Días atrás volvió a ser noticia Guillermo Kraisman, por un video que publicó en su estado de WhatsApp y se convirtió en noticia. Ocurre que tras estar detenido casi nueve meses, y en la antesala de un juicio por defraudación a la administración pública, regresó a la militancia barrial y social. Perfil CÓRDOBA lo contactó con una inquietud puntual.
En la entrevista que realizó con este medio mientras estuvo detenido en la cárcel de Bouwer, Kraisman dijo que el contrato de la “empleada fantasma” Virginia Martínez —a quien le depositaron un mes de sueldo pero nunca fue a trabajar a la Legislatura— era “nada” a la par de todo lo que pasaba en la Unicameral.
Este medio le preguntó qué quiso decir con aquella expresión. Contestó: “Me llegan audios de empleados que dejan parte de su sueldo, tributan a quienes los designan”. También sostuvo que “en marzo nos enteramos estando ‘adentro’ (de la cárcel) que una persona fue designada en la Legislatura el 1 de enero”. Y añadió: “Conozco un contrato que no cumple funciones en la Legislatura, es de una persona que cuida a los hijos de un legislador”.
Con esas frases desplegó algunos datos que dice tener para sostener que “los medios se ensañaron con él”, las autoridades intentaron “tapar el sol con la mano”, mientras no se investigan otras irregularidades graves y a quienes ponen su firma para esos nombramientos.
Reconoció la tarea de este medio al publicar los 23 nombres cuyos contratos aprobó la vicegobernadora Myrian Prunotto junto al de Virginia Martínez, pero opinó que el allanamiento ordenado semanas atrás por el fiscal Anticorrupción, Franco Mondino, llegó tarde. “En nueve meses nace un niño”, exclamó señalando que es demasiado tiempo para borrar pruebas o acomodar inconsistencias. “Mi causa tiene una responsabilidad de designación, más allá del hecho fortuito en el banco, con (Luciana) Castro de lo que estoy profundamente arrepentido”, dijo Kraisman apuntando a las autoridades que avalaron el nombramiento y no están imputadas como él.
No quiso dar nombres propios, pero sugirió con descripciones que mientras él estuvo detenido, algunos legisladores “aprovecharon para avanzar sobre dirigentes, nombrando a sus hijas o hijos en la Legislatura”, como si los contratos y las designaciones fuesen favores corrientes.
Sobre la supuesta niñera de uno de ellos se preguntó: “¿No es mucha casualidad que la contratada trabaje en la casa de un legislador cuidando sus hijos? Esas cosas se tienen que corregir”, apuntó.
Además, no se privó de hacer reflexiones políticas señalando que en la Legislatura “no cambió nada” después de la causa judicial en su contra. Y que hay un “ausentismo total” de los funcionarios y el gobierno en los barrios, donde la gente necesita ayuda. “A muchos dirigentes les podría pasar lo mismo que a Rosario Central, en poco tiempo les darán la espalda”, opinó.
Finalmente, defendió su tarea junto a “otros profesionales y mujeres emprendedoras” con quienes distribuye viandas con comida en 10 barrios de la zona sur de la ciudad. “Es una forma de reparar voluntariamente porque siento el deber moral, personal y social”, señaló, que va más allá de las sanciones que oportunamente le impondrá la Justicia.