Un hombre de Palestina quiere salir de su país y encontrarse con su amigo Matteo Guidi en España, pide auxilio, ayuda. Guidi junto a Giuliana Racco, ambos artistas, se proponen traer a su amigo Ibrahim Jawabre a Barcelona y al mismo a una roca de 24 tolenadas. Deciden registrar en videos el camino de ambos. Para la piedra el viaje fue más sencillo y veloz y llegó a su destino mucho antes que el humano.

Este registro audiovisual es parte de la exposición colectiva de Bienalsur alojada en la Embajada de España, en Italia una de las tres exhibiciones que se inauguraron el pasado miércoles 12 de noviembre en Roma. “Mi mortalidad debería conmoverte” es el nombre elegido para esta muestra y es una frase del poema “Conversación con una piedra” de la poeta polaca Wislawa Szymborska.
“Llamo a la puerta de una piedra./ – Soy yo, déjame entrar./ Vengo por mera curiosidad./La vida es su única oportunidad./ Quisiera pasearme por tu palacio,/y luego visitar una hoja y una gota de agua./ No me queda mucho tiempo./ Mi mortalidad debería conmoverte.”, dice uno de los fragmentos del texto que dialoga con las obras de los artistas aglutinados allí.
En esa embajada se encuentra la obra Florencia Caiazza (ARG), Jon Cazenave (ESP - País Vasco), Caterina Morigi (ITA), Juan Gugger (ARG), Veronica Bisesti (ITA), Matteo Guidi y Giuliana Racco (ITA/CAN), Jorge Yeregui (ESP), Karina Aguilera Skvirsky (USA/ECU), Alfonso Borragán (ESP), Valentina Furian (ITA), Estefanía Landesmann (ARG), Itziar Okariz (ESP/País Vasco), comisariada por Benedetta Casin.

Las exposiociones inauguradas simultáneamente pertenecen al eje curatorial “Invocaciones”, un proyecto curatorial expandido, que se desarrolla dentro del marco de esta edición de la bienal. En paralelo, en el Palacio Braschi - Museo de Roma tienen lugar las intervenciones de Matías Ercole (ARG) y Chiara Bettazzi (ARG), bajo curaduría de Benedetta Casini (ITA) y Diana Wechsler (ARG) y en la Embajada de Brasil en Roma - Galería Cândido Portinari se presentó “Invocaciones. Ecología de contacto”, con las obras obras de Pamela Diamante (ITA), Ettore Favini (ITA), Lia Chaia (BRA), Claudia Andujar (BRA), Paulo Nazareth (BRA), Maria Thereza Alves (BRA/ITA), bajo curaduría de Benedetta Casini.
El 13 de noviembre el proyecto se amplía también a los espacios del Auditorium Parco della Musica Ennio Morricone, con la participación de Marc Vilanova (ESP), Lihuel Gonzalez (ARG), Jacopo Mazzonelli (ITA), Friedrich Andreoni (ITA/DEU), Giorgia Errera (ITA), comisariado por Benedetta Casini.
Bienalsur es un proyecto que apuesta por el arte que nació diez años atrás en la Universidad Nacional de Tres de Febrero y este año fue reconocida por la UNESCO como “el encuentro imprescindible de la creación contemporánea”. Aníbal Jozami es su director general y Diana Wechsler la directora artística.
Bienalsur está presente en 140 sedes de 78 ciudades, visibiliza el trabajo de más de 400 artistas, en diálogo con los temas más acuciantes de la actualidad: problemas medioambientales, derechos humanos, migraciones, memoria, inteligencia artificial y futuros posibles. “Bienalsur nació en una universidad pública argentina como una acción geopolítica y cultural que desde hace 10 años viene trazando una cartografía transnacional del arte contemporáneo. Una cartografía que no busca ocupar territorios, sino conectar miradas, experiencias y sensibilidades”, destacó Aníbal Jozami en una conferencia de prensa en Roma de la que participó PERFIL.
“Cuando hablamos del sur, no nos referimos a un lugar geográfico, sino a una manera de pensar, un estado de espíritu no hegemónico, una posición crítica que busca ver diálogos y cuestionar las jerarquías establecidas. No se trata solo de cambiar el punto de vista, sino de cambiar la dirección de la mirada”, destacó.

Por su parte Diana Wechsler sumó que su eje es el derecho a la cultura. “Al afirmar este derecho, reivindicamos también el derecho a construir. Bienalsur parte del formato clásico de la bienal, para experimentar con una pluralidad nueva, diversa y polifónica, fundamentada en el diálogo y la experiencia compartida”.
“Buscamos pensar tanto dentro como fuera de los esquemas convencionales, razón por la cual nuestra cartografía es tan amplia y plural, uniendo todo aquello que normalmente se encuentra separado”, agregó.
Mi mortalidad debería conmoverte
En línea con las temáticas globales de Bienalsur, el proyecto expositivo “Invocaciones”, comisariado por Benedetta Casini, investiga la relación entre el ser humano y el mundo.
Todas las propuestas profundizan en aspectos relacionados con el vínculo entre diferentes seres animados que van de desde humanos, animales, hasta espíritus y piedras y la posibilidad de des- aferrarse de la “objetividad” humana y correr el eje de las miradas. Las obras se aventuran a desplazar la mirada antropocéntrica y abren la posibilidad de un pensamiento no humano, receptivo a las enseñanzas de la naturaleza y dispuesto a leer la complejidad del mundo a través de un enfoque sensorial, físico, nunca meramente instrumental.

Con esta línea de creación en la embajada de España Itziar Okariz presenta un video en el que conversa con estatuas, Florencia Caiazza acaricia un busto de piedra, Karina Aguilera Skvirsky se vuelve piedra superponiendo sus extremidades a un fragmento de roca. Caterina Morigi elige la imagen icónica del seno femenino y lo reproduce a través de la técnica de la granilla, Valentina Furian presenta videos con una cabeza de Medusa que observa al espectador con su capacidad de convertirlo en piedra.


Matteo Guidi junto a Giuliana Racco proyectan el registro del avance de un humano y una roca de Palestina a España, que se mencionó anteriormente. “La única industria que se ha mantenido ha sido la de escavar colinas y sacar piedras para la construcción”, explicó Guidi en diálogo con PERFIL. De allí surge la idea de este trayecto humano - no humano.
“Por un lado se mueve la piedra y por un lado se mueve Ibrahim Jawabre. Una carrera entre un sujeto de 68 kg. y una piedra de 24 toneladas”, relató el artista. “Se sabe que la piedra va a ganar, aunque sea pesada, no se va a hundir. Va a llegar porque es una mercancía, la pagas, hay un contrato económico en el medio y te va a llegar, mientras que a Ibrahim le rechazaron dos veces el visado, tuvo que volver a aplicar y llegó con un retraso de dos meses y medio”.
¿Has visto caer el sol?
También en esta propuesta de desarmar la perspectiva humana, el artista argentino Matías Ercole presenta “¿Has visto caer el sol?” en el Palazzo Braschi – Museo di Roma como un disparador de una pregunta distópica post humana así como Philip K. Dick se aventuró a preguntar si sueñan los androides con ovejas eléctricas.

Ercole reflexiona sobre la representación de la naturaleza salvaje de las Américas por parte de los pintores europeos del siglo XIX. Su muestra presenta una pintura colocada paralela al techo y dos pequeñas en las paredes, para plantear desde la instalación el cambio de perspectiva.
“Aquí hay un paisaje que cambia su perspectiva, no lo tenemos de frente con un punto de horizonte, sino encima de las cabezas, un poco invitando a mirar por encima y a cambiar esta idea de perspectiva tradicional, el trabajo plantea pensar un poco cómo se construye culturalmente y emotivamente la idea de paisaje”, describió el artista.

“Una parte central del trabajo tiene que ver con una investigación en torno a los pintores viajeros, que son esos europeos que fueron a representar lo que eran Latinoamérica, pero siempre con ese sesgo de exostismo”, contó.

En la misma sede Chiara Bettazzi investiga la idea de transformación y encuentro entre objetos cotidianos y elementos vegetales y construye una instalación de objetos y vegetación entrelazados junto a fotografías de flores sobre mesas de cocina que, por la composición de la imagen y el color, dan la sensación de cuerpos muertos o morgue.
Las piedras domésticadas de Juan Gugger
El fartista argentino Juan Gugger presentó en la Embajada de España, en el marco de la exposición “Mi mortalidad debería conmoverte” una propuesta inquietante. Partió de unas piedras que se mueven y se metamorfosean con una rapidez inusual y que la ciencia todavía no puede explicar.

Jugando con esa idea de “piedras vivientes” creó réplicas de esas piedras y las fotografió en situaciones cotidianas, domésticas. La imagen expuesta es de una de estas rocas junto a una heladera abierta llena de bebidas, en una cocina cualquiera.
Estas piedras vivientes se encuentran en Rumania. “Son unas piedras que tienen las características de moverse y de mutar en el tiempo y se mueven en el paisaje”, contó la curadora Benedetta Casini. “Son cosas que se están estudiando, de hecho, el sitio en donde se encontraron es patrimonio de la UNESCO porque es una cosa muy muy extraña que científicamente no se termina de entender, pero tienen como una manera de crecer casi vegetal”.
Bienalsur en la Embajada de Brasil de Roma
En la Embajada de Brasil, visiones del territorio latinoamericano son abordadas por artistas brasileños que se han afirmado internacionalmente precisamente por su trabajo sobre el tema de la identidad. Allí exponen Pamela Diamante (ITA), Ettore Favini (ITA), Lia Chaia (BRA), Claudia Andujar (BRA), Paulo Nazareth (BRA), Maria Thereza Alves (BRA/ITA), comisariada por Benedetta Casini.

El paisaje se evoca mediante referencias simbólicas —la silueta del río Tíber, hojas tropicales de la selva brasileña, aperos agrícolas utilizados para trabajar la tierra en el sur de Italia— en una aproximación corporal al concepto de lugar. En este sentido, el título de la exposición, “Ecología de contacto”, alude a una forma de relación basada en una proximidad epidérmica y empática con el oikos —el hogar o el entorno de pertenencia—, en contraposición a las representaciones objetivadoras arraigadas en la separación entre sujeto y objeto, naturaleza y cultura.
Los límites entre cuerpo y paisaje se disuelven: el sujeto humano ya no está EN el paisaje, sino que se convierte en el paisaje mismo, mediante un proceso que a veces es aditivo y a veces fusional.