Juntos busca mostrar la cara de la articulación con la nueva conformación de los 33

En este último tramo del mandato, la representación opositora que converge en la alianza Juntos por el Cambio (JxC) se muestra muy desarticulada. 

Hasta aquí, el principal polo opositor se vio afectado por los desmembramientos y las divisiones que se produjeron en este tiempo, desde la ley de juego online hasta los efectos de las derrotas en las elecciones provinciales y de la capital. 

En este contexto, la UCR reunificada (son nueve) y el bloque de los cuatro del PRO, sumada a la banca unipersonal que formó el radical aliado al PJ, Orlando Arduh, exhiben desarticulación. 

Un legislador boina blanca graficó la situación por la que atraviesan los aliados de JxC con lo que ocurrió en la última sesión del miércoles pasado. El radical lamentó el desajuste entre radicales y amarillos en la aprobación por ley del programa Lideresas, que lleva la impronta de la senadora Alejandra Vigo. 

Al momento de la votación, la UCR expresó su rechazo, mientras el PRO y Arduh, acompañaron al oficialismo. Por momentos, el debate fue intenso, con críticas cruzadas.

Esta es la cara de la moneda que se busca dar vuelta con la promesa de trabajo coordinado entre los 33 legisladores cambiemitas electos que asumirán el 10 de diciembre, ante el escenario inédito de paridad de fuerzas en la nueva conformación de la Unicameral.

No obstante, desde el arranque asoma con fuerza la idea de un interbloque opositor. Sin tener aún definiciones que se exterioricen, resulta un hecho –se admite por lo bajo– que habrá cuatro bloques (UCR, PRO, Frente Cívico y Coalición Cívica) que articularán bajo la figura política de un interbloque JxC, como lo adelantó PERFIL CÓRDOBA. 

El radicalismo tiene el mayor peso de representación con 21 legisladores, la mayoría de ellos responden a Rodrigo de Loredo. Le sigue el Frente Cívico, con siete. En el caso del PRO, son cuatro los amarillos. Y una banca para la Coalición Cívica-ARI.

Sobre la base  del mandato de las urnas, ‘Los 33 mineros’, así reza el nombre del grupo de WhatsApp, prometen mantenerse unidos como alineamiento opositor. Saben que el llaryorismo seguirá alentando el fogoneo divisionista ante el choque de fuerzas. 

La ratificación de este pacto asumido por los 33 surgió de la primera reunión presencial que mantuvieron el jueves pasado, luego de participar del cónclave encabezado por Patricia Bullrich, junto a Carlos Melconian, en la Fundación Mediterránea.

Más allá de algunas referencias al próximo armado legislativo de JxC, los parlamentarios electos decidieron no entrar en ese debate hasta tanto se defina la elección presidencial. Del cónclave surgió la señal manifiesta de cerrar filas detrás de Bullrich, de cara al 22 de octubre. 

En su conjunto redoblaron el compromiso con la agenda de campaña en toda la provincia, para que «Patricia Bullrich sea la próxima presidenta de los argentinos».

Sin embargo, en la faz legislativa, el núcleo cambiemista reafirmó dos ejes clave del andamiaje opositor: agenda propia en la Unicameral que viene y la demanda que se formalizará, llegado el momento, de controlar parte de la botonera legislativa que le corresponde ante la paridad.

Los dirigentes con rodaje legislativo destacan que JxC reclamará las presidencias y el equilibrio en la conformación de una serie de comisiones, para poder funcionar sin el freno del oficialismo y así poder emitir despachos que lleguen al recinto.

Bajo la superficie. Algunas voces que estuvieron en el encuentro señalaron que entre ‘los 33 mineros’ se prometieron mutuamente “unidad y trabajo conjunto” desde el momento que asuman en sus bancas, a partir del 10 de diciembre.

Una parte de la botonera del comando legislativo en manos de la oposición “es clave”, advirtió un radical que conoce el paño en la Unicameral. Hasta aquí la abultada mayoría oficialista ejerció el control total. 

Aunque en el plano de la superficie se niegue la puja interna entre los radicales por quién será el jefe de la principal bancada opositora, entre los 21 boina blanca ya hay unos cuantos anotados. Por lo bajo, ya se juega este partido. 

Como lo adelantó este medio, Miguel Nicolás y Dante Rossi, con experiencia legislativa, aspiran a la jefatura de la bancada. Entre los intendentes que desembarcarán, asoman dos nombres de peso que libran su propia batalla. Se trata de Oscar Saliba, actual titular del Foro que los agrupa, y del deloredista Gustavo Bottaso. También se anotó el bellvillense Carlos Briner. 

Un referente radical apostó a que el jefe del bloque UCR sea “una espada experimentada” en el terreno legislativo ante una negociación –mano a mano– con el oficialismo en el marco de la paridad. 

En medio de los nombres en danza, la fuente boina blanca le bajó el precio a que sea un exintendente. De igual modo, sentenció: “Será quien tenga los votos”, al adelantar la elección interna que se dará en la bancada radical, llegado el momento. 

Otro asunto que se analiza –por lo bajo– en el alineamiento opositor es qué pasará con la integración del interbloque ante el resultado puesto de la elección presidencial. 

No son pocas las voces que advierten que ante un escenario de derrota en JxC crujirá la propia constitución de la alianza. Por lo pronto, los cambiemistas prometen “unidad y articulación” en la nueva conformación de la Legislatura.