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Belgrano

"Si pudiera votar, lo elijo al Luifa"

Gregorio Raúl Ledesma fue el último presidente del Pirata antes de la quiebra de 2001. Asegura que está proscripto por la actual comisión y que el club necesita recuperar su mística.

Gregorio Ledesma
Proscripto. Ledesma fue tres veces presidente de Belgrano. Afirma que no podrá votar en las próximas elecciones del club por decisión de la actual conducción. | CEDOC PERFIL

Gregorio Raúl Ledesma sostiene que está cerca de jubilarse de la política y lejos de Belgrano. “En el club me han proscripto”, afirma quien fue la máxima autoridad de la entidad de Alberdi durante tres períodos y también concejal por el peronismo cordobés.

“Esta gente no me dio el carné de socio vitalicio que me corresponde por haber sido presidente, y por ese motivo no voy a poder votar en las próximas elecciones”, refiere el exempresario cuartetero en alusión a Armando Pérez y Jorge Franceschi, el tándem que manejó los destinos del Pirata en los últimos 15 años.

Asegura que esa situación administrativa también condicionó sus aspiraciones de volver a ocupar el sillón de Arturo Orgaz, algo que hasta hace poco evaluaba: “Es difícil. Mucha gente me ve en la calle y me dice ‘Volvé, Chichín’ y otros me putean porque los mandan a putearme”.

A los 70 años, Ledesma se siente afectivamente cerca del Pirata: “Lo sigo siempre. ¿Cómo no lo voy a seguir? El descenso me dolió, aunque estaba cantado con esta comisión. ¡Dos descensos tiene Pérez! Hace unos años Belgrano tuvo la chance de ser campeón y no lo aprovechó. Después vendió jugadores por un montón de plata y aun así no pudo afirmarse en Primera como sí lo hizo, por ejemplo, Atlético Tucumán”.

Todo al “9”

Aunque no podrá emitir su sufragio en los comicios que quedaron pendientes en abril pasado y que todavía no tienen nueva fecha de realización, Ledesma no duda ante la disyuntiva que Belgrano planteará en las urnas entre Armando Pérez, su actual director ejecutivo, y Luis Fabián Artime, su ídolo y máximo goleador en los torneos de la AFA.

“Si pudiera votar, lo elijo al Luifa”, enfatiza. “Nunca votaría al tipo que me demonizó”, agrega en referencia a Pérez, quien años atrás lo declaró “persona no grata” en el club.

 

Armando Pérez y Luifa Artime

 

“Aquello fue más una declaración mediática que otra cosa. Para sacar una resolución de ese tipo, tendrían que haberse dado un montón de pasos estatutarios y legales y ni siquiera me llamaron. Además, la Justicia investigó a la última directiva que estuvo antes de la quiebra de 2001 y no encontró nada”, puntualiza.

-¿Lo ve a Artime presidente?

-Lo veo con fuerzas, con ganas y es joven. Creo que puede darle al club lo que necesita y hacer las cosas bien. Mejor que Pérez, seguro. De los que están con él conozco a dos o tres, pero pienso que ‘el Luifa’ va a ganar. ¿El padrón? Hay que ver hasta dónde puede llegar a manejarlo el oficialismo. Tendría que pagarle a dos o tres mil tipos. Es difícil.

-Usted fue quien trajo a Artime a Belgrano en 1992, pero después la relación entre ambos tuvo muchas idas y vueltas. ¿Hoy mantiene contacto con él?

-No. Hace mucho que no hablamos.

-¿Cree en la prescindencia de Franceschi, el actual mandatario del club?

-Para nada. ¿Quién se va a creer eso de que está peleado con Pérez? Ellos quisieron hacer el doble juego, alternándose en el poder, y no se dieron cuenta de que en el fútbol ya está todo inventado. Muchos de la comisión trabajan para la candidatura de Pérez.

La crisis de 2001

Fue durante el último mandato de Ledesma, el 18 de setiembre de 2001, cuando el Juzgado de Séptima Nominación en lo Civil y Comercial dispuso para Belgrano la aplicación de la Ley 25.284 de Salvataje para Entidades Deportivas con Dificultades Económicas y delegó la conducción del club en un fideicomiso.

“Si no íbamos al salvataje, Belgrano desaparecía”, reflexiona el exmandamás del Celeste. Y explica: “La decisión de la Justicia no fue por un reclamo de 15 mil pesos de Eddy Carazas (futbolista peruano que jugó siete partidos en el club), como dijeron muchos. La quiebra se produjo por un juicio del profesor (Novagildo) López Marcel por 400 mil dólares, una cifra imposible de pagar en aquellos tiempos. El club debía 21 millones de dólares”.

-Antes de iniciar su tercer ciclo presidencial el club ya estaba en una situación económica complicada, ¿por qué volvió?

-Porque fui un estúpido. Nadie quería hacerse cargo y me fueron a buscar. Muchas personas me dijeron ‘Chichín, no agarres’, y yo como un boludo no les hice caso.  

-Alguna vez usted insinuó que aceptó la quiebra de Belgrano porque le aseguraron que iba a poder seguir manejando al club desde afuera y con un pasivo controlado.

-No recuerdo haber dicho eso. Era sabido que no iba a poder seguir. Con la aplicación de la Ley de Salvataje, toda la comisión directiva cesaba en sus funciones.

-¿Qué es lo que hoy Belgrano necesita y, según usted, Artime se lo puede dar?

-Belgrano tiene que volver a ser Belgrano. Debe recuperar la mística y el respeto dentro del ámbito del fútbol. No puede ser que cualquier equipo venga a jugar a Alberdi y te gane. Y afuera de la cancha también hay que tener una mentalidad ganadora.