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A 25 años del atentado en la AMIA

“Siento que morí y nací de nuevo, con muchas más ganas de vivir”

Este jueves llega a Córdoba Alejandro Mirochnik, sobreviviente del atentado más brutal en la historia de nuestro país. Una historia de dolor y superación en primera persona

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MEMORIA. Mirochnik, en la actualidad (arriba) y al momento de ser rescatado por bomberos (abajo). | Gentileza Miguel Colman, Diario Primera Edición (Posadas)

“Mi vida cambió de un momento a otro. Si ese ascensor se hubiera demorado un segundo o me hubiera bajado un segundo antes, hoy no estaría vivo”. Con esas palabras, Alejandro Mirochnik intenta graficar algo de lo que vivió ese fatídico 18 de julio de 1994 mientras trabajaba en la Asociación Mutual Israelita Argentina, la AMIA. Empleado del departamento de prensa, Alejandro decidió ir a archivar periódicos viejos al quinto piso del edificio, subió al ascensor y de pronto sintió una brusca caída. Casi seis horas en completa oscuridad y agobiado por el dolor permaneció Mirochnik bajo los escombros hasta que tuvo su primer contacto con un bombero. Pasaron varias horas más hasta que lograron sacarlo de la pila de escombros. La imagen de su rescate recorrió el mundo.

Con motivo de cumplirse 25 años del brutal atentado terrorista, que dejó un saldo de 85 víctimas fatales y que conmovió a un país, Mirochnik llega a Córdoba a contar su historia de dolor y superación, en un evento organizado por AMIA Cultura Federal. “Hacía 16 años que trabajaba en la institución. Como todos los días, fui a dejar unos diarios y la explosión me encontró en el ascensor a las 9.53. Recién a las 15 tuve mi primer contacto con los bomberos. Como no sentí el ruido pensé que el ascensor se había caído y que la gente de mantenimiento no se había dado cuenta”, narra el sobreviviente en diálogo con PERFIL CORDOBA. “Varias horas después, cuando vi la bota de un bombero, lo primero que le pregunté fue: ´¿Cómo el boludo de Carlitos no se dio cuenta que se cortó el cable del ascensor?´. El bombero me contestó que tanto Carlitos como toda la gente que yo conocía en el edificio estaba muerta y que tenía cinco pisos de escombro sobre mi cabeza. Así me enteré que había sido una bomba”, detalla.

Deportista. Mirochnik es profesor de educación física y campeón de triatlón, la disciplina que combina natación, ciclismo y maratón. Esa preparación fue clave para poder transitar las horas de dolor, angustia y soledad:“Estaba sentado en total oscuridad, al punto que no veía mi pierna. Tampoco la sentía. Creí que una columna me la estaba aplastando, pero no era eso, sino que estaba totalmente quebrada. En ese momento pensé que alguien vendría por mí en cualquier momento y logré mantener la calma y la tranquilidad. Me hice una especie de colchón psicológico para soportar todo lo que viniera, incluso el dolor”, explica. “Recién después de las 19, logré salir del ascensor. Cuando llegué al Hospital Clínicas, me cortan el pantalón y zapatillas porque estaba todo inflamado. Tuve fractura de tibia, peroné. El hueso estalló en mil pedazos, pero todo adentro. Estuve 28 días con el pie levantado, soportando un dolor extremo, pero gracias a eso no se debió amputar la pierna. Cuando me comentaban esa opción lloraba con angustia, pero uno de los médicos me dijo que él me iba a salvar la pierna. Mi sueño era correr el ironman que ahora se llama ultratriatlón y, tras una larga recuperación, logré correrlo en varias oportunidades, a pesar de que perdí tres centímetros de pierna”, explica Mirochnik y agrega algunos detalles que estremecen: “Nunca más volví a correr normal y eso a un deportista le duele. Al tener una pierna más corta, corro raro. A veces en la calle me pasa que se me ríen o burlan por mí renguera, incluso si sufro una caída”, cuenta. Además, con una mirada siempre positiva y con ganas de hacer frente a nuevos desafíos, adelanta que en el mes de diciembre se mudará con su familia a Mina Clavero, en las sierras de Córdoba.

“Siento que en el atentado murió un Alejandro y nació otro con muchas más ganas de vivir, algo que intento hacer en cada momento”. No olvidar. En la explosión, Alejandro perdió a su tío Bernardo Naúm Mirochnik quien trabajaba como mozo de la AMIA y le quedaban dos años para jubilarse. Frente a todo lo que pasó, Mirochnik considera que su deber es comunicar y contarle a la sociedad lo que pasó. “Mi lucha es por que esto no quede en el olvido. Cuento con el privilegio de haber quedado lúcido y recordar cada detalle. Tenemos la gran responsabilidad de ser comunicadores y contarle a la sociedad lo que pasó para que esto no se olvide”.

 

 

Para agendar

A 25 años del Atentado en la Amia: “Charla con un sobreviviente”

Fecha: Jueves 11 de julio a las 19 hs.

Lugar: Hotel Howard Johnson (Figueroa Alcorta 20)

Organiza:  Amia Cultura Federal.

Evento con entrada libre y gratuita.