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CóRDOBA
Vuelta a la normalidad

Ganadores y perdedores en el conflicto de la salud

La disputa por mejoras salariales dejó dirigentes fortalecidos y otros que sintieron el rigor de la crisis que comenzó en Río Cuarto y se esparció al resto de la provincia. Crónica de un conflicto sensible para el Gobierno en la previa de un año electoral.

Salud 12-10
EN ALERTA. Los integrantes de los distintos colectivos de salud continúan en alerta por lo que pueda ocurrir en las próximas semanas. El año que viene el conflicto podría reactivarse. | Cedoc Perfil

El conflicto en salud la semana pasada comenzó a llegar a su fin con el paulatino regreso a las actividades en el Hospital Córdoba. Si bien la salida es provisoria, ya que desde las agrupaciones de trabajadores anticiparon a través de un comunicado que “permanecerán en estado de alerta y monitoreo de cada una de las acciones”, la disputa salarial parece haber terminado. Sin embargo, se descuenta que en los meses previos a la elección del 2023 podría volver a reactivarse.

La batalla librada por los trabajadores de salud, dejó dirigentes fortalecidos y otros que quedaron muy golpeados por la tensa situación que se vivió en el ámbito provincial.

Derrotados. Entre los ‘perdedores’ del conflicto se encuentra la ministra de Salud, Gabriela Barbás. La falta de experiencia en términos políticos le jugó una mala pasada. El conflicto comenzó en Río Cuarto, se demoró en resolverse y se esparció como reguero de pólvora al resto de los hospitales de la provincia. Su innegable capacidad, experiencia y trayectoria en aspectos técnicos de salud no fueron puestos en duda. Fue cuestionada su cintura política y su ausencia en uno de los primeros encuentros entre los delegados y el Gobierno. Se la vio golpeada anímicamente por un conflicto que le resultó desgastante. En ningún momento de la pandemia se mostró tan afectada, aun con decenas de fallecidos diarios, como durante esta disputa.

La especialista en virología, que asumió tras la crisis en el Neonatal, fue duramente criticada por la médica Natalia Luna, quien es esposa del exministro Diego Cardozo.

Pihen. El titular del SEP, José ‘Pepe’ Pihen fue muy resistido por el personal de Salud. Los colectivos de trabajadores sanitarios se negaron enfáticamente, y de manera sistemática, a reconocer al Sindicato de Empleados Públicos como la entidad que los representara. La falta de organizaciones gremiales de referencia generó, por momentos, un conflicto ‘anárquico’, sin interlocutores válidos para la negociación, una arista clave que complejizó el escenario con el correr de los días.

Pihen intentó posicionarse como el único encargado de llevar adelante la negociación paritaria, pero desde los distintos colectivos de salud le negaron este rol. Luego, y ya con una oferta concreta de la Provincia a los trabajadores de los hospitales, Pihen levantó la voz para pedir que el aumento alcance al resto de los trabajadores del Estado. Aunque la disputa ya pasaba por otro lado.

Los triunfadores. Uno de los dirigentes que tomó la responsabilidad de transformarse en el negociador por parte del Gobierno fue Francisco Fortuna. El legislador provincial por Río Segundo, y exministro de Salud, participó en varias de las rondas de diálogo, algunas llevadas a cabo en el Complejo Pablo Pizzurno, donde funciona el Ministerio de Salud. También dijo ‘presente’ de visitante en los encuentros que se realizaron en el Hospital Córdoba. Con el respaldo del gobernador Juan Schiaretti, hay quienes lo apuntan como el responsable de destrabar una compleja negociación y restaurar un diálogo que parecía cortado. De esta manera, el presidente del bloque oficialista se consolida en la ‘mesa chica’ del gobernador, de cara al 2023.

Igarzábal y los delegados. Pablo Igarzábal es médico internista y delegado gremial del Hospital Córdoba. Además, fue subsecretario de Atención Hospitalaria municipal durante la gestión de Ramón Mestre. Durante la pandemia, el exintendente de Córdoba valoró su trabajo a través de las redes sociales y lo convocó a conferencias informativas; lo que deja en evidencia el buen diálogo entre ambos.

En las últimas semanas, Igarzábal se transformó en una de las caras visibles de la protesta y una de las voces cantantes en las principales asambleas del personal de salud. Sin embargo, Igarzábal fue cuestionado por el oficialismo, quien veía intereses políticos en el conflicto, por su pasado en la gestión municipal. El médico, por su parte, reconoce su militancia política a lo largo de toda su carrera. “Tengo un compromiso con la salud pública y con la ciencia. Fui presidente del Centro de Estudiantes de Medicina y tengo una trayectoria de compromiso político”, comentó en diálogo con PERFIL CÓRDOBA durante los días de protestas.

El conflicto le deja posibilidades de transformarse en un referente gremial de los médicos de toda la provincia.

Colectivo Salud de Córdoba Unida. Logró nuclear a gran parte del personal de salud, incluido otros colectivos como el de residentes y concurrentes. Logró mejoras en salarios y en condiciones laborales y se transformó en una de las entidades representativas de los sanitaristas. Resta esperar cómo se posiciona de cara al futuro.

Delegado del sur. Juan Pablo Viglione, médico neurólogo del Hospital de Río Cuarto, se transformó en uno de los principales referentes de las protestas del personal de salud que comenzaron en el imperio del sur. Durante el conflicto se transformó en la persona que el ministerio convocó para dialogar. Integró la comisión interhospitalaria de siete delegados que escuchó cada una de las propuestas del Gobierno. Con el conflicto en su etapa final, Viglione fue el encargado de comunicar los beneficios de los nuevos acuerdos y destacar los “aspectos cualitativos del arreglo".