“Ya pasó una banda. Me sorprende que todavía tenga tanta repercusión”. Nicolás Fernández aún no sabe si seguirá siendo el arquero de Atlético Belgrano de Santa Rosa, equipo que desde la Liga Cultural de La Pampa buscaba llegar al Torneo Regional Federal Amateur, la cuarta categoría de la AFA, cuando la pandemia paró la pelota en marzo pasado. Sí tiene claro que aquellas declaraciones que realizó 10 meses atrás hablando de su homosexualidad marcaron un antes y un después en el fútbol argentino.
“Me llamaron medios de España, de Colombia, de Chile… La verdad es que ya perdí la cuenta de cuántas notas me hicieron”, comenta. “Noté que lo que dije llamó mucho la atención y aún hoy me pregunto por qué. Estamos en 2020, ya tendría que ser normal. De todos modos es gratificante saber que aquello les sirvió a muchos chicos y a muchas familias”, enfatiza.
“Recibo un montón de mensajes de personas que me cuentan cómo afrontan este tema en sus vidas y trato de ayudar desde el lugar que puedo hacerlo. Varias agrupaciones LGBT de Córdoba me han contactado y hasta me contaron que hubo un club donde los jugadores entraron a la cancha con una bandera de la diversidad”, añade.
DIVERSIDAD. "En comparación con otras ciudades del país Córdoba está muy avanzanda y viene trabajando muchísimo el tema”, afirma Nicolás.
Nicolás tiene 25 años y es oriundo de Pellegrini, una ciudad del oeste bonaerense de 5 mil habitantes que se ubica a 114 kilómetros de la capital pampeana, donde hizo su más reciente experiencia futbolística.
“Allá el fútbol está frenadísimo. Pensaban hacer un torneo corto, pero mientras no pueda ir gente a las canchas los clubes no van a jugar porque se les hace imposible solventar los costos. Yo tengo el pase en Belgrano pero estoy viendo qué hacer. No sé cuáles serán las intenciones del club, aunque las charlas vienen media apagadas”, refiere.
Desde el inicio del aislamiento “Nico” se instaló en La Plata con Ignacio, su mejor amigo. “Casi todos los días jugamos fútbol 5, como para hacer algo. Y ahora estamos viendo de meternos en un campeonato amateur”, le cuenta a PERFIL CÓRDOBA.
“Falta deconstruir”
“Me enteré de la agresión a la bandera en el Parque Sarmiento y me resultó extraño, porque en comparación con otras ciudades del país Córdoba está muy avanzanda y viene trabajando muchísimo el tema de la diversidad”, afirma Nicolás. “Creo que de a poco las cosas se van encaminando pero todavía existe mucha intolerancia. Falta deconstruir bastante”, subraya.
Sobre la determinación de hacer pública su orientación sexual, el futbolista dice: “La sociedad y uno mismo van creando una mochila y llega un momento en que tenés la necesidad de contarlo. No de rendir cuentas, sino de decir ‘me pasa esto, esto y esto’. En mi caso lo pude blanquear de chico con mi familia y mis amigos, y de algún modo sentís un alivio”.
En ese aspecto destaca especialmente a su mamá Graciela, su papá Hugo y sus hermanos “Huguito”, Julieta, Yamila y Candela: “Por suerte recibí un apoyo tremendo de ellos y eso cambió muchos las cosas para mí”.
“En lo personal se me hizo bastante fácil, porque no me interesa el que dirán. Cuando jugaba en Deportivo Rivera, un club de Buenos Aires, un día el capitán del equipo me sacó el tema, me preguntó y le conté. Y quedó ahí. Me ayudó que siempre integré planteles jóvenes, ya que las generaciones nuevas tienen otra cabeza”, comenta el arquero, quien estuvo a punto de jugar en Independiente y se define como “bastante fanático” de Boca.
OTRA CABEZA. "En mi caso me ayudó que siempre integré planteles jóvenes", destaca el arquero de Belgrano de Santa Rosa.
De los casos que le tocó conocer, destaca uno en particular: “Hay un chico de Entre Ríos que juega al fútbol y que los padres lo echaron de la casa por ser homosexual. Una vecina se enteró y lo quiso llevar a vivir con ella pero su marido se negaba. A los pocos días, después de una nota que me hicieron en TyC Sports, la mujer me llamó por teléfono y llorando me contó que el hombre, que me escuchó en la televisión, le dijo ‘traelo’. Si no fuera por aquella entrevista vaya uno a saber adónde estaría hoy ese pibe”.
“Ojalá sirva todo lo que yo digo, aunque creo que esto va a cambiar en serio cuando quien brinde su testimonio sea un futbolista profesional”, sostiene. Y explica la diferencia entre el fútbol masculino y el femenino, donde la homosexualidad está naturalizada: “Ellas ya rompieron el esquema al demostrar que este deporte no es sólo de hombres”.
Un espejo en barrio Jardín
“La verdad es que me defiendo bastante bien”, afirma Nicolás Fernández al hablar de sus cualidades como arquero. “En el área chica soy bastante seguro, para salir más o menos y con los pies he ido mejorando”, amplía.
Su referente es Marcos Díaz, quien meses atrás se incorporó a Talleres. “Es un grande. Lo sigo desde la época de Huracán, donde era el cabecilla del equipo, y me parece bastante completo. Además está en una edad justa para el puesto. En Boca no tuvo muchas chances de mostrarse pero cuando jugó rindió y mucho. Lo mismo pasa con (Enrique) Bologna en River”, dice.
“Al fútbol hoy lo tengo un poco relegado, en un segundo plano. A nivel amateur te sirve para vivir pero no para prosperar, así que estoy viendo qué hacer. Estuve trabajando un tiempo en una financiera, pero mi idea es seguir ligado al deporte de algún modo. En los clubes donde jugué siempre trabajé en el entrenamiento de arqueros y no me ha ido mal”, concluye.