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Grecia

Santorini, cuando cae el sol en Oia

Su geografía única su vida nocturna animada, hacen que Santorini sea la preferida de quienes planean un viaje a Grecia. La puesta del sol en Oia se considera una de las más bellas del mundo. Hacia allí peregrinan cientos de personas todos los días.

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Santorini. El destino predilecto de quienes deciden viajar a Grecia. | CEDOC PERFIL

Santorini tiene unos 20 km de largo y en su parte más ancha sólo 5 km. Dentro de la isla encontramos diferentes pueblos, uno de los más hermosos es Oia. Son las imágenes que se nos representan cuando hablamos de Grecia.

Es fin de mayo. Casi al final de la tarde, la fila de vehículos transita como un largo y sinuoso tren serpenteante, que va trepando desde las playas hacia las partes altas de la isla. Un peregrinaje hacia el destino, el lugar donde cientos de personas sólo se dedican a esperar.

Algunos tienen en sus manos cámaras con lentes enormes y otros, con sus celulares, disparan buscando inmortalizar el momento y alternan paisajes con selfies. Los rostros de rasgos orientales son mayoría; pero si le preguntáramos a cada uno, la ONU tendría asistencia perfecta.

Todos miran en la misma dirección: la bola de fuego que demora en esconderse en el mar, planchado como un lago de aceite. A las ocho y media, el sol, en una repetida ceremonia teatral, desaparece en el horizonte. En ese preciso instante mágico, estalla el aplauso.

Dicen que uno de los atardeceres más hermosos del planeta se observa allí, en Oia, al norte de la isla de Santorini. El sol, es el mismo en todos lados. Pero las casas que se escalonan en las altas barrancas, reciben sus rayos de manera única, bella e inigualable.

Oia es uno de los pueblos de esta isla con forma de media luna. El color blanco de sus casas y las cúpulas azules de sus iglesias ortodoxas, crean ese paisaje particular que identifica a la Isla.

Una geografía única

Santorini, como la conocemos hoy, es producto de un cataclismo tremendo. Su origen es volcánico y una gran erupción hundió en el mar la caldera de su volcán central e hizo desaparecer parte de la antigua isla.

La costa occidental muestra una gran pared acantilada de rocas de lava y piedra pómez, que cae a pique a una laguna de gran profundidad. En el centro de la laguna se distinguen cuatro islas, de las cuales Thirassia y Aspronissi son las más importantes. Una de las excursiones en barco, ofrece visitarlas en paseos de tres o cinco horas que llevan, luego de un corta caminata entre senderos con humaredas de azufre, hasta el centro del pequeño volcán.

A Santorini se puede llegar de dos maneras: volando o navegando. En el centro de la isla, sobre la costa oriental, está el aeropuerto. Más de 35 líneas aéreas operan en él, algunas todo el año y otras sólo en temporada. Si bien su infraestructura no va más allá de lo básico, recibe mas de un millón de viajeros al año.

Si se elige llegar por mar, hay una línea de ferries que conecta Atenas con todas las islas griegas y brinda el servicio de manera regular. Si se tiene la suerte de que el horario de llegada coincida con el atardecer, serán testigos de un espectáculo único.

Los ferries llegan al puerto nuevo llamado Athinios. Allí esperan a los pasajeros colectivos y taxis que los acercan a los diferentes pueblos. En cambio las excursiones a las islas cercanas, operan desde el antiguo puerto. El trasladarse desde allí al pueblo de Fira, la capital, es todo un tema. Sólo queda a 300 metros, pero hacia arriba. Hay tres maneras de llegar hasta él: con un estado físico impecable que permita subir los 600 escalones a pie; subirlos a lomo de burro, una práctica tradicional que se realiza desde siempre, pero que día a día suma más críticas por considerarse de maltrato hacia el animal, o a través del teleférico (cable car) que cuesta lo mismo que subir en burro (5 euros), pero que es más cómodo.