El intendente Martín Llaryora logró un alto protagonismo en la avanzada con tonada cordobesa ante el Congreso nacional por más subsidios al transporte público del interior (en la previa del paro de UTA), y en medio de las definiciones políticas por el Presupuesto 2023. El jefe comunal capitalino sumará aún más centralidad en los próximos días cuando el líder del PJ le levante el brazo como el candidato a gobernador del peronismo.
En el congreso partidario que se realizará el 3 de noviembre, el cual congregará a la conspicua dirigencia del PJ orgánico, Llaryora será ungido por el gobernador Juan Schiaretti como el exponente indiscutido para pelear por la gobernación.
No será un lanzamiento formal, falta para eso, pero será una fuerte señal del peronismo –a propios y extraños– de poner en cancha a su máximo candidato y el punto de partida de la carrera hacia las urnas en 2023.
Con ello, se activará el aparato partidario en el interior provincial, donde el intendente capitalino exhibe mayor grado de desconocimiento, aunque en el global (se compensa con la “buena imagen” en la Capital), las encuestas que analizan en El Panal lo posicionan entre 5 y 10 puntos arriba del opositor Luis Juez.
Hay entusiasmo en el llaryorismo por los números. Afirman desde su mesa chica que “tiene todo para crecer” ante sus contrincantes de Juntos por el Cambio, ya sea Juez o Rodrigo De Loredo.
Con la estrategia acordada por Schiaretti y Llaryora se activó una campaña de posicionamiento en el interior que se sustenta en la exposición del sanfrancisqueño en medios locales, y también en pantalla nacional por su penetración en algunas zonas de la provincia.
A esto se suma las recorridas del titular del Palacio 6 de julio que se intensificarán durante los fines de semana. “No se descuidará la gestión municipal”, aseguró una espada llaryorista, quien planteó un escenario propicio tras cerrar el acuerdo salarial con el Suoem por inflación hasta diciembre de 2023 y una serie de inauguraciones que se vienen en el marco del plan de obras en la ciudad.
Mensajes. Con la bendición al referente de la “nueva generación” pegotista y su mensaje a los propios, Schiaretti trazará el rumbo de cara al 2023 y encolumnará al PJ detrás del proyecto “Llaryora gobernador”. También exhibirá su juego de aspirar a la presidencia.
El “Gringo” exhibió esta hoja de ruta cuando se reunió hace menos de dos semanas con intendentes del palo en el Centro Cívico. En ese cónclave, el mandatario puso fin al reclamo de la re-reelección y pidió trasmitir la decisión política-electoral a territorio.
En el peronismo afirman que la “Vieja Guardia” y el llaryorismo limaron asperezas. “No hay mayor tensión…”, dijo un dirigente de peso político. La misma fuente indicó que los jefes comunales enojados por la bajada del pulgar a la re-re deberán “asimilar” el mensaje de Schiaretti.
Por otro lado, en el círculo íntimo del intendente capitalino expresan que con los peronistas K hay una “buena relación personal”, pero advierten que la lapicera (en el plano político) sigue en poder del “Gringo”.
Consideran que en algún momento –“no es ahora”, seguramente cuando se conozca la fecha de las elecciones– se dará un diálogo más orgánico con los compañeros K (entre ellos, con el sector que lidera Martín Gill) para definir si están dentro o fuera del proyecto. El mensaje que se baja es que si juegan con lista propia el único beneficiado será Juntos por el Cambio.
Por lo pronto, antes del 3 de noviembre, habrá una simultaneidad de actos y reuniones departamentales dando explícito apoyo a la candidatura de Llaryora. En los últimos días, el schiarettista Carlos Massei, junto a la tropa de Marcos Juárez, dio el puntapié inicial a esta movida para poner en marcha el aparato partidario y así ejercitar músculo político.
Alta exposición. Llaryora logró una marcada exposición durante la semana pasada a raíz de la avanzada en el Congreso de más subsidios de Nación al transporte del interior (en la previa del paro de UTA), y en medio de las definiciones políticas por el Presupuesto 2023.
El titular del Palacio 6 de Julio, junto a sus articuladores, el secretario de Transporte Marcelo Rodio y el diputado nacional Ignacio García Aresca, encabezaron la “patriada” –así la definieron en el llaryorismo– a la movida desplegada en Diputados, con respaldo del schiarettismo, ante el poder central por una distribución “más justa” de los fondos nacionales.
Llaryora y los suyos, junto a los intendentes de Rosario y de Santa Fe -mientras en paralelo los gobernadores peronistas acentuaron su reclamo ante Sergio Massa- consiguieron sumar voluntades del Interbloque Federal (peronistas bonaerenses) y de Juntos por el Cambio, con el apoyo explícito de Mario Negri. Esto le dio otro volumen político a la demanda ante Nación.
El intendente cordobés se volvió con la redacción final del artículo 81 del Presupuesto 2023 -se aprobará el martes- que prorroga el Fondo Compensador (subsidios al transporte) con la suma de $ 85.000 millones “como piso” (originalmente figuraba $ 66.000 millones), sumado a una “cláusula gatillo” por inflación.
Los cambios a este artículo clave del presupuesto para el año próximo año fue visto “con buenos ojos” por la comitiva cordobesa, aunque se advirtió que se está lejos de los $ 113.000 millones -como mínimo- que se reclaman para todo el 2023. La “cláusula gatillo” por inflación descomprime la situación y sobre todo el compromiso de Massa de garantizar esos fondos.
No obstante, el área de Transporte a cargo de Rodio seguirá reclamando “una distribución más justa” de los recursos de Nación para el funcionamiento del transporte del interior en relación al AMBA.
El otro capítulo más urgente a atender en materia de subsidios nacionales, en la previa del paro de 72 horas de la UTA, son las partidas que los gobernadores e intendentes reclaman para cerrar el año: totalizan unos $ 59.500 millones. Ante lo comprometido inicialmente por Nación, estarían faltando unos $ 13.500 millones, con la salvedad que hasta ahora se transfirieron $ 30.000 millones en lo que va del año.
Sobre este punto hay dos versiones: por un lado, se dice que Massa se habría comprometido ante los mandatarios del NOA a compensar esa cifra –los $ 13.500 millones– vía aportes del tesoro nacional (ATN). La otra es que estaría en análisis una resolución administrativa de Economía para distribuir partidas por ese monto restante.
A su vez, desde el llaryorismo centran su mirada en los pasos de Massa ya que habría un compromiso de sentarse con la cúpula de la UTA a más tardar el lunes para destrabar la medida de fuerza que paralizará el transporte del interior entre el martes y el jueves de esta semana.
Hace falta una señal política que destrabe el conflicto en torno al paro decretado. “La llave es Massa”, razonan en el círculo próximo del intendente capitalino. La señal que hace falta no saldrá de la patronal (empresarios del transporte) sino del Palacio de Hacienda (Massa) en torno a la discusión de iguales salarios de los choferes del interior y del AMBA.