-¿Cuáles son sus primeras impresiones de esta nueva etapa del programa económico del gobierno, tras el acuerdo con el FMI?
-Creo que hay que empezar por el proceso. La película que estamos viendo arrancó en diciembre del 2023 en una situación muy crítica, con Argentina orillando en la hiperinflación y a partir de ahí se dio un cambio de rumbo muy importante, con unos primeros meses muy duros, con fuerte caída de ingresos y de actividad económica. Lo que se fue viendo luego es que el equilibrio fiscal generó los recursos y los impactos que uno esperaba, en el sentido de ordenar la economía que permitiera bajar la inflación de una manera rápida y que en ese contexto la recuperación de la producción y de los ingresos se fuera dando de manera gradual.
-El paso que seguía era levantar el cepo.
-Sí, era algo que había que hacer y estaba la discusión de cuándo era el mejor momento. El gobierno explicó que lo más prudente era hacerlo en el momento en el que se contara con el apoyo internacional y por eso se hizo ahora.
-¿Es optimista en cuanto a los resultados?
-En las primeras semanas vimos buenos resultados y no hubo un sobresalto como habitualmente ocurría en la Argentina cuando se tocaba la política cambiaria. Todo era muy traumático, con un salto en el tipo de cambio, en la inflación, etc. Esta vez fue bastante tranquilo. Por lo tanto, se avanza hacia otra etapa. De manera que creo que dentro de lo muy difícil y de las décadas de las que venimos muy mal en la Argentina, hay por lo menos una base para la esperanza, sin negar que la situación es muy delicada, que mucha gente está sufriendo y que lo que falta hacer es más de lo que se hizo.
-Las provincias están llevando una mochila muy pesada, ya que la poda fue más que importante.
-El ajuste fiscal fue muy grande. Si me preguntaban si esto era posible, hubiera dicho que no. Se hizo: lo hizo Nación, también las provincias que aplicaron un ajuste y alcanzó para lo que era necesario, como equilibrar las cuentas, aunque vale la pena destacar que se hizo de manera muy rudimentaria.
-¿Ve viable el proyecto de unificar IVA, Ingresos Brutos? ¿Qué obstáculos políticos puede anticipar ante esto?
-No son muy claros los anuncios, tanto del presidente Javier Milei la semana pasada como los del ministro de Economía Luis Caputo, ya que fueron muy escuetos y sólo deslizaron algunas ideas. Pareciera que es bastante parecido a lo que en su momento hicimos en Córdoba y que luego varias provincias replicaron para el universo de los pequeños contribuyentes: en lugar de aplicarle tres impuestos al mismo contribuyente por el mismo hecho imponible, tratar de aplicar uno. Entonces, que no esté superpuesto el IVA con Ingresos Brutos y eventualmente la tasa municipal. Creo que es una buena idea.
-¿Puede costar mucho su implementación?
-No me animo a comentar porque no entiendo claramente lo que está planteando el gobierno. Creo que es un tema central que hay que resolverlo, y que la vía es la unificación. No hay que complicar en la vida al contribuyente con tres impuestos, sino que pague uno solo y luego internamente el Estado vea cómo se distribuye, que naturalmente eso agrega una complejidad, pero que se puede resolver sin generar traumas a ninguno de los niveles de gobierno.
-¿Vamos hacia un sistema bimonetario?
-Parecería que vamos a un esquema parecido a los que tienen, con mucho éxito, en Perú o Uruguay de bimonetarismo, es decir, que puedas elegir la moneda con la cual se hace una transacción, que se pueda usar el peso o eventualmente el dólar para distintas transacciones. Todo parece indicar que van por ese lado.