Si en sus inicios los personajes de esta historia nos recordaron a los Buendía de Cien años de soledad, los sucesos de los últimos meses los asemejan a los entretelones de cualquier ficción de intriga, con capítulos de violencia incluidos.
Dos hechos trascendentes se produjeron casi en simultáneo en las últimas semanas. Una sentencia quedó firme en el fuero de Familia y el viernes la fiscal de Instrucción Milagros Gorgas ordenó la detención de Liliana Basualdo, viuda de Isidro Titti.
Matrimonio nulo. El 27 de agosto quedó firme la sentencia que dictó la Cámara de Familia de 2ª Nominación para confirmar la nulidad del matrimonio celebrado entre Pedro Titti (84) y Nilda del Carmen Basualdo (27). La resolución había sido emitida a mediados de junio por los jueces Graciela Melania Moreno Ugarte, Roberto Julio Rossi y Fabián Eduardo Faraoni, por unanimidad. La pretendida esposa y su abogado tenían la posibilidad de ir en casación al Tribunal Superior de Justicia para insistir en la legalidad del matrimonio. Pero ello no sucedió, de modo que el fallo quedó firme y ese contrato nupcial es ahora nulo. La decisión tiene efectos directos en la herencia millonaria que, tras su muerte, dejó Pedro Titti, propietario de valiosas tierras en campos de La Para.
Al no haber matrimonio, la única heredera es Normi, su hija, reconocida tardíamente a través de un juicio de filiación. El juicio de filiación nació también de un hecho llamativo. El hombre que durante toda su vida Normi llamó como padre le comunicó poco antes de morir que era hija biológica de Pedro Titti. A partir de ahí comenzó la historia judicial que se bifurca en expedientes de Familia, Civil (por la filiación y la sucesión) y Penal. En efecto, fue Normi quien interpuso la demanda en los tribunales de Familia para que se revisara la celebración del matrimonio porque su padre había sido declarado inhábil, por otro juez Civil.
En el momento de contraer nupcias, además, estaba vigente otra decisión judicial que había declarado inhábil al hombre por una afección psicocognitiva y había restringido su capacidad para disponer de bienes, designando como figura de apoyo a su hija, Normi.
Detención. Mientras tanto, otros dos capítulos se escriben en la sede Penal de los tribunales cordobeses. A comienzos de agostos las hermanas Liliana y Carmen Basualdo denunciaron que habían sido amenazadas. La “escalada de violencia” tuvo su pico máximo el 20 de agosto último cuando una de ellas fue internada tras recibir varios balazos. Los hechos son investigados por la fiscal de Instrucción Gorgas. Sorpresivamente, el viernes último la funcionaria ordenó detener a Liliana Basualdo por presunto falso testimonio.
Según pudo saber este medio habría aportado pistas falsas para orientar la responsabilidad del atentado a personas inocentes.
Lo que viene. El fiscal de Instrucción Gustavo Dalma, por su parte, está a punto de emitir una resolución del caso que investiga y en el que hay cinco imputados, entre los cuales están las hermanas Basualdo. Se las acusa del delito de defraudación por circunvención de incapaces. Traducido al lenguaje cotidiano, la acusación se basa en aprovecharse de la relativa incapacidad de Pedro Titti para usufructuar las ganancias de la parte de campo que le pertenecían, de las que actualmente Normi Titti es heredera legítima. Fuentes de esa oficina adelantaron a PERFIL CORDOBA que la próxima semana habría novedades en tal sentido.
LA HISTORIA
◆ Todo surgió porque una mujer (Normi Titti) supo tardíamente quién era su padre biológico. El hombre, PedroTitti, era un octogenario dueño de valiosas tierras. Él y uno de sus dos hermanos se casaron con dos mujeres 50 años más jóvenes, las hermanas Basualdo.
◆ En el fondo se disputaban una herencia millonaria. Pero había un ADN que acreditó que Normi era hija de PedroTitti; otro juez declaró inhábil al hombre para disponer de sus bienes y por último un juez de Familia declaró nulo el matrimonio de Pedro y una de las hermanas Basualdo. Ahora la sentencia de Cámara quedó firme.
◆ La contraofensiva de las mujeres fue cuestionar el ADN. En las últimas semanas denunciaron amenazas y ataques. Ahora, la fiscalía investiga si mintieron para incriminar a un inocente o victimizarse. Por eso ordenó la detención de Liliana Basualdo.
