En Córdoba, la Cooperativa Tosco reúne a unas 75 familias que trabajan como naranjitas legales en zonas como Observatorio y Tribunales II. Cobran tarifas fijas, cumplen horarios definidos, garantizan seguridad para los usuarios y buscan diferenciarse de los naranjitas ilegales, que este año ya sumaron más de 300 detenciones por actos violentos.
Gustavo Ferreyra, de la cooperativa, explicó a Cadena 3: “Acá no hay ningún cobro indebido, ningún exceso de cobro ni nada por lo que se parezca. Cobramos 500 pesos, lo mismo que el SEMM y necesitamos seguir trabajando”.
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Diferenciados por un chaleco de la Municipalidad de Córdoba, estos cuidacoches tienen "un reglamento interno que prohíbe el consumo de alcohol o drogas", que incluso pena a los compañeros que faltan sin justificación: como lo asegiuró Ferreyra, "se lo sanciona o se lo expulsa".
Asimiso, Ferreyra destacó que la actividad contiene a personas en situación de vulnerabilidad: madres solteras que son sostén de familia, jubilados y pensionados que necesitan complementar su ingreso. “Todos trabajando honestamente”, remarcó.
Menos inseguridad
Años atrás, cuando aún no había naranjitas en Tribunales II, los robos a empleados y vecinos eran casi una postal cotidiana. Con la llegada de la cooperativa, esa situación cambió drásticamente: “Los robos cayeron un 90%”, aseguró. “Acá la gente nos reconoce y nos valora, porque incluso contribuimos a su seguridad”, agregó.
Para ingresar a la cooperativa, los postulantes deben presentar certificado de buena conducta, negativo de ANSES, DNI, certificado de domicilio y apto físico.
El trabajador también destacó la importancia de diferenciar a los cuidacoches legales de los delincuentes y extorsionadores. Señaló, también a Cadena 3, que las denuncias por hechos violentos o cobros indebidos suelen ocurrir en zonas céntricas o durante la noche, horarios en los que la cooperativa no presta servicio.