Bruno Zapelli fue el señor de los aplausos. El “10” de Belgrano sobresalió en el clásico con Instituto, un partido al que él mismo le pone el rótulo de “intenso”, y se llevó una de las ovaciones de la noche del viernes en el Estadio Julio César Villagra. “Estoy muy contento, muy feliz. Esto es un sueño para mí. El reconocimiento de la gente es lo más lindo para un jugador de fútbol”, asegura.
No hay euforia en el talentoso mediocampista, y tampoco ánimo de revancha contra los hinchas más impacientes, esos que muchas veces suelen pedirle “un poco más” adentro de la cancha. Su gesto y sus palabras denotan la satisfacción del deber cumplido.
“Trato de estar tranquilo. Es obvio que uno nunca quiere equivocarse, pero siempre busco darle juego al equipo. Me esfuerzo por ser cada día un futbolista más completo”, señala.
“Sabíamos que la desesperación era de ellos, porque tenían que tratar de alcanzarnos en la tabla, y planteamos un buen partido. Fuimos mejores y por eso ganamos”.
“Era un partido lindo para jugar, por la gente y por cómo lo esperábamos todos, y estamos muy contentos de que nos pudimos quedar con los tres puntos”, sostiene Zapelli sobre el duelo con ‘la Gloria’. “Fuimos un equipo intenso y que tuvo las ideas claras. Trabajamos el partido con orden y concentración, sabiendo que íbamos a tener nuestra oportunidad”, apunta.
“Jugando en espacios tan chicos había que tratar de hacer uno o dos toques y cambiar de frente. Hubo pasajes en que tratamos de cuidar la pelota, pero se hizo complicado. El clásico estaba para lucharlo, para ser un equipo corto, y creo que lo trabajamos bien”, dice.
“Sabíamos que la desesperación era de ellos, porque tenían que tratar de alcanzarnos en la tabla, y planteamos un buen partido. Fuimos mejores y por eso ganamos”, enfatiza.
Zapelli admite que el triunfo también representa “un desahogo” para Belgrano, luego de cuatro fechas sin victorias: “Necesitábamos volver al triunfo para recuperar la confianza y poder trabajar más tranquilos durante la semana”.
Y aunque considera que el camino hacia el objetivo está más despejado, le pone paños fríos a la ansiedad y la ilusión: “Es inevitable mirar la tabla, pero hay que tratar de aislarse lo máximo posible. Tenemos que estar tranquilos. Se vienen rivales difíciles, como Quilmes y Agropecuario, y hay que trabajar cada partido como si fuera una final”.
FESTEJO. Rébola y Longo celebran el gol del Pirata, que ganó después de cuatro fechas. /// FOTO: PRENSA BELGRANO
Más lejos de Instituto, más cerca de la gloria
El triunfo del viernes le permitió a Belgrano sacarle ocho puntos de ventaja al equipo de Alta Córdoba, que venía pisándole los talones en la tabla de posiciones, y afirmarse como el máximo candidato para el primer ascenso a la Liga Profesional.
Al certamen le faltan siete fechas y el Pirata tiene un duelo pendiente ante Quilmes que afrontará este miércoles en Buenos Aires. Celestes y albirrojos volvieron a enfrentarse luego de siete años y protagonizaron un clásico de dientes apretados.
El elenco de Guillermo Farré cortó una racha de cuatro partidos sin victorias y el cuadro de Lucas Bovaglio ahora suma tres encuentros sin ganar. El 1-0 se festejó en el Gigante de Alberdi como si fuera un campeonato.