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La era Llaryora arrancó con los puentes detonados con la oposición liderada por Juez y De Loredo

Juntos se declaró en ‘estado de alerta y movilización’ y con ‘la guardia en alto’ ante la jugada llaryorista por el Tribunal de Cuentas. Los cambiemistas denunciaron que se busca vaciar de atribuciones de control a la oposición. Calificaron a la reforma aprobada por el oficialismo de ‘golpe institucional’ y ‘atropello’. Irán a la Justicia para reclamar su ‘inconstitucionalidad’.

unicameral19-11-2023
AGENDA. En la sesión del miércoles también se aprobó el Presupuesto 2024, la creación de la Agencia Agro Córdoba y la modificación del reglamento electoral. | CEDOC PERFIL

Los referentes opositores Luis Juez y Rodrigo de Loredo, junto a Mario Negri y el resto de los socios de Juntos por el Cambio (JxC), se mostraron alineados en la contraofensiva al “golpe institucional” del gobernador electo Martín Llaryora. La oposición adelantó que irá a la Justicia para reclamar la “inconstitucionalidad” de la ley de reforma del Tribunal de Cuentas. La otra señal política que dejaron los cambiemistas es de estar todos adentro, ante el fogoneo divisionista del peronismo llaryorista.

La movida del mandatario electo de vaciar de atribuciones de control a la oposición en el Tribunal de Cuentas, según denunció JxC, detonó los puentes con el gobierno que aún no desembarcó en El Panal. Voces interesadas deslizaron que el gobernador Juan Schiaretti avaló la medida de LLaryora, aunque con un margen de duda. 

Una fuente de peso que conoce la relación de Schiaretti y LLaryora admitió que el gobernador “no estaba muy de acuerdo”, lo que se traduce como una jugada llaryorista pura. Del otro lado, la oposición se mostró compacta en el reclamo por el atropello institucional. La contraofensiva tendrá tres pasos: pedido de veto al gobernador, una iniciativa para derogar la ley en la nueva Unicameral –escenario de paridad– y la avanzada en la Justicia. 

A esto se sumó otro capítulo del cordobesismo aplicado por el sanfrancisqueño. La cooptación de cambiemistas –en este caso, cuatro amarillos– para sumarlos a su ‘gobierno de coalición’, puso a Juez y De Loredo en modo recargado.

El senador nacional rechazó la decisión de Llaryora de pretender “llevar las instituciones a los patadones” y cargó fuerte contra la “compra de voluntades” por la cooptación de amarillos. De Loredo fue aún más duro. El evolucionista habló de “proxenetismo político” del gobierno (ver aparte).

Fiel a su estilo, Juez criticó a Schiaretti por retirarse del gobierno “por la puerta de atrás” al avalar la avanzada llaryorista por el Tribunal de Cuentas y le puso un freno a los aires monárquicos del mandatario electo. 

“A usted lo eligieron gobernador, no emperador de Córdoba. No le vamos a dar ninguna posibilidad a que Llaryora transforme su mandato constitucional en un acto de monarquía que los cordobeses repudiamos”, aseveró.

Juez, De Loredo y Negri, acompañados por Marcos Carasso y Oscar Agost Carreño (presidentes de la UCR y el PRO, respectivamente) y el referente lilista Gregorio Hernández Maqueda, se mostraron juntos en una nueva foto de unidad ante el rechazo del accionar llaryorista. También se sumaron a la contraofensiva dirigentes partidarios, los dos tribunos de cuentas proclamados –María Fernanda Leiva y Beltrán Corvalán– y legisladores salientes y electos.

En este marco, De Loredo cuestionó que “Llaryora arremetió con un sinnúmero de decisiones graves”, en alusión al paquete de leyes que se aprobó en la sesión maratónica del miércoles pasado en la Unicameral.

En cuanto a la reforma del órgano fiscalizador, el evolucionista advirtió que se trata de “disposiciones normativas que procuran evadir todo control” y redobló la crítica: “Es el desembarco de uno de los gobiernos más oscurantistas que, me anticipo a decir, va a tener la provincia”.

Bajo esa lógica que le reprochó a LLaryora, De Loredo se refirió a los gastos reservados. “Ha ampliado discrecionalidades, ha ampliado la disposición de recursos oscurantistas, difíciles de controlar”, fustigó. De igual modo, cuestionó la actualización automática de impuestos conforme la inflación como “un mecanismo no tan novedoso, como impúdico”. 

Al respecto, el referente radical afirmó que en el fondo de la cuestión hay “una delegación impropia” por lo que no descartó recurrir a la justicia por este tema. “Vamos a estudiar su eventual judicialización”, completó.

En esa línea, Negri también salió con los tapones de punta. La espada opositora dijo que el Gobierno provincial «se pone al borde del autoritarismo». «No es un gobierno democrático, les molesta que los controlen», acentuó.

Entre una serie de puntos objetados de la reforma, el radical hizo foco “en la aprobación ficta” que limita las funciones de los tribunos. “Si pasado un tiempo determinado no se aprueba lo que mandó el Poder Ejecutivo se aprueba por sí solo”, puntualizó y declaró: “Esto no sólo es una vergüenza, es una marcada inconstitucionalidad”.

“Los cordobeses deben comenzar a preocuparse, acá no va a haber más república, acá lo que va a haber es más discrecionalidad, es tan grande la grosería", arremetió.

En la sesión maratónica del miércoles pasado donde se aprobaron ocho leyes, la mayoría oficialista junto a los cuatro legisladores del PRO y el radical no orgánico Orlando Arduh, sancionaron la reforma a la ley 7.630 referida a la orgánica del Tribunal de Cuentas provincial. Los bloques Juntos UCR, Encuentro Vecinal, Independiente y las dos representantes de la izquierda expresaron su rechazo con duras críticas dirigidas al gobierno.

Por su parte, la bancada oficialista rebatió las críticas opositoras. La mayoría peronista argumentó que la iniciativa apunta a dar ‘estatus’ de ley a una reglamentación vigente sobre el funcionamiento del organismo rubricada por los actuales tribunos de la mayoría (Andrea Abramo y David Consalvi) y el vocal por la minoría, el negrista Julio Ochoa. 

Tras el plenario legislativo que finalizó bien entrada la madrugada del jueves, desde el oficialismo hicieron silencio de radio. Se buscó así dar vuelta la página y no entrar en el juego del desgaste.

Por primera vez, en 24 años, la conducción del órgano fiscalizador cambiará de manos, a partir del mandato de las urnas. Habrá dos tribunos de la oposición (JxC) y uno por la minoría (PJ). A su vez, a partir del 10 de diciembre, el oficialismo pierde su abultada mayoría en la Unicameral y se enfrenta a un escenario de paridad con la oposición. No obstante, fogonea el divisionismo de JxC con una nueva faceta del cordobesismo en el poder. El llamado a un ‘gobierno de coalición’ activó el libro de pases con la incorporación de amarillos y radicales que desembarcarán en las primeras líneas del gabinete de Llaryora.