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EL VOTO CÓRDOBA RUMBO AL 19-N

Schiaretti y Llaryora no ceden: ordenan a su tropa que se evite hablar del balotaje

Insisten en reclamar silencio. El gobernador volvió a bajar línea en ese sentido y el todavía intendente de Capital les pidió a Myrian Prunotto y Daniel Passerini correrse del escenario de los pronósticos para la segunda vuelta electoral.

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RIAD. Ambos mandatarios compartieron una imagen en la capital de Arabia Saudita en la que mantuvieron reuniones con empresarios. | CEDOC Perfil

Tras la explosión de Juntos por el Cambio por la bomba que le puso Mauricio Macri, en Córdoba no fueron pocas las voces del justicialismo que comenzaron a pedir en voz baja que Juan Schiaretti y Martín Llaryora abandonen la neutralidad y digan a quién prefieren votar en el balotaje del 19 de noviembre.

Desde Riad, capital de Arabia Saudita, donde se encuentran el gobernador saliente y el electo, respondieron con más silencio y ninguno arriesgó un solo comentario. Es más, postearon la fotografía de una reunión con empresarios cordobeses que exportan alfalfa compactada, sin decir una palabra de la segunda vuelta electoral ni la supuesta prescindencia que pregonan hasta el momento. 

Antes de viajar, en el discurso que pronunció en Córdoba el 22 de octubre, Schiaretti se limitó a decir: “Los votos son de la gente”. Eso fue todo y nadie dijo más nada, lo que generó diversos comentarios puertas adentro y puertas afuera.

Hubo expresiones personales de dirigentes schiarettistas tomando partido por Sergio Massa. Tales fueron los casos del intendente de Alta Gracia, Marcos Torres, y de la legisladora reelegida, Nadia Fernández. Al dirigente de la ciudad del Tajamar, sus amigos lo persuadieron para que se corra de ese debate.

Desde Riad vino una orden tajante: “Nadie habla de la pulseada de Massa con Javier Milei”, aseguran dirigentes del peronismo cordobés citándolo a Schiaretti. Y complementan diciendo: “Llaryora ya instruyó a la vicegobernadora electa Myrian Prunotto y al intendente electo Daniel Passerini para que no digan una palabra sobre el tema”.

¿Qué posibilidades existen para que la dupla justicialista cordobesa cambie de opinión y se expida en algún momento de la campaña electoral? Muy pocas, casi ninguna, al menos con el actual escenario político electoral. Ambos estarán nuevamente en Córdoba el 5 de noviembre y, a pesar de los pedidos, no habrá ningún cambio importante sobre el tema. Los gobernantes también reciben advertencias sobre los supuestos costos que deberían afrontar si permanecen en silencio. Desatendieron esas manifestaciones, que este fin de semana se multiplicaron a través de redes sociales.

Hoy por hoy, Schiaretti tiene buen diálogo con Milei y cero contacto con Massa. Sin embargo, algunas voces del Centro Cívico deslizan que se están dando algunas señales que llevarían a reconstituir el diálogo entre el gobernador saliente y el candidato presidencial de Unión por la Patria. “Pueden tender algunos puentes”, pronostican algunas voces del peronismo mediterráneo.

Llaryora dialogó con Milei, con el periodista Alejandro Fantino como nexo, y con Massa tejió una muy buena relación cuando ambos eran diputados nacionales. Ciertas fuentes cuentan que en los últimos días hubo una interesante conversación telefónica entre el aún intendente capitalino y el ministro-candidato.

Por ahora, Llaryora se ajustará a lo que haga Schiaretti y no se moverá un centímetro de allí. Los dos saben que Córdoba tiene problemas acuciantes a resolver con la Nación. El más urgente es la Caja de Jubilaciones porque la provincia recibe mil millones de pesos mensuales cuando el compromiso legal son 10 mil millones cada 30 días.

Después están los consabidos subsidios que se destinan a la ciudad de Buenos Aires y la provincia bonaerense y la gran diferencia con los que se destinan al resto del país, lo que lleva a Schiaretti a decir con sorna: “La república del Amba”.

Otro pedido es el fin o la disminución gradual a las retenciones para el sector agropecuario, otra de las banderas del excandidato presidencial que lo alejan de la Casa Rosada y, por consiguiente, del candidato presidencial oficialista.

Obviamente, Llaryora sabe perfectamente que es muy difícil alinearse con un candidato en este momento por los problemas que tiene la provincia. “Martín esquivará el tema y en los primeros dos años se concentrará en la gestión; el costado político será responsabilidad de ‘El Gringo’”, observan voces calificadas desde el Palacio 6 de Julio.

La hora de los sondeos. Cuando promediaba la jornada del pasado viernes, en los principales despachos de la Municipalidad de Córdoba circuló una encuesta realizada en la capital provincial. Ese estudio fue celebrado después por los partidarios de Massa ya que decía que el 41 por ciento de los votantes de Schiaretti se inclinará por el ministro de Economía en los comicios del 19 de noviembre. También indicaba que Milei se impondría en la general por 60 por ciento contra 30 de Massa, con 10 por ciento sin definición.

En Unión por la Patria manifiestan que para ganar el balotaje necesitan tener un triunfo contundente en la provincia de Buenos Aires y buenas performances en Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos.

Por eso vieron con muy buenos ojos el resultado de esta encuesta realizada en Capital, ya que Massa estaría duplicando el porcentaje logrado en primera vuelta, cuando su caudal de sufragios se ubicó en torno al 15 por ciento.

A su vez, el consultor riocuartense Cristian Buttie, indicó que si la participación es más baja, el que se verá favorecido será Massa y a medida que crezca la participación, Milei tendrá las de ganar. “Un voto en blanco es un voto que no terminó eligiendo el cambio”, precisó el titular de CB Consultora.

Buttie difundió ayer una encuesta provincial que marca el triunfo de Milei con el 70 por ciento de los votos, contra el 30 por ciento de Massa. El trabajo también indica que irá menos gente a votar que en la primera vuelta.

En un escenario de paridad como el que se observa y, en principio, se intuye, los especialistas en opinión pública remarcan con énfasis que la última gran batalla política se librará una semana antes de la elección, el 12 de noviembre en Caba, cuando se realice el segundo debate de los dos candidatos que quedan en carrera.

Desde Córdoba, compañeros de ruta de Llaryora alertaron: “Si hay alguna posibilidad de opinar y de jugar es después del debate. Antes, nunca”. Se vienen horas cruciales.