“Lo viejo ya no funciona”, se escuchó desde uno de los laterales de la mesa en el segundo piso del edificio corporativo de Edisur. Allí, entre los intendentes varones y directivos de la desarrollista, estaba Natalia Contini, la jefa comunal de Anisacate, que no tardó en reforzar esa idea: “Si tengo que salir a procurar una deuda, la procuro. Mi interés es hacer una buena gestión, administrar bien la plata, la cuido como si fuera mía”.
La reunión, atravesada por la resaca de las elecciones nacionales del pasado 26, dejó una certeza compartida: los comicios no plebiscitaron las gestiones, pero sí validaron un rumbo nacional. Desde Jesús María, Federico Zárate lo planteó sin vueltas: “No se plebiscitó la gestión, pero la gente tiene muy claro lo que vota”.

Muchos coincidieron que Gonzalo Roca superó el 50% de los votos en sus localidades, pero “solo lo vimos en la televisión, no pasó por nuestras ciudades”. El debate giró en cómo serán las próximas elecciones y cómo atraer al electorado.
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En cambio, Contini admitió que, en su caso, el voto fue un respaldo directo: “En Anisacate fue absolutamente un sí. Allí dijeron que votar a Milei era votar mi gestión”. Esta posición fue acompañada por Néstor González, de Las Caleras, quien aseguró que con su equipo deciden para qué candidato trabajar. Por su parte, Agustín González, mandatario de Cruz Alta, analizó que: “Estas elecciones se pueden llevar puesta la imagen de un buen gobernador como parece ser Pullaro”.
El tono político de la charla estuvo lejos del triunfalismo. Pablo Cornet, de Villa Allende, lo tradujo en una frase de gestión: “Se convalidó un rumbo”. El desafío, coincidieron varios, pasa ahora por reacomodar las cuentas y los esquemas administrativos a un escenario donde el ciudadano exige eficiencia, transparencia y realismo. Nicolás Filoni, de Oncativo, aclaró que “la gente vota claramente legislativa, ejecutiva, nacional o local”.
Reinvención, austeridad y eficiencia.
Zárate fue de los más enfáticos al marcar que: “Los que tenemos que reinventarnos somos nosotros”. En su municipio, anunció que avanzan en compras conjuntas de combustible con ciudades vecinas como Colonia Caroya y Sinsacate, una señal del nuevo pragmatismo que se impone entre los gobiernos locales para “cuidar los recursos”.

El discurso del gasto sobrio también tuvo ecos en Villa del Rosario, donde Diego Carballo fomenta que las empresas e industrias sean bienvenidas con “tasa cero”. Según el mandatario, esta política trajo muchos beneficios y “ya estamos por inaugurar un nuevo parque industrial”.
Contini fue clara: "No quiero más masa de deuda, quiero más contribuyentes cumplidores", describió al anunciar que a los vecinos cumplidores no les aumentará los impuestos. En Monte Buey, donde gobierna Mariano Calamante se salió “a procurar deuda” por primera vez en años, “y ahora el vecino lo convalida. Otros años, fuimos muy cuestionados”.

Desde Cruz Alta, Agustín González refrendó el cobrar las deudas como corresponde. “Mandé a pedir datos de todos los servicios que presta el municipio. En salud se disparó la demanda y tenemos que contar con los recursos que son nuestros”, lanzó a la mesa.
"Un terreno común de 10 metros de frente en la ciudad, con calle de tierra, paga alrededor de $12.000 mensuales. Pasamos 84 cuatro veces al mes con diferentes servicios municipales”, calculó Mauro Daniele de Las Varillas, buscando revalorizar la cantidad de contactos y cercanía al vecino por parte del municipio.
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“El problema es cuando se mete el populismo y te cuestiona los aumentos. No nos pasemos de mambo, a la gente le molesta más pagar los impuestos nacionales que las tasas municipales”, alertó Filoni y pidió ser transparente con el vecino sin hacer un análisis populista: “Hay que sincerarlo, muchos no querían aplicar las subas para que no los insulten los vecinos, ahí perdiste”.
El mensaje de las urnas se traduce ahora en planillas de Excel: menos gasto corriente, más contribuyentes cumplidores, menos masa salarial. Casi todos levantaron la mano cuando se les consultó quiénes contaban con menos personal en la planta municipal. “La pandemia fue un clarificador para saber con cuánta gente realmente funciona el municipio”, precisó Sergio Avalis, de Las Perdices.
La política sin maquillaje.
“(Javier) Milei tiene un atributo muy importante: la autenticidad”, reflexionó Cornet, aludiendo a un rasgo que —más allá de los colores partidarios— parece haberse convertido en un valor transversal. En los municipios cordobeses, el relato cede terreno frente a la gestión tangible: asfalto, limpieza, recaudación, salud y resultados medibles.
La mayoría coincidió también en que la relación con el Gobierno provincial se mantiene fluida, sin cortocircuitos políticos. “Han sido muy correctos y cumplidores”, dijo Cornet, mientras Zárate subrayó que las obras comprometidas “se vienen cumpliendo”.
En ese clima, los intendentes asumen que el voto del 26 no fue una reprimenda, pero sí un llamado de atención. El mensaje no es sólo político: es económico, cultural y hasta moral. El vecino pide menos relato, más gestión; menos discursos, más datos. En tiempos donde el cambio de humor social también se traduce en votos, el desafío para los gobiernos locales parece claro: hacer más con menos y decir menos mientras se hace más.
Mandatarios presentes
- - Anisacate: Natalia Contini
- - Comuna Las Caleras: Néstor González
- - Cruz Alta: Agustín González
- - Jesús María: Federico Zárate
- - Las Perdices: Sergio Avalis
- - Las Varillas: Mauro Daniele
- - Monte Buey: Mariano Calamante
- - Oncativo: Nicolás Filoni
- - Pozo del Molle: Fernando Ruiz Díaz
- - Villa Allende: Pablo Cornet
- - Villa del Rosario: Diego Carballo