El ministro de Justicia, Aníbal Fernández parece cautivado por el lenguaje antiguo y por palabras que cayeron en el olvido para calificar a ciertos personajes. El tipo, como salido de una película de la década del '40 y haciendo tono con esos bigotazos le disparó "mequetrefe de alquiler" al protagonista del "valijagate", Antonini Wilson.
Por lo visto al ministro, que le gusta el rocanrol y se confiesa fan de los Redondos de Ricota, toda una antigüedad a esta altura, necesita un asesor de vocabulario para definir a los opositores o a quienes no le caen bien. Si todavía no lo encontró o los sueldos que le piden para asesorarlo son demasiado altos para el presupuesto nacional acá van algunas modestas sugerencias:
A Julio Cobos lo podría calificar de "cabeza de alcornoque", por su voto no positivo en el Senado. A la opositora Elisa Carrió le caería bien el mote de "papafrita" o "mamarracho" de acuerdo al brote místico que tenga cada día y a Fernando de la Rúa el de "pánfilo" por eso de que no es muy despierto.
Siguiendo en esta línea, Aníbal Fernández podría definir a los periodistas molestos de "tarambanas" y a Guillermo Moreno, el secretario de Comercio de "bolacero", por defender las insólitas cifras del INDEC
Por último a su ex compañero de aventuras en el Gobierno, Alberto Fernández, podría decirle que quedó "hecho percha" o que es un "fiambre" político ya que hizo "rancho aparte" después de abandonar la jefatura de Gabinete.
La verdad podríamos seguir enumerando epítetos para ayudar al ministro pero preferimos dejarlo acá porque esta nota es una verdadera cochambre.