El titular de Fundación Capital y expresidente del Banco Central fue uno de los disertantes de peso que trajo el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (Iaef) a su 12° Congreso que tuvo lugar esta semana en Córdoba. Antes de su presentación, el economista dejó su impresión a PERFIL CORDOBA sobre la gestión actual y los desafíos que se vienen.
-Dujovne y Sica dicen que la economía está rebotando, ¿comparte ese diagnóstico?
-Nuestros números de Fundación Capital muestran que la economía ha dejado de caer y que recién en septiembre vamos a empezar a ver salarios e inflación que van a empezar a empatarse. Entonces, desde allí hay una leve recuperación del poder de compra, pero sin recuperar lo que han caído desde el segundo trimestre del año pasado y probablemente tengamos un tercer trimestre con números positivos, pero levemente positivos, con un 1,4% de crecimiento y un cuarto trimestre muy parecido. Una salida de esta recesión en ‘L’, una salida muy tenue. Pensemos que la población crece 1,6% anual, con lo cual, para que sintamos que un país crezca tenemos que crecer más que eso.
-Además, vamos a estar comparando con meses muy malos de 2018.
-Exacto. Vamos a estar hablando de una leve recuperación mirando los números pero la sensación térmica de la calle todavía va a seguir siendo bastante mediocre.
-¿Cómo quedamos en términos de PBI?
-Nuestra proyección es que el 2019 cierra con una ca ída del 1,6% y respecto a la recuperación del año que viene tenemos que ver qué pasa. Falta un plan económico, que es lo que venimos reclamando desde Fundación Capital desde hace bastante tiempo. Argentina no puede seguir emparchándose con medidas parciales, sino que necesita un programa más integral y hasta que eso no ocurra tenemos una realidad muy heterogénea donde hay algunos sectores, muy pocos, a los que les va bien y otras realidades como las del conurbano de las grandes ciudades que están muy complicadas.
-¿Cómo ve el horizonte de deuda pública en el mediano y largo plazo?
-Es un problema manejable, pero hay que saber manejarlo. Cuando uno mira la estructura de la deuda hay que separar la deuda que es intra sector público. Yo le dejé a Cristina US$ 50 mil millones en el Banco Central y se los gastó todos. Hoy tenemos un Central independiente, pero de todas formas no le va a pedir el default a la Argentina. Entonces, si el total de la deuda es 88% contra Producto, hay que sacarle 30 puntos que es la que corresponde intra sector público y 12 puntos son con el Fondo Monetario y organismos multilaterales de crédito, con lo cual, la deuda con terceros en dólares es del 46% del Producto. Es una deuda manejable, alta pero manejable. La clave es recobrar la confianza de los mercados. YPF demostró que se puede, con lo cual con un buen programa económico, con una buena historia y con un buen proyecto hacia adelante hay financiamiento. Argentina no puede pagar capital e intereses todos los años, hay que pagar intereses e ir renovando con nuevas operaciones de mercado el capital.
-¿Hay mucho nerviosismo entre los inversores extranjeros?
-Están viniendo algunas cosas con cuentagotas porque la avaricia supera al miedo, la tasa de interés todavía atrae a fondos que hacen carry trade y eso es perjudicial en materia de política cambiaria, pero hoy por hoy, en términos generales, hay una actitud de “wait and see”, esperar y ver qué es lo que pasa con la política.
-¿Cuál va a ser la herencia más complicada de sobrellevar para la próxima administración?
-Mi visión es que se ha perdido la confianza, el principal activo que hay que recuperar, que es la base de cualquier política económica, social, educativa, de salud y eso requiere de un sólido programa económico, social y de tener respaldo político y capacidad de implementación. Ideas sin capacidad de implementación son solo una ilusión. Hay que tener buenos programas, respaldo político y luego capacidad de ejecución.
-Este Gobierno dijo que el kirchnerismo dejó muchas bombas de tiempo.
-Es cierto eso, había dejado muchas bombas de tiempo, muchas inconsistencias, pero este Gobierno tuvo una esperanza que se generó cuando asumió y lamentablemente con la devaluación del año pasado perdió esa confianza.
-¿Los agregados monetarios no son una complicación?
-Por supuesto, también hay complicaciones en términos productivos, en términos impositivos, monetarios. Lo de las Lelics hay que ir desarmándolo en el marco del tiempo y de nuevos ingresos de capitales. Es una complicación más de una economía que tiene que generar un programa convergente y coordinado.