“No fue una decisión fácil, pero hoy estoy seguro y tranquilo”. El futbolista Maximiliano Zbrun, uno de los referentes de Estudiantes de Río Cuarto, anunció esta semana su retiro y dejó al descubierto que el deporte no está exento de uno de los fenómenos más renombrados en este tiempo de pandemia: la reconversión.
“Lo venía analizando desde hace bastante y quizá esto del coronavirus me terminó de decidir”, explicó el defensor de 33 años y una dilatada trayectoria en los campeonatos del ascenso. Desde hace unos meses Zbrun tiene su título de corredor inmobiliario y martillero público, aunque al futuro inmediato lo proyecta en un emprendimiento comercial que llevará adelante junto a su familia en su Rafaela natal. “El fútbol no me da las seguridades que necesito en este momento”, subrayó.
Cuatro meses atrás, cuando en Argentina se paró la pelota como consecuencia del aislamiento social preventivo y obligatorio, José Sand, el experimentado delantero de Lanús, había puesto el asunto sobre el tapete: “Estoy muy mal. No me retiraron las lesiones y por ahí lo hace esta enfermedad”. Después de algunos tironeos, el goleador correntino, que esta semana cumple 40 años, acordó su continuidad en el equipo bonaerense.
En los casos de otros jugadores, también muy identificados con sus últimas camisetas, la suspensión de la competencia aceleró la decisión de colgar los botines. En esta lista figuran Gastón Fernández (Estudiantes de La Plata), Gonzalo Rodríguez (San Lorenzo) y Walter Andrade (Patronato).
Recalculando
En el fútbol cordobés la expectativa pasa por saber cuál será el futuro de Mauricio Caranta (41) y Javier Gandolfi (39), los más veteranos del plantel de Talleres en la temporada 2019/2020. Ambos quedaron libres el pasado 30 de junio y tienen pendiente una charla con la dirigencia albiazul.
El arquero, que este año está completando el curso de DT en modo virtual, ya anticipó su decisión de continuar en actividad: “No tengo la sensación de que este momento me deje fuera del fútbol”. El defensor, por su parte, priorizaría seguir en la “T” más allá del rol que cumpla en el club.
Otro que deshoja la margarita es Facundo Erpen (37), el capitán de Instituto en el último torneo, quien terminó su contrato con la entidad de Alta Córdoba. Si bien las partes ya hablaron sobre una posible reanudación del vínculo, el futuro es incierto por la delicada situación de “la Gloria”. El club registra atrasos en las cuotas de la convocatoria de acreedores, afronta varios juicios laborales y acaba de ser intimado por la Fifa para que pague a Copiapó de Chile una indemnización de 25 mil dólares (equivalente a dos presupuestos anuales) por la cesión del atacante Germán Estigarribia.
Por su parte, Juan Leandro Quiroga (38), defensor que acaba de extender por seis meses su vínculo con Belgrano, admitió que analizaba concluir su carrera si no concretaba su permanencia en la entidad de barrio Alberdi.
Ansiedad e incertidumbre
“En algunos deportistas la pandemia es la gota que llena el vaso, ya que viene a acentuar una situación de estancamiento e incertidumbre propia de su etapa de adulto joven”, afirma el psicólogo deportivo Rafael Linares. “Vivimos una situación inédita que primero genera mucha ansiedad y que luego desemboca en angustia. Este desgaste emocional es lo que, por lo general, termina impulsando la decisión del retiro”, dice el profesional.
Linares, quien también es entrenador de fútbol y docente en la escuela de directores técnicos, destaca la incidencia que tiene la falta de competencia, y de objetivos concretos en el ánimo de un atleta profesional. “Hoy juega muchísimo la inteligencia emocional, que es el motor de la acción. Cuando uno es chico juega porque le gusta, pero cuando es grande se maneja por un principio de realidad. La clave está en asimilar y acomodarse lo mejor posible dentro de un proceso de enseñanza y aprendizaje”, enfatiza.
Linares considera que, en la mayoría de los casos, los deportistas que hoy analizan el retiro terminarán optando por despedirse en actividad. “No se trata de una decisión fácil. Hoy dominan el miedo y la incertidumbre. Todos nos preguntamos qué va a pasar mañana, más tarde y más luego. La pandemia nos ha golpeado fuerte, sin excepciones, y ninguno de nosotros seremos iguales el día después”, enfatiza.
“En el caso de los deportistas hay una cuestión adicional, ya que entrenar en la casa no es lo mismo que hacerlo en los lugares habituales y les será muy difícil recuperar la forma de competencia después de más de cien días de encierro”, concluye.
Un dilema general
La pandemia también puso en jaque la continuidad de figuras de otras disciplinas. “No sé si podré jugar otra temporada más”, le admitió el basquetbolista Gabriel Mikulas a PERFIL CÓRDOBA dos meses atrás. “Va a costar arrancar de vuelta después de tanto tiempo parado con esta pandemia y con la incertidumbre que hay por la temporada que viene”, amplió el ala pivot de Barrio Parque en el sitio laliganacional.com.ar. A los 39 años, Mikulas imagina un futuro más cercano al deporte que a su profesión de contador público y no descarta radicarse en Estados Unidos.
Los atletas más jóvenes no quedan al margen de la incertidumbre. El mes pasado, cuando todavía no se había autorizado el entrenamiento a los deportes olímpicos, Delfina Pignatello (20), la gran promesa de la natación argentina, admitió que evaluaba la posibilidad de dejar de competir por la frustración que le provocaba la imposibilidad de entrenar en forma normal.
Botines, barbijo y buzo
Hugo Campagnaro, cordobés de Coronel Baigorria e integrante del seleccionado subcampeón en el Mundial de Brasil 2014, es otro de los futbolistas que anunció su retiro de la actividad en medio de la pandemia. “Es el momento de decir basta. Estoy contento por mi camino. Ahora hay que pensar el futuro”, declaró el defensor el pasado 24 de abril.
Campagnaro, de 40 años, está radicado en Italia desde 2002, cuando se incorporó a Piacenza procedente del club bonaerense Deportivo Morón. Su carrera siguió en Sampdoria, Nápoli, Inter y Pescara, donde protagonizó su último partido el pasado 8 de marzo en la derrota 0-4 ante Benevento. En esa oportunidad salió a la cancha junto a sus compañeros luciendo un barbijo en señal de protesta a la continuidad del torneo de la Serie B en plena crisis sanitaria.
La semana pasada se conoció que Campagnaro, cuyas primeras andanzas con los botines fueron en San Cayetano y Juventud Unida de Río Cuarto, será el DT del equipo Sub 17 del Pescara.