Historiador, especialista en historia económica, docente y director del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (Ceics), Eduardo Sartelli es muy crítico de la gestión del gobierno nacional a la hora de enfrentar la pandemia del Covid y en particular sobre las acciones para abastecerse de vacunas. Afirma que no se calcula el daño real a la economía y que la falta de estrategias para hacerse con las vacunas es solo un ejemplo más de la ausencia de planes que el gobierno exhibe en otros planes, principalmente en lo económico.
-¿Qué conclusiones se disparan a partir del estado actual del proceso de vacunación?
-Bueno, no hay duda de que el mundo está en una batalla por las vacunas y es una cuestión estratégica, pero la idea de que no hay vacunas es falso. Hay una batalla, pero vacunas hay. Entonces hay que preguntarse por qué nosotros no tenemos vacunas. El Brasil de Bolsonaro acaba de pasar a la Argentina en cantidad de vacunados cada 100 habitantes. Al día de ayer Brasil vacunaba al 7.5%, con Bolsonaro a la cabeza, en un país con muy mala predisposición a encarar el tema. Se supone que nosotros estamos en las antípodas y estamos en un 7,37%. Pero Brasil acaba de comprar 100 millones de dosis y la Argentina no consigue vacunas más que episódicamente. Ni hablemos de Chile que va por el 45% o Uruguay que empezó después que nosotros y ya va por el 12%. La idea de que no hay vacunas o tenés que ser una potencia es mentira. El caso de Israel es claro, entre los que tomaron el tema está el Mossad, porque para Israel, con la condición geopolítica que todos conocemos, la pandemia va mucho más allá de la salud inmediata, no puede permitirse que el ejército se debilite. Ese Estado se preocupó, con inteligencia y estrategia y tomó las decisiones geopolíticas del caso. Y en Argentina ni siquiera sabemos quién toma las decisiones, ni para dónde vamos. Un ministro negocia con el FMI, el presidente dice que la Argentina va a pagar su deuda en el mismo momento en que la vicepresidente dice que no se puede pagar. No hay comando, no hay decisiones estratégicas. Y las decisiones que tomamos son equivocadas.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, le compramos a alguien algo que no tiene para vender. Putin anduvo por el mundo como esos estafadores del Medio Oeste vendiendo tónico para el cabello. La vacuna rusa puede ser muy eficiente, pero hay que fabricarla. ¿Por qué terminamos con Rusia? Y el caso de China también es para estudiar. Chile con un gobierno liberal vacunó a la masa de su población con la vacuna China y acá no llegan. Si hay plata la vacuna está. Y acá no hay vacunas de Pfizer porque nadie le vende a un pagador que no paga.
-Pero según el gobierno no arreglamos con Pfizer por sus cláusulas leoninas.
-Ah claro, todos los países que tienen la vacuna Pfizer son estúpidos que aceptan cláusulas leoninas y nosotros no. Preferimos un segundo encierro en una economía que está quebrada. Acá no sacan la cuenta del costo leonino para la economía argentina de la cuarentena. Frente a eso, lo que te pueda pedir Pfizer, ¿cuánto puede valer? Necesitas poner una economía en pie y la plata que te pida Pfizer, comparado con los millones que hemos perdido, no es nada. A la Argentina se le ha amputado la décima parte de su economía. Vos no querías entregar la soberanía a Pfizer, ¿y a los chinos que les entregaste? Las represas de Santa Cruz, compra llave en mano de centrales nucleares, negociamos hidrovía en beneficio de ellos, hay bases que no sabemos para qué son, están negociando la crianza de cerdos, nos estamos transformando en una colonia china y esto lo hace un partido que se supone que es nacionalista.
-Pero a pesar de esas concesiones las vacunas no llegan.
-Y no llegan por una simple razón, cuando vos estás ahorcado y dependes de otro te va a sacar todo lo que pueda. El problema de fondo es que el gobierno no tiene ningún plan. Yo no soy kirchnerista y mucho menos macrista, soy de izquierda, pero acá hay cuestiones objetivas. Por la forma en que el kirchnerismo se organiza no existe un plan. Yo te puedo decir cuál es el plan de Macri y te puedo decir por qué no puede funcionar. Pero del otro lado, no hay nada. Sube la soja, repartimos entre los amigos, se acaba la soja, rascamos la olla. Volviendo al problema de las vacunas, no es más que un ejemplo de la ausencia de estrategia de una alianza política que es capaz de ganar elecciones, pero es incapaz de gobernar el país para llevarlo a algún lado.
-¿Es posible activar la diplomacia para destrabar la llegada de vacunas?
-Vos tenés muchas cosas para hacer, el problema es que no tenés estrategia porque no sabes a dónde vas. La diplomacia de las vacunas es algo lógico, ante un bien escaso no alcanza con avivarse antes y tener plata, hay que entrar a los codazos. En Inglaterra se dieron cuenta. Un líder que arrancó muy mal se dio cuenta de que la vacunación es la segunda chance ante una cuarentena mal hecha. Si vos vacunas a todo el mundo nadie se acuerda del año que te comiste adentro y eso potenciaría al gobierno. Esa chance se está perdiendo.
-¿El gobierno no tiene estrategia ni siquiera para capitalizarlo en términos políticos?
-No la tienen. Hasta Macri se hubiera movido mejor. Nosotros no le importamos a nadie, pero políticamente para Estados Unidos Macri era un ordenador político, un ejemplo contra el populismo, por eso el FMI puso la plata que puso. En este contexto, Macri sale al mundo, habla con Biden, habla con otro y tiene la vacuna, tiene a Pfizer. Se tendrían que usar todos los recursos para conseguir en el mundo lo que no producís acá y usar los recursos para producir acá, esa es una estrategia. Porque, además, es un negocio de US$ 180 mil millones, si una vacuna argentina puede morder algo de eso es una cosecha entera de soja.