Córdoba, la Tierra Prometida que le dio a Mauricio Macri buena parte del 70% de los votos en 2015, y que apoyó su lista en las Legislativas del año pasado, se mantiene en alerta por la ola de despidos –o finalizaciones de contratos- que se vienen produciendo en el ámbito del Estado nacional. Sin un alto acatamiento al paro impulsado por ATE el pasado jueves, desde la central sindical de los estatales de la Nación confiaron a PERFIL CORDOBA que “la ola aún no llegó” a esta provincia pero que se espera que llegue “entre febrero y marzo”, según estimó Liliana Salerno, secretaria general de ATE en contacto con este medio.
En las últimas semanas el foco de atención estuvo puesto en las sedes de Fabricaciones Militares en Río Tercero y Villa María, delegaciones en alerta al igual que la de Fray Luis Beltrán en Santa Fe y la bonaerense de Azul, donde en la última semana se registraron 220 despidos. De hecho, en la asamblea con movilización que se realizó el pasado viernes en esa localidad de la provincia de Buenos Aires estuvieron los delegados de las sedes cordobesas. Desde una de ellas, reconocieron a este medio que hubo una directiva que se impartió en Río Tercero de enviar a empleados del sector de Electricidad de allí a desmantelar la fábrica de Azul, orden que se negaron a acatar debido, no solo al clima de tensión que se vive en aquella fábrica, sino también en solidaridad con los propios compañeros.
En Córdoba, durante los últimos meses del año pasado se cesantearon a 29 trabajadores en Río Tercero (de los cuales luego reincorporaron a cuatro) y a 30 en Villa María, delegación en la cual luego tres recuperaron su trabajo. A propósito de la ciudad del sudeste provincial, la preocupación ya está llegando a los despachos del Municipio, donde el intendente Martín Gill tendrá una audiencia en el día de mañana y existe la posibilidad de que esos empleados sean absorbidos por algunas dependencias municipales villamarienses. Esto lo reconoció el propio secretario general de ATE en Villa María, Fernando Mercado, en declaraciones al sitio Villa María Ya! aunque desde el oficialismo municipal no hubo ningún pronunciamiento al respecto de tomar a los 28 despedidos de Fabricaciones Militares en esa ciudad.
Sin diálogo con Aguad. Sobre el final del año pasado, algunos referentes del PRO en Córdoba intentaron interceder entre los empleados y el ministro de Defensa de la Nación, el cordobés Oscar Aguad. De todas maneras, y pese a las promesas de reunión, el encuentro no se concretó y lo manifestado en aquel momento fue la agenda cargada con la problemática del submarino ARA San Juan que tenía el excandidato a gobernador en Córdoba. Hoy, desde ATE sostienen que no creen que pueda haber diálogo, menos después de las palabras de Luis Riva, el interventor de la empresa del Estado que en la semana declaró que “no hay un plan para desactivar o vaciar” Fabricaciones Militares.
Después de la declaración del funcionario, y luego que reconociera que “no cierra la ecuación” porque de “cada 100 empleados directos, hay 180 indirectos”, hubo una intención de acercamiento entre la central sindical y el funcionario pero no prosperó. El objetivo desde la cartera de Defensa es que Córdoba pueda asumir la producción, pero no es lo que creen en ATE.
Siempre al “top”. De los despidos que se conocieron en las últimas semanas, la cartera que conduce Aguad es la que más cesantías registra a nivel nacional. El cordobés acumula un 40% de los despedidos que se produjeron entre fines de 2017 y principios de 2018 con un total de 750 en todo el país y contando todas las dependencias.
Aguad tiene un antecedente de despidos dentro de este mismo gobierno: aplicó uno de los primeros recortes de la gestión Cambiemos en enero de 2016 cuando del Afsca se pasó al Enacom cuando por decreto se modificó la Ley de Medios. En aquel momento, también hubo cesantías en en dependencias del organismo nacional en Córdoba.
La situación ahora no parece cambiar en nada. Por el contrario, en esta provincia los estatales nacionales reconocen que el ajuste se va a profundizar. Y que si no formó parte de los primeros días del año se debió a lo que representa el territorio para Macri, como así también al pacto no escrito sobre dependencias en las que la escudería amarilla ni siquiera desembarcó. Tal vez por ello, desde ATE Salerno sostenga: “no va a quedar sector sin bajas. No somos golpistas, pero están desmantelando el Estado”.