CORONAVIRUS
Pandemia

Barbijos y mascarillas en el mundo del coronavirus: curiosos, fashion e improvisados

Un recorrido fotográfico por diferentes países nos muestra algunos insólitos y otros pensados para sacarnos una sonrisa en medio de la tragedia. Galería de fotos

Barbijos y mascarillas inusuales o curiosas
Colombia | AFP

Mientras aún suena el pedido de Jerome Adams, titular de Salud Pública de Estados Unidos, cuando posteó semanas atrás en su Twitter: "En serio, gente, ¡dejen de comprar mascarillas!", el mundo sigue dividido entre los que opinan que barbijos sí o barbijos no; mascarillas sí, mascarillas no.

A medida que los casos de coronavirus aumentan en el mundo, la demanda de este tipo de protectores hizo lo propio en Estados Unidos, Europa y América Latina, y ya no solo por demanda de los servicios médicos y sanitarios sino por la población en general, que comenzó a buscarlos cada vez más, al igual que a las mascarillas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tal como declararon sus representantes infinidad de veces, solo aquellas personas que presentan síntomas del COVID-19 o que cuidan a personas que están enfermas deberían usar esta protección. Sin embargo, el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades de China (CCDC) siempre opinó diferente, y varios países de Asia siguieron su recomendación de solicitar a todos los ciudadanos que usen barbijos en público para prevenir la diseminación del virus, tengan o no síntomas.

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Si bien quienes los defienden creen que el impacto en la limitación del contagio puede ser modesto, aseguran que no debería haber mensajes oficiales desalentando el uso de barbijos. "Es realmente una intervención de salud pública buena que no se ha usado", argumentó K.K. Cheng, de la Universidad de Birmingham. "No es para protegerse a uno mismo. Es para proteger a la gente de las microgotas que salen del propio tracto respiratorio".

Así, Cheng agregó: "Sumar esa medida al lavado de manos, la práctica de la distancia social y la permanencia en el hogar salvo para acciones esenciales podría sumar algo a la lucha contra la pandemia. Cuando la gente sale e interactúa, es probable que arrojen algo de saliva. No quiero causar temor, pero cuando la gente habla, respira y canta, sin necesidad de estornudar o toser, salen estas microgotas".

En tanto, la plataforma Medium dio a conocer la opinión de Sui Huang, biólogo molecular del Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, con una investigación en la que apuntó "al hábito cultural, el estímulo o incluso el mandato de usar máscaras en los países asiáticos, que ahora han aplanado la curva de transmisión o incluso han tenido una curva más plana desde el principio".

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Para evitar que estas máscaras falten entre el personal de salud, que sí las necesita ya que vive expuesto al coronavirus, Huang propuso que la población no usara máscaras N95, que igualmente son difíciles de colocar de forma correcta, sino quirúrgicas, que son las comunes descartables, y hasta caseras, hechas de tela. "Cualquier barrera física, como la que proporcionan incluso las máscaras improvisadas, puede reducir sustancialmente la propagación del COVID-19".

En esta galería fotográfica, un muestreo de algunos barbijos y mascarillas o máscaras que usa la gente en las calles cuando se ve obligada a salir deja en claro que, además de diseño y arte, sobra imaginación, sobre todo a la hora de improvisar.