Fue concejal durante dos períodos consecutivos desde la oposición. El año pasado, cuando rompió con Olga Riutort, decidió encabezar el proyecto político propio con la Fundación Pensando Córdoba, jugada que tuvo su réplica en el ámbito legislativo municipal, con la banca unipersonal con ese nombre que le puso su esposa, Victoria Flores; y ahora, desde adentro del Ejecutivo provincial, y ejerciendo el cargo de Secretario de Asuntos Institucionales, sostienen en su entorno que existe un aval dentro del gobierno de Juan Schiaretti para que recorra las calles en modo precandidato. Rótulo que por ahora, Miguel Siciliano prefiere mirar de reojo.
“No me gusta hablar de candidaturas, me inquieta un tema más importante que es para qué gobernar esta ciudad. Nunca niego que estoy trabajando para ser intendente de Córdoba, pero esta es una etapa preelectoral en la que estamos armando los equipos y proyectos”, dice en diálogo con PERFIL CÓRDOBA.
- ¿Cuál considera que es el mayor déficit de infraestructura de la ciudad?
- Para el vecino el mayor déficit está en la diaria, en el mantenimiento de la ciudad: el pozo, la plaza abandonada, la cloaca que desborda, la lamparita, los residuos. Para esto proponemos reflotar la descentralización que hizo (Rubén) Martí en su momento, en una ciudad que no tiene proyección de crecimiento a los próximos 20 años. Los últimos que tuvieron esa mentalidad fueron (Ramón Bautista) Mestre y Martí, el resto se encargó de mantenerla, en mejor o peor manera, pero no pensaron en el destino de la ciudad. Queremos una Córdoba turística, industrial, revalorizar el río, generar un polo gastronómico, bueno, debemos atender cuestiones que se solucionan con la descentralización y se lo llevamos en su momento al intendente Mestre. Los 12 CPC que tenemos, que en realidad son 13 porque uno funciona dentro del Mercado de Abasto, debemos transformarlas en comunas. Con 12 jefes comunales elegidos por el voto popular y con presupuesto propio coparticipable y maquinaria para encargarse de la obra chica: mantenimiento de plaza, cordón cuneta, bacheo, poda. Lo tiene que hacer cada comuna, congelando el ingreso de personal. Hoy tenés 13 mil empleados, no se puede nombrar ni a uno más.
- ¿Y qué lo preocupa de lo que deje la gestión de ocho años de Mestre? ¿La deuda, el contrato de la basura, el transporte?
- Ramón se perdió una gran oportunidad. Cuando asumió sentí que había llegado una nueva forma de hacer política, por su juventud y la de buena parte de su gabinete. Me encontré con un intendente que jamás citó a la oposición en ocho años y ese fue su principal error. Me preocupa que concesionamos un servicio de recolección de residuos, con uno de los contratos más caros, en el que no veo un diseño que nos diga que en 10 años vamos a enterrar el 40% menos de basura, que vayamos a la recolección diferenciada, a erradicar los carros y que los carreros cooperativizados puedan atender los puntos verdes. El transporte es otro problema pero es más simple porque se tendrían que atener a cumplir los pliegos. En la basura es más difícil porque se tendrá que sentar a rediseñar el esquema.
- ¿Qué rivales ve dentro del PJ en la Capital? Se habló en la semana de un acercamiento de la Provincia a Riutort…
- El PJ tiene muchos dirigentes valiosos y de peso. No sé si a alguno lo veo mejor que a otro. Considero que todos tenemos que trabajar en la unidad del justicialismo, en tener una propuesta superadora para la ciudad y en la renovación política. Creo que es importante trabajar en esto, hoy ningún precandidato está mejor que otro.
- Y en Cambiemos…
- Lo veo complicado porque Cambiemos no termina de ser Cambiemos. Todavía es radicales por un lado y dirigentes del PRO por el otro, con un escenario que siempre amenaza con la ruptura. Por lo tanto, no termino de observar si Cambiemos va a presentar un candidato a gobernador o intendente, el radicalismo y el PRO no terminaron de definir eso, por lo que no avizoro los candidatos. Si a gobernador donde lo veo a (Luis) Juez, Mestre, (Mario) Negri y (Héctor) Baldassi. Pero tienen una discusión que deben zanjar y que desconozco cómo terminará.
