Alfredo Berti logró su primer triunfo como DT de Belgrano y respira más tranquilo después de una semana difícil. En Instituto, César Zabala afronta cuestionamientos.
Un bálsamo. Alfredo Berti trabaja más distendido luego de su primera victoria como DT de Belgrano. |
CEDOC PERFIL
La tercera fue la vencida. Para Belgrano, el triunfo llegó después de un empate, una derrota y un malestar creciente que alentaba hasta los rumores más extremos respecto a la situación de Alfredo Berti. El propio entrenador había presagiado una semana “dificil” tras la derrota ante Agropecuario de Carlos Casares.
La comisión directiva anticipó la jugaba y promovió un cónclave con el DT. Allí Berti se remitió a algunas de sus experiencias anteriores y habló de “ciclos”. Aseguró que el funcionamiento del equipo iría mejorando tras completarse un primer período de adaptación que cuantificó en cuatro partidos. “Nos transmitió tranquilidad, pero bueno… Esto es fútbol y después hay que ver lo que pasa en la cancha”, comentó uno de sus interlocutores.
Más allá de la inquietud de los dirigentes y de la impaciencia de los hinchas (hubo mucho “barullo” en las redes sociales y hasta presencia de barras en los entrenamientos del plantel), el límite autoimpuesto por el cuerpo técnico fue estrecho. A la trilogía inicial en la Primera Nacional había que sumarle el fallido juego por Copa Argentina, con traspié ante Real Pilar en Cutral Có.
“Siempre que uno pierde transita semanas difíciles. No sólo en Belgrano, sino en todos los clubes. Uno prepara el equipo para ganar y con las derrotas las cosas se complican. Es algo normal. Nos sucede a los entrenadores y a los futbolistas de toda la vida”, le dijo Berti a PERFIL CÓRDOBA luego del 1-0 ante Barracas Central, el viernes pasado en el Gigante de Alberdi.
“En los dos partidos que jugamos de locales la gente llenó la cancha y en todo momento se acopló al equipo”, señaló respecto a los cuestionamientos sobre el nivel de juego de la “B”.
Cambio o fuera
Dos derrotas en igual cantidad de presentaciones (0-2 ante Villa Dálmine y 2-3 contra Sarmiento) llenaron de incertidumbre el presente futbolístico de Instituto. En Alta Córdoba también hubo reuniones entresemana y versiones a más no poder.
“Con los dirigentes no hablamos de plazos”, destacó César Zabala, el “hombre del club” al que se le confió la conducción del equipo tras un casting que también incluyó a Walter Perazzo, Gustavo Coleoni, Juan Pablo Pumpido y hasta al mismísimo Alfredo Berti.
“Tuvimos una larga charla con Zabala y sus colaboradores, y ellos entendieron que la obligación es llevar a Instituto a lo más alto que se pueda”, declaró Roberto Castoldi, el flamante presidente de “la Gloria”.
Los popes, más allá de no haber sumado los refuerzos prometidos y de admitir que el fútbol es la materia pendiente de la actual gestión, entienden que el equipo puede jugar mejor y sugieren un cambio de sistema.
El próximo examen de Instituto será este lunes ante Deportivo Riestra.
La cara opuesta
Estudiantes de Río Cuarto, que hoy enfrenta a Independiente Rivadavia de Mendoza y es el tercer representante cordobés en la segunda categoría del fútbol argentino, tiene una realidad diferente. Su técnico, Marcelo Vázquez, ya superó el centenar de partidos en una gestión de tres años y medio que incluye dos ascensos.
