El conflicto entre el Ejecutivo y los empleados municipales no tiene, por el momento, un panorama que empiece a augurar algo de paz después de un conflicto que ya superó a otras gestiones. La semana estuvo atravesada por conversaciones que se suspendieron y movilizaciones que quedaron en pausa por el positivo de covid-19 de un empleado municipal que, afortunadamente -según indican en el sindicato y funcionarios- no se trasladó al resto de la repartición ni en otras esferas del gremio.
En el medio, la discusión tuvo el ingrediente de la educación con un debate que no llegó a darse en el seno del Concejo pero que hubiese complicado, según reconocen también de ambos lados de la negociación, aún más el diálogo.
Superada esta discusión, porque el oficialismo decidió retroceder con lo que se iba a tratar el viernes por la tarde en legislativo municipal en torno a las escuelas municipales, lo que resta saber es cómo se destrabará el conflicto.
El viernes el gremio hizo pública una carta en la que pedía diálogo y una reunión entre las autoridades del sindicato y el intendente Martín Llaryora. Desde el Municipio reconocieron a PERFIL CORDOBA que la mesa y la instancia de diálogo está abierta, aunque algunas fuentes en el Palacio 6 de Julio descartan que el encuentro entre la cúpula del Suoem y el Municipio tenga en la mesa al propio jefe comunal.
Bajar la espuma. Cerca de Llaryora reconocen que el intendente quiere que se sumen a la gestión y no tiene intenciones de mantener una pelea permanente. Aunque también repiten que, desde la óptica sindical, no todos los temas se pueden pelear de la misma manera.
“Acá hay que entender que no se pueden pelear todos los temas iguales. Con la educación, por ejemplo, hubo diálogo y se decidió seguir conversando. Pero no puede ser tensión todo el tiempo”, afirmaron desde el entorno del intendente.
Sin embargo, en los pasillos del Palacio 6 de Julio, repiten que quedan dos fases para cerrar el conflicto: el fin de la universalización de las bonificaciones y la doble jornada.
La primera, está relacionada con extras que se pagan a casi el 100% de los empleados municipales, sin importar la tarea que realicen y se instauró en la parte final de la gestión de Luis Juez en el 2007.
La secretaria general, Verónica Bruera, está pasando el scanner y quiere saber en qué reparticiones y qué trabajo hacen aquellos a los que se abonan bonificaciones que incrementan desde el 15 hasta el 40% del sueldo.
En tanto, la otra discusión es por la doble jornada. Hay una intención de extender la atención hasta las 20 como ocurre en la administración pública provincial y acá, por más que hay medidas que se tomaron prepandemia, el contexto coronavirus las acondiciona.
Es decir, el plan del Ejecutivo es que la nueva normalidad municipal no sea con todos los empleados trabajando a la misma hora. Se les desdoblará la jornada y desalentará el pago de horas extras, sostienen en el Municipio.
El gremio saca el ancho. En el sindicato reconocen que hay algunos que quieren sellar la paz. Y que hay jugadores de los dos lados que van por el acuerdo; es más, reconocen que hay un diálogo sensato con el entorno cercano a Llaryora que les hicieron saber del interés del intendente de dialogar.
Sin embargo, siguen ubicando a Bruera entre las duras porque “parece que tiene la llave de la sala de reuniones”, dijo un referente del gremio a este diario. El diálogo ahí, entre la funcionaria y el sindicato no es el mejor, al punto que en el Suoem admiten que el buen resultado de las conversaciones por las escuelas llegó “porque ella estuvo en la mesa, aunque no tuvo incidencia”.
Conocedores de los dos lados de la discusión reconocen que el gremio puso como condición que se bajara la comisión previa al tratamiento del tema en el Concejo para sentarse a dialogar. Y que, por eso, la reunión del jueves por la tarde se pudo realizar.
En tanto, y acerca de las propuestas en torno a bonificaciones y doble jornada, el Suoem no tiene en los planes ceder en esto. Como así tampoco en los contratos que se darán de baja a fin de mes y donde también hay diferencias con los números: para el Municipio son entre 450 y 600; para el gremio, 350.
Para el final, el sindicato se guardó una carta. Quieren sentar en la mesa de discusión con el Municipio al titular de la comisión salarial del Suoem, Osvaldo Rubén Daniele. El líder sindical, de perfil bajo a lo largo de todo el conflicto, entrará en el tramo que podría ser el que selle el acuerdo.
Con la predisposición de Llaryora y el ingreso de Daniele resta saber si habrá humo blanco o la pulseada por bonificaciones y doble jornada tensan aún más la cuerda.