ese bloque.
Contacto gremial. Lo positivo para seducir a Llaryora, además de la renovación, fue la posibilidad de que Provincia y Municipio compartan color político en el período 2019-2023. A lo que se agrega, dicen en el peronismo, la capacidad de gestión y de relacionarse que tiene el sanfrancisqueño con dirigentes nacionales. Más allá de quién ocupe el despacho principal de Balcarce 50.
Sin embargo, la preocupación en la cabeza de Llaryora siempre pasó por los gremios, protagonistas de los principales conflictos con las últimas gestiones municipales.
En el entorno del parlamentario saben que el poder de fuego del Suoem de Rubén Daniele mermó en la última etapa y es por eso que el foco se puso en el Surrbac de los Saillén. Con la intención de acercar posiciones con los recolectores, en los últimos días hubo reuniones entre algunos operadores del PJ en la capital con armadores y sindicatos cercanos a la familia Saillén.
Los recolectores se convirtieron, a lo largo del último año, en el respaldo principal del sindicato de Luz y Fuerza, de largo enfrentamiento con la Provincia. Por eso es que en el Panal están los que empiezan a desplegar estrategias para desactivar esa fusión y en el marco de esto, celebraron en las últimas semanas el enfrentamiento entre José Pihen y Franco Saillén en la Unicameral hace 15 días; la foto de Saillén con Gabriel Suárez en la marcha de Luz y Fuerza; y el respaldo de otros sindicatos a la candidatura de Schiaretti el año próximo.
Gestión que llevó adelante, como ocurre casi siempre que se trata de sindicalismo, el senador y presidente del PJ Córdoba, Carlos Caserio, parte de la foto con Pablo Chacón (AGEC) del viernes.
En las últimas encuestas que llegaron a la mesa chica del schiarettismo hubo un apartado para la imagen de los gremios. Y al parecer, de acuerdo con lo que dejaron trascender, no revestiría preocupación en las urnas para el peronismo provincial, como así tampoco para la carrera por la intendencia. Un alivio tanto para Schiaretti como para Llaryora, sobre todo por las chances de que emerja un candidato que parta el voto peronista en Córdoba.
