El gobernador Martín Llaryora encabezó este lunes en Cañada Jeanmaire el acto que marcó el inicio de los trabajos para completar los dos tramos faltantes de la Autopista Nacional Ruta 19, "una obra abandonada por la Nación que la Provincia finalizará con fondos propios".
Los nuevos tramos —de 16,8 kilómetros entre San Francisco y Devoto, y de 16,7 kilómetros entre Devoto y Cañada Jeanmaire— estarán a cargo de la empresa Benito Roggio e Hijos S.A., adjudicataria en ambas licitaciones. Cada segmento tiene un plazo de ejecución de 18 meses y una inversión prevista de 64.902 millones y 58.503 millones de pesos.
Con estas tareas, se completará la construcción de 62,9 kilómetros que habían quedado inconclusos, sumándose a los 29,4 kilómetros entre Arroyito y Santiago Temple, cuya reactivación fue anunciada la semana pasada. La inversión total provincial ascenderá a 191.166 millones de pesos.

Durante el acto, Llaryora calificó el reinicio de la obra como un hecho histórico para el este cordobés. "Podemos pensar distinto, pero podemos trabajar juntos, y esa es la gran diferencia", expresó ante vecinos y autoridades locales.
El mensaje del gobernador también dejó entrever el malestar persistente de Córdoba hacia la Nación por la falta de inversiones en infraestructura. "Somos una de las regiones del país, que más recursos le da a la Nación y tal vez una de las más olvidadas. La mayoría de las obras que hemos hecho aquí las hicimos con recursos de los propios cordobeses. Es injusto", sostuvo.
Lemos: "Vine a despertar a Río Ceballos, un gigante dormido"
El reclamo no es nuevo: la Autopista 19 —que conecta la ciudad de Córdoba con Santo Tomé, en Santa Fe— ha atravesado tres gestiones nacionales sin que se completara su traza. La vía es estratégica para el tránsito nacional e internacional, con más de tres millones de vehículos al año, y forma parte del corredor bioceánico Atlántico–Pacífico, uno de los más transitados del país.
La conversión de la antigua ruta en autopista busca mejorar la seguridad y la fluidez de un trazado donde circulan a diario unos 7.000 vehículos, con alto tránsito de camiones. El proyecto contempla calzadas separadas, colectoras y accesos controlados, eliminando los cruces a nivel que históricamente marcaron su peligrosidad.