Los vaivenes de la economía nacional y el valor del dólar preanuncian una temporada 2018/2019 por lo menos atípica. Pero el verano llega inexorablemente y con él las vacaciones. En ese marco, hay un destino que viene consolidándose en los últimos años y que podría convertirse en el ‘top de la temporada’. Se trata de Ushuaia, a donde llegarán solamente en cruceros, más de 130.000 turistas.
En un viaje exprés, les mostramos algunos de los atractivos de la ciudad más austral del mundo. El vuelo llega en la mañana del sábado y desde el aeropuerto, un corto trayecto nos deposita en Los Cauquenes, un hotel boutique 5* con todo el confort y el plus de estar ubicado justo sobre las márgenes del Canal y con playa propia.
Iniciamos la estadía con un paseo por el centro urbano. La ciudad está al pie de la cadena montañosa del Martial y bañada por las aguas del canal de Beagle, el paso marítimo que une los océanos Atlántico y Pacífico.
Vista desde el mar, Ushuaia se extiende paralela a la costa y en el centro se destaca la calle San Martín, que concentra el intenso ir y venir de los turistas de una tienda a otra. Acaparan la atención los negocios libres de impuestos y también los gastronómicos.
A metros del centro, se encuentra el predio de lo que fue el presidio de Ushuaia, hoy un museo, en cuyos pabellones cumplieron condenas personajes como el ‘petiso orejudo’ (célebre asesino que murió en el penal molido a golpes por sus compañeros); el anarquista Simón Radowitsky, quien atentó contra el jefe de policía Ramón Falcón; una infinidad de presos políticos y, hasta dicen, el propio Carlos Gardel, acusado de ‘cafiolo’.
Por la tarde, elegimos la excursión del Tren del Fin del Mundo. Un tren a vapor inspirado en el que llevaba a los presos de la cárcel de Ushuaia a buscar la madera necesaria para calefaccionar el penal y las construcciones. Hoy funciona como tren turístico por 7 km de parte de su recorrido original.
De regreso al hotel, se puede optar por el spa, alguno de los tres jacuzzis (dos de ellos al aire libre), la piscina in-out climatizada, el sauna o una pasada por el moderno gimnasio. Si hablamos de gastronomía, no es posible irse de Ushuaia sin probar algunos de los productos emblemáticos, como la centolla y la merluza negra y, para los carnívoros, un buen cordero fueguino a la estaca.
El segundo día se inicia muy temprano con un completo desayuno. Es momento de navegar por las aguas del Beagle. Las excursiones se pueden contratar en el mismo puerto, entre varias opciones, pero en nuestro caso optamos por la del hotel en su lancha, Akawaia que propone una opción full day y que combina navegación con un trecking por el Parque Nacional.
Sale de la bahía de Ushuaia y navega hacia la isla del faro; pasa junto a la isla de los lobos y también la de los pájaros, poblada de cormoranes, y más adelante se avista el faro llamado Les Eclaireurs, conocido como el faro del fin del mundo, aunque no es el que inspirara a Julio Verne en su novela.
El fin de la navegación se corona con un exquisito picnic que ayuda a tomar fuerzas para encarar el trecking por el Parque Nacional Tierra del Fuego. Largas caminatas recorriendo senderos entre bosques de ñires y lengas, arroyos de aguas cristalinas y lagunas, avistando una enorme cantidad de aves autóctonas.
En el parque está la curiosa estafeta postal más austral, desde donde hace más de 20 años los turistas de todo el mundo aprovechan para mandar postales y cartas con su codiciado sello. También allí está emplazado el cartel que indica el final de la larga ruta 3 y también el final de nuestro paseo exprés. De regreso al hotel, siesta reparadora, spa y una rápida cena antes del vuelo que toma rumbo hacia el norte.
Norwegian tiene un vuelo desde Córdoba con escala nocturna en Buenos Aires, desde donde parte el sábado muy temprano y llega a Ushuaia a las 8:40. Regresa el domingo a las 23:30 con lo cual, en dos jornadas completas, se puede disfrutar del destino a pleno.