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DIAS OSCUROS

Los políticos en shock tras el triunfo de Milei, ya no protegen a nadie

Falta mucho para octubre. Tras las paso, dos temporales azotaron a la Argentina: La devaluación y los saqueos. La ciudadanía clama que se la cuide, aunque sea eso. Ya demuestran que no tienen respuestas por la economía.

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Saqueos en las provincias de Mendoza y Neuquén | Instagram/Los Andes

Los gobernantes, todavía conmocionados por el triunfo de quien no era su colega, ahora tampoco protegen a nadie.

Están paralizados, especialmente los que disponen de poder. No saben qué hacer. Aún aturdidos porque el sistema político reaccionó distinto, en otra dirección. Algunos intentando, aparentemente en vano, de encontrar respuestas sobre quién y por qué venció en las elecciones primarias de dos domingos atrás. 

Mientras tanto, en las principales ciudades, mucha gente desbordada por la inseguridad y el pánico de quienes saben hacer ese trabajo sucio y aborrecible.

Nadie protege. La policía se mueve, pero nadie la siente oportuna, efectiva. Los detenidos por robos en masa son, en su mayoría, menores. Sólo pasaron un rato por la comisaría, si la mala suerte los apresó. 

Son hordas de jóvenes que salen a atacar y destruir los sueños de los comerciantes, que abren sus negocios con el objetivo de vender y asegurarse, en la mayoría de los casos, el ingreso mínimo indispensable.

No les sustrajeron alimentos. Les robaron cigarrillos, bebidas, chocolates. En una de las imágenes de las cientos  que se transmitieron, como una especie de Gran Hermano brutal, un ladrón llamaba el interés del espectador, procurando apoderarse de un monopatín, tras una vidriera rota.

Por qué aún no se detuvo a Raúl Castells. El líder piquetero se autoincriminó como el principal responsable de estos eventos, muchos de ellos saqueos con todas sus letras. Por qué continúa otorgando entrevistas en los móviles de los canales y radios del país. Por qué dejamos que siga justificando estas acciones criminales, escudándose en la grave situación económica del país. ¿Quiénes pueden conducirlo ante la ley, tienen miedo o son parte del problema?

En tanto, nuestro (¿nuestro?) presidente (expresamente escrito con minúsculas), ignora la situación (no es candidato ni gobernante). Ocupando un globo de aire propio, utiliza ocho minutos de los ciudadanos y ciudadanas argentinas, para celebrar la decisión de las naciones integrantes del llamado grupo BRICS, de asociar también a nuestro país, entre otros. 

A su vez, el candidato del gobierno a la presidencia y tercero en la escala de la última puja electoral, Sergio Massa, continúa buscando de qué billetera sacar algo más de plata, mientras no corrige un solo rumbo de los que nos condujeron hasta aquí. El ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, promete un “comando de acción central”, que aún no resolvió nada (no sabemos si ya se conformó).

Por el lado de la provincia, el gobernador de Córdoba dejó en manos de sus funcionarios, el accionar policial, pero sus ministros y fiscales de la justicia, sólo atinan gestos ante los vecinos y no se les ocurre acciones determinantes.

Los representantes de los comerciantes, las principales cámaras, tampoco se atreven a incomodar al poder y no reaccionan colectivamente en defensa de sus asociados. 

Los legisladores apenas abrieron los ojos: atinaron a modificar el Código de Convivencia, con el propósito de otorgarles  "mas herramientas a los policías”, pero esto ya pasó. Será una ley muy interesante para los próximos saqueos, ojalá nunca la usemos.

Los agentes de seguridad público no dan más: algunos llevan varios días trabajando sin dormir. Pese a que son unos veinte mil, parecen pocos y sin coordinación. No se suman mas fuerzas, ni nacionales ni Federales.

“Se llevan las ganas de todo. Te levantás todos los días a la mañana, tenés una familia, gente que trabaja. Somos cuatro hermanos y cuesta”, relató uno de los comerciantes asaltados en Córdoba. Sus vecinos prefirieron pasar la noche en el negocio, en lugar de su casa, junto a su pareja e hijos, para proteger lo poco o lo único que les queda.

El martes, la policía de Córdoba dejó circular un rumor en el centro y en pocos minutos todos los comercios cerraron sus persianas. La inacción de la Jefa de la Policía fue total. Ni ella, ni Juan Manuel Delgado, el fiscal General y su superior, atinaron a salir de sus oficinas para llevar tranquilidad y cesar el pánico automáticamente. 

Hay algún lugar más seguro que el centro de Córdoba, repleto de policías, peatones, colectivos, tránsito. ¿A dónde puede escapar un delincuente?

Las organizaciones sociales locales no encuentran respuestas. Remarcan que son personas ni-ni o fuera del sistema. No estudian ni trabajan. Muchos se dejan llevar por mensajes de whatsapp. Una de las instigadoras, detenidas en Villa María, dijo que todo era parte de “una broma”.

Esto pasa en casi todo el territorio nacional. En Mendoza, la parálisis le sigue a los los continuos mensajes intimidatorios por cadenas, en las redes, que alientan el miedo a los saqueos. Los comercios, restaurantes y hasta las escuelas, cerraron sus puertas. Muchos pasajeros se bajaban de los colectivos por temor a ser asaltados.

Se vive en continua perturbación. Al drama económico irresuelto, se le suma el terror, injustificado. 

Falta mucho para octubre. 

La ciudadanía clama que se la proteja. Es una de las misiones, sino la principal, que asumieron quienes hoy nos gobiernan. Los que pretenden reemplazarlos, se ocupan casi forzadamente, aunque con pasos de comedia, en subrayar el error, la negligencia del otro.