Habilidad para sembrar vientos en un mundo cargado de tempestades
Una insólita afirmación de la canciller Mondino o el tenor del comunicado que la Oficina del presidente Milei emitió como respuesta a los dichos de un ministro español pusieron otra vez a la política exterior argentina en la mira, aunque la preocupación global pasa por otro lado.
OSCAR PUENTE. El ministro español habló sobre una posible ingesta de sustancias del presidente argentino. |
Diario El País
Marcelo Taborda
La compleja agenda de acontecimientos internacionales imponía para este fin de semana un repaso de la marcha de conflictos irresueltos o guerras latentes que, como casi siempre, tienen un capítulo obligado destinado a Medio Oriente y sus desequilibrios estables.
El cruce de ataques, por ahora más simbólicos que letales, entre Irán e Israel no alcanzó a sacar del foco de interés global lo que sucede en la Franja de Gaza, donde la ofensiva ordenada por el gobierno de Benjamin Netanyahu como represalia a los cruentos ataques perpetrados hace casi ya siete meses por Hamas, se ha cobrado según informes de la ONU la vida de unas 35 mil personas, entre ellos miles de niños.
Lo que ocurre en Gaza, es defendido por Israel como ejercicio de su “legítima defensa” contra un movimiento terrorista. Una posición compartida por aliados entre quienes se cuentan el presidente argentino, Javier Milei, para quien en la Franja, las tropas desplegadas por Netanyahu no han cometido “ni un solo exceso”.
No piensan lo mismo miles de estudiantes y muchos docentes de diferentes universidades estadounidenses, donde hay quienes comparan ya la defensa de la causa palestina como la que décadas atrás se enarboló contra la Guerra de Vietnam.
Argentina potencia. En este contexto parecía no quedar margen para que el presente de Argentina tuviera demasiado espacio en portadas de medios tradicionales o portales viralizados en redes. La media sanción de Diputados a la “Ley Bases”, “Ley Ómnibus” o como le quieran llamar al paquete prohijado por el actual gobierno, no mereció la misma repercusión internacional que sí tuvieron las masivas marchas que el 23 de abril ganaron las calles de nuestro país en defensa de la educación y las universidades públicas.
Sin embargo, dos nuevos roces tras lamentables “deslices” diplomáticos se sumaron en las últimas horas a los incidentes que semanas atrás generara con naciones amigas el propio presidente, con su verborragia cargada de exabruptos y descalificaciones.
El primero de ellos tuvo como protagonista a la canciller Diana Mondino, quien en una entrevista concedida a la periodista del diario Clarín María Laura Avignolo, tuvo afirmaciones que para algunos sonaron poco felices y para otros lisa y llanamente fueron ofensivas o racistas.
Ante una consulta acerca de la polémica instalada semanas atrás por la presunta presencia de militares chinos en la Argentina y, más concretamente, en la base espacial que el país asiático construyó en la provincia de Neuquén, la canciller respondió: “En la base china nadie identificó que hubiera personal militar; son chinos, son todos iguales”.
Pocos días atrás, Mondino visitó China, donde intentó limar asperezas originadas por recurrentes afirmaciones del actual presidente argentino de que su gobierno no hará negocios con países comunistas y por el coqueteo de referentes libertarios con representantes de Taiwán, entre otros puntos de tensión. La misión principal de la ministra de Exteriores en ese viaje era la de lograr una ampliación del swap.
La actual jefa de la diplomacia argentina, quien en estos casi cinco meses de funciones ya acumula una serie de desafortunadas frases domésticas (como la de comparar al matrimonio igualitario con tener piojos o alegar en contra de los créditos a adultos mayores porque “si sos jubilado arriba de no sé cuántos años es seguro que te vas a morir…”), también ha tratado de minimizar exabruptos de Milei contra colegas latinoamericanos o de otros países, aduciendo que esa es “la forma de ser” del presidente. Entre las controversias ligadas a su función, figura la de sostener que los kelpers tienen “los mismos derechos” que los argentinos sobre las Islas Malvinas.
Sobre la situación generada tras su insólita referencia a los ciudadanos chinos de la base espacial patagónica, Mondino ensayó una justificación poco feliz afirmando que se refería a que eran “todos civiles, no militares”.
Sustancial escalada. Mientras la canciller y economista cordobesa trataba de disimular sin éxito su metida de pata diplomática, un nuevo entredicho internacional ponía en la palestra al presidente argentino, esta vez frente a un gobierno al que siempre situó en las antípodas: el de España que preside Pedro Sánchez.
La génesis de la controversia o el penúltimo eslabón de este contrapunto hasta ahora, fueron las afirmaciones Óscar Puente, ministro español de Transportes y Movilidad Sostenible, quien insinuó la posible “ingesta de sustancias” por parte del mandatario argentino a la hora de lanzar polémicas frases o insultos, como los que tuvo contra sus pares de Brasil, México o Colombia.
Este viernes, en un coloquio sobre Comunicación y Redes sociales de la Escuela de Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y en lo que se presentó como un diálogo distendido con un público mayoritariamente juvenil, Puente aludió a lo que fueron las apariciones del hoy presidente argentino en la pasada campaña electoral. “He visto a Milei en la tele y dije, según le estaba oyendo no sé en qué estado, previa a la ingesta o después de la ingesta de qué sustancias, y salió a decir aquello… y yo dije, es imposible que gane las elecciones, cavó su fosa. Pues no…”, sostuvo el ministro español, quien también ha protagonizado en el pasado choques verbales y polémicas con dirigentes políticos peninsulares de otros partidos y de su propia fuerza gobernante.
La polémica por los dichos de Puente sobre Milei, sin embargo, no había escalado tanto hasta que se conoció la respuesta que la Oficina del Presidente argentino dio no al funcionario de Transporte sino al Gobierno español en su conjunto, con Pedro Sánchez como blanco principal de sus dardos.
“El gobierno de Pedro Sánchez tiene problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa, asunto que lo llevó incluso a evaluar su renuncia”, expresó la nota de la Presidencia argentina, reproducida con diferentes matices y acentos editoriales por la prensa peninsular.
“Milei carga contra Pedro Sánchez: ‘Ha puesto en riesgo a las mujeres españolas permitiendo la inmigración ilegal’” fue el título elegido por El País, que además resaltó que la controversia se produce dos semanas antes de la anunciada presencia del mandatario argentino en un encuentro organizado para los días 18 y 19 de mayo por Vox, la formación ultraderechista que lidera Santiago Abascal, uno de los asistentes a la asunción del libertario el pasado 10 de diciembre. El evento, llamado Europa Viva 24, será el lanzamiento de los ultras de cara a las elecciones europeas del 9 de junio.
Con cada párrafo que parecía un guiño a la oposición española a una semana de las elecciones autonómicas del 12 de mayo en Cataluña, la nota del gobernante argentino acusa al Ejecutivo de Sánchez de poner “en peligro la unidad del Reino, tras pactar con los separatistas” y abreva en los argumentos xenófobos de la ultraderecha al endilgarle el poner “en riesgo a las mujeres españolas permitiendo la inmigración ilegal de quienes atentan contra su integridad física”. Además acusó al gobierno español de haber “puesto a la clase media en peligro con sus políticas socialistas que sólo traen miseria y muerte”.
Sobre las acusaciones contra su esposa Begoña Gómez, que Sánchez considera parte de una campaña de Vox y el Partido Popular (PP) para provocar su caída, la nota del gobierno de Milei expresa: “Por el bien del Reino de España esperamos que la Justicia actúe con celeridad para esclarecer semejante escándalo de corrupción que afecta directamente la estabilidad de su Nación y, por consiguiente, las relaciones con nuestro país”.
Por si quedaran dudas acerca de su posicionamiento ideológico el comunicado de la oficina del mandatario libertario concluyó: “Los argentinos elegimos cambiar el modelo que nos trajo miseria y decadencia. El mismo modelo que aplica el Partido Socialista Obrero Español en su país. Esperamos que el pueblo español vuelva a elegir vivir en libertad”.
Réplica de La Moncloa. Ayer, entrada la tarde en España, el Ministerio de Exteriores español difundió una respuesta en la que rechazaba “rotundamente los términos infundados del comunicado emitido por la Oficina del Presidente de la República Argentina, que no se corresponden con las relaciones de dos países y pueblos hermanos”.
En un tono en apariencia conciliador pero sin nombrar al gobernante argentino, el mensaje de La Moncloa fue que “el Gobierno y el pueblo español seguirán manteniendo y fortaleciendo sus lazos fraternales y sus relaciones de amistad y colaboración con el pueblo argentino, voluntad compartida por toda la sociedad española”.
A esa hora, los principales medios y dirigentes políticos españoles hacían su propia lectura del entredicho y clamaban por disímiles respuestas, según su propio posicionamiento. Así, el último candidato presidencial del PP, Alberto Sánchez Feijóo, exigía la renuncia o destitución del ministro Puente, a quien el monárquico diario ABC culpaba de la crisis. Renuncia que también pidió desde Argentina el ministro del Interior, Guillermo Francos, mientras otros funcionarios adelantaban una acción por calumnias e injurias contra el funcionario español.
Desde el Psoe y otros sectores políticos aliados o afines se exigía una respuesta contundente no sólo al mensaje del gobierno de Milei sino a lo que consideraban una operación más en favor del fascismo. El diario El País daba cuenta de la “ristra de invectivas” por parte del libertario argentino.
En su próxima visita a España Milei no solicitó ni agendó audiencia con Sánchez, algo previsible, pero tampoco con el rey Felipe VI, quien se asoleó aquella mañana mientras el mandatario argentino daba su discurso inaugural de espaldas al Congreso.
Como en aquella ocasión en la que definió al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, como “zurdo salvaje que apoya a dictadores con las manos manchadas de sangre”; o cuando en una misma entrevista calificó de “terrorista y asesino” al presidente colombiano, Gustavo Petro, y de “ignorante” a su par mejicano, Andrés Manuel López Obrador, Milei fue tendencia en “X”. Para quien como él destina a diario horas a tuitear, retuitear o dar likes a un séquito de aduladores, el nuevo incidente quizá se celebre como una victoria.
Después de todo, templanza, diálogo o vergüenza ajena, raras veces son trending topics.
