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CóRDOBA
DESPUÉS DE LA CRISIS

Los cordobeses de Cambiemos con la misión de cuidar el territorio de Macri

Timbreo, gestión y evitar el ruido interno, los ejes en la primera semana después de la crisis política. Quiénes ganan y quiénes pierden con la reestructuración de la mesa chica.

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DE REGRESO. Macri el jueves en Córdoba, intentando recuperar terreno perdido en su territorio fértil. | Cedoc Perfil

Las crisis se desarrollan en la incertidumbre; pero al final, hay una cosa clara: alguien pagará el costo. Y cuando estalla la crisis, ya conviene pensar en quién será aquel que salga más perjudicado. Algo muy parecido a esto piensan, razonan y coinciden los dirigentes de Cambiemos en Córdoba. Territorio clave para el presidente Mauricio Macri y al que decidió venir en medio de la tormenta política que se generó en torno a su gobierno. Con enfrentamientos que incluyeron no sólo a los actores de la oposición, sino también con una buena dosis de fuego amigo que derivó en la reconfiguración de la “mesa chica”. Entorno que, en Córdoba, ya tiene ganadores y perdedores. 

Uno de los dirigentes que estuvo muy cerca de Macri el pasado jueves en esta ciudad, y que es considerado una de las espadas del Gobierno, reconoció a PERFIL CÓRDOBA que “el presidente no está pensando en 2019. No piensa en la reelección. Está enfocado en cómo sacar esto adelante”. El alfil de Cambiemos consideró además que de esta situación “nunca salís indemne” pero es tiempo de empezar a enderezar el rumbo. 

Los que están cerca del armado consideran que no es tiempo de hablar de un nuevo mapa en Córdoba de cara a las elecciones del año próximo. Prefieren enfocarse en la gestión, volver a la calle con los timbreos como el que se realizó ayer en todo el país y tratar de que la imagen del líder del PRO vuelva a los índices que tenía en otros momentos de esta gestión. “Está claro que es difícil volver a la imagen de 2015 porque ya estás en la gestión. Pero hay que acompañarlo para que se pueda empezar a revertir”, razonó otro dirigente de la coalición. 

La nueva “mesa chica”. En Córdoba se siguió con atención lo que fue la reconfiguración en el entorno de Macri. Los regresos del radical Ernesto Sanz y de Emilio Monzó al círculo presidencial fue tomado como una buena noticia. Por los integrantes del centenario partido, porque consideran que les sirve para ganar terreno en la toma de decisiones dentro de un gobierno donde los que tienen la lapicera son macristas; y para los integrantes del espacio amarillo en el ala de los orgánicos, porque significa el regreso del armador más importante en la provincia hasta la irrupción de Marcos Peña y Rogelio Frigerio

“Monzó es más que su pasado como hombre clave en el armado cordobés. Es una persona determinante en el ámbito del Congreso para el diálogo con la oposición y en un escenario donde creció en el último tiempo (Miguel) Pichetto”, reconoció un PRO puro a este medio. En la misma línea, otro dirigente de ese riñón planteó que el regreso del bonaerense “le da un rédito” al dirigente por la forma que había significado su salida de ese entorno y advierte que la ausencia de Monzó -antes, ahora o después- “no significa que este sector del PRO en Córdoba quede huérfano”

En el espacio amarillo hoy aseguran que existe “conformidad” con el rol que tuvo el radicalismo en la semana más dura. “En el Congreso pusieron el cuerpo. Y de Córdoba, lo pusieron con todas sus facciones: desde (Mario) Negri hasta los que responden a (Ramón) Mestre”, razonó. 

Precisamente, no hay radicales que puedan mostrar el título de ganadores con el reingreso de Sanz a la mesa chica. Con Negri y Mestre, la relación fue cambiante; y uno de los últimos que estuvo con el mendocino hace un par de semanas en Córdoba fue Orlando Arduh, el titular del bloque de la UCR en la Unicameral y jefe de campaña el año pasado. “Que vuelva Sanz tiene que ser tomado como algo bueno para el partido en su conjunto, no personal. De última, es bueno en lo individual para el partido en Mendoza, con un gobernador (Alfredo Cornejo) que además de ser presidente de la UCR Nacional se le plantó fuerte a Peña hace un par de semanas”, dicen. 

Un conocedor del pulso de Cambiemos, con línea directa a Casa Rosada graficó la última semana de la siguiente manera: “lo que pasó, le va a servir al gobierno para saber que se equivocan cuando creen que ‘estas son cosas que le pasan a la vieja política y a ellos no’. Pero les va a servir para considerar que para gobernar necesitan de todos: desde el radicalismo hasta el peronismo. Pero a no confundirse, hay tipos como Peña y Caputo, que son intocables”.