"Rosario": narcotráfico, la historia de la mafia y el origen de la violencia sin fin

En Rosario pasaron cosas que no tienen precedentes. Antes de que finalizara el 2023, el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro, recibió amenazas de muerte contra él y su familia luego de endurecer medidas en las cárceles. En esa ciudad también se registran situaciones similares desde mucho antes: edificios judiciales, casas de jueces y restoranes acribillados, un gerente del Banco Nación asesinado de un tiro en el balcón de un hotel y hasta otro gobernador, Antonio Bonfatti, que salvó su vida de milagro cuando balearon su casa.

Todos estos casos, sumados a otros, son la muestra de por qué la ciudad santafesina, entre bandas ligadas al narcotráfico, asesinatos, extorsiones y secuestros, es la versión más violenta y grotesca de una realidad que se ve en otros puntos del país. Así lo profundizan los periodistas Germán de los Santos y Hernán Lascano en su libro Rosario: La historia detrás de la mafia narco que se adueñó de la ciudad, que edita Penguin Random House.

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La publicación da una visión amplia de los hechos de violencia que afectaron a la región durante años y llega seis años después de su anterior libro Los Monos, sobre la organización criminal liderada por la familia Cantero. Además de ellos, en Rosario se nombra a otros jefes narco como Esteban Alvarado, los hermanos Funes o Luis Medina. 

Los autores revelan que el fenómeno abarca mucho más e incluyen a adolescentes y jóvenes con poca expectativa para sus vidas que son empleados como "soldaditos", a policías que compiten entre sí por el dinero que deja la droga, empresarios cómplices y políticos que no pueden explicar los fondos para sus campañas.

Pero, entre otros protagonistas, la problemática también reconoce a aquellos jueces, fiscales, políticos, hombres de negocios y agentes que reaccionan y buscan una vida mejor, poniendo su vida en riesgo. En diálogo con PERFIL, de los Santos y Lascano hablaron de las particularidades que han vuelto a Rosario un distrito con los niveles de violencia que registra -258 homicidios en 2023- y como la mafia del narcotráfico se ha ido expandiendo desde la periferia pobre hacia el centro, donde el dinero sucio se mezcla con la economía formal.

Perfil: ¿Estos fenómenos de violencia se dan en los barrios más humildes o también en zonas de mayor poder adquisitivo de Rosario?

- Germán de los Santos (GdlS): Si vos ves los mapas de Homicidios del departamento todos los puntos rojos están bien focalizados en los bordes de la ciudad, en la zona sur, en el oeste, en el norte... y se ve como una especie de hueco sin puntos rojos en lo que es el área central de la ciudad de Rosario, que tiene la misma tasa de homicidios que Bruselas (Bélgica), bajísima.

- Hernán Lascano (HL): "También se registran varios homicidios en áreas degradas que están muy cerca del centro de la ciudad. La Tablada, por ejemplo, está a 20 cuadras del Monumento a la Bandera. Hay un tema que se ha analizado que es que las situaciones de violencia están alimentadas también por la claridad de los contrastes tan abruptos.

Perfil: ¿Cuál fue el cambio de foco con respecto al libro "Los Monos"?

GdlS: Lo que nosotros contamos en el libro anterior estaba focalizado más en esos bordes, en esa periferia, porque fuimos a la historia de la banda de "Los Monos". Ahora también nos ocupamos de lugares donde no hay tanta violencia, por así decirlo, y que empiezan a interactuar otros protagonistas que tienen que ver con el sector financiero informal, los eslabones de lavado de dinero, sectores empresarios, que conviven con esos sectores que salen del mundo marginal y buscan otros espacios dentro de la ciudad.

HL: Uno de los objetivos del libro es mostrar cómo esa violencia que se expresa, que es lo que llama la atención y produce gran notoriedad, tiene una conexión y un engarce con sectores que no practican la violencia pero que se benefician del excedente que esa violencia produce.

Básicamente esa violencia viene muchas veces para regular entre bandas fragmentadas quien lidera en determinado territorio, pero también produce dinero -mucho dinero- de la actividad en narco menudeo, del circuito de extorsiones -que prácticamente no deja actividad económica sin imponer este tipo de chantaje.

Perfil: ¿Por qué decidieron comenzar el libro hablando del intento de fuga en helicóptero de Esteban Alvarado de la cárcel de Ezeiza?

GdlS: Porque ahí se relaciona con otro capítulo que viene después y que el hilo entre ambos es la traición, ya que el piloto del helicóptero lo traiciona a Alvarado cuando revela el plan de fuga. En el capítulo siguiente, nosotros hacemos un salto en el tiempo, y contamos cuando Alvarado irrumpe en una chatarrería y entrega a los propios miembros de su banda a la Policía para zafar de un delito.

HL: Lo que queda expresado ahí, es el inicio de una cooperación muy fructífera entre Alvarado y las fuerzas de seguridad y el enlace de los dos capítulos viene porque este capo narco es un hombre que viene de una zona suburbana, que tiene una gran sagacidad y enorme inteligencia comercial, le permite a partir de empezar en el rubro de robo de automotores ir creciendo e involucrarse en el tráfico de drogas ya que nadie lo persigue por este delito. Esto está manifestado en investigaciones que vinieron 10 años después.

Perfil: ¿Es un hecho muy representativa de lo que ocurrió estos últimos años en Rosario?

HL: Sí, porque Alvarado generó una capacidad económica tan soberbia que le permitió justamente, cuando ya estaba encarcelado, gestionar la compra de un helicóptero, contratar un piloto y decirle 'No te preocupes lo que pueda salir el helicóptero porque yo soy un banco'. Esto contrasta con lo que decían un año antes los fiscales, que fabulaban que su verdadera capacidad económica era todo un invento.

Lo que se pone de manifiesto en esos dos capítulos es a un jefe criminal muy robusto al que la justicia no tocó durante un montón de tiempo y esos orígenes donde él pactó con un sector de la Policía para tener cobertura. 

Rosario: connivencia entre bandas y parte de las fuerzas de seguridad

Perfil: ¿En qué momento se dio este punto de no retorno de la violencia en Rosario?

GdlS: Nos lo marcan las estadísticas. A partir de 2013 hay un recrudecimiento de la violencia con el crimen de Claudio "El Pájaro" Cantero, por entonces líder de "Los Monos". Desde ese momento nunca aflojó la violencia en Rosario porque se usa como una especie de "modelo de negocios". De alguna forma les ha servido para interactuar en el territorio entre grupos que son no son grandes, no tienen capacidad logística muy importante.

Son grupos barriales que tienen un ámbito de cobertura muy chico pero que, a su vez, allí apareció la pérdida de capacidad de la Policía de ordenar ese negocio que se rompió a partir de la muerte de Cantero y que nunca más se pudo reorganizar. Es la pérdida de autoridad, pero también es la connivencia con los criminales.

Perfil: ¿Cómo son esas relaciones de connivencia entre narcos y un sector de las fuerzas de seguridad?

HL: Es un fenómeno complejo donde lo que se nota es que hay varias este organizaciones que tenían sus pactos y regulaciones internas, como la banda de Alvarado y la de Luis Medina. Hablamos con actores criminales y en un capítulo, que se llama "El confidente compartido", que es una persona que trabajó para ambas bandas, nos cuenta como una parte de la Policía Santafesina en Rosario trabajaba con Alvarado y como Gendarmería lo hacía con Medina.

En un momento en que se desató una espiral de muertes los dos dijeron 'vamos a acomodar esto porque es un delirio de sangre y afectaba la continuidad del negocio'. También pasaba que Alvarado trabaja con un sector de la Policía que eran los encargados de perseguir a "Los Monos", entonces muchas veces ocurre eso de que un sector de la fuera hace la vista gorda con una banda para perseguir a otra. Este grupo policial que trabajaba con Alvarado, donde hay un jefe policial que hoy está condenado, tenía caballos de carrera junto a Alvarado... él es muy aficionado a estas apuestas y ambos compartían un caballo.

Rosario y el Conurbano Bonaerense

Perfil: ¿Qué diferencias observan en las bandas que hay en el Conurbano Bonaerense vinculadas al narcotráfico con las de Rosario?

GdlS: La ciudad de Moreno, por ejemplo, no es muy diferente a Rosario. No hay tal vez la cantidad de homicidios que existe en algunos barrios de Rosario, pero el modelo más o menos es muy parecido. Donde sí, los pactos por ahí con la policía hacen menos visibles el fenómeno que se ve en el distrito santafesino que son esos acuerdos más repartidos, menos jerarquizados, por la propia fuerza policial.

HL: Creo que más allá que se manifiesten permanentemente fenómenos criminales muy expresivos y violentos, sobre todo en el Conurbano y últimamente en alguna zona del Sur de Buenos Aires, de alguna manera están más contenidos porque hay una regulación más eficaz de la fuerza de seguridad.

Eso es variable y varios especialistas han escrito sobre esto, como Matías Dewey y Ricardo Ragendorfer, pero quien ordena el delito básicamente en la provincia de Buenos Aires son sectores de la Policía Bonaerense, mientras que en Rosario la fuerza de seguridad local ha perdido la capacidad de imponerse, generar autoridad y ponerle ese freno a las organizaciones que dsputan en un momento en el que se necesita pacificar el territorio para que no haya inestabilidad política.

Hasta ahora, la Bonaerense ha tenido esa capacidad de restablecer la visibilidad de un orden... en Rosario, eso hace mucho tiempo que no pasa.