“2021 fue un año de la oportunidad desaprovechada de ordenar la macroeconomía”, analizó hace pocos días el economista Guido Lorenzo de la consultora LCG y añadió que no parecía ser un tema especialmente complicado “dejar de retrasar las tarifas, dar previsibilidad sobre el tipo de cambio real, aprovechar el saldo positivo de la balanza comercial para pagar deuda (comercial) con el flujo y refinanciar pasivos”.
Sin embargo pasó algo que sucede cada dos años en el país y que suele cambiar el rumbo de las decisiones políticas: las elecciones.
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“El ciclo electoral desalineó una vez más la oprtunidad”, expresó y agregó que “el costo de dejar pasar oportunidades no es sólo un mal año, sino que el esfuerzo realizado en años anteriores se desaprovecha y el requerido en los años siguientes aumenta”, explicó.
Propios y ajenos rescatan que el 2021 estuvo signado por la recuperación de la economía luego de la fuerte caída en 2020, pero también por la profundización de los desequilibrios nominales.
La actividad económica mostrará este año un crecimiento superior al 9%, recuperando gran parte del retroceso de 2020 cuando lo afectó sustancialmente la pandemia. Pero para muchos no será sostenible este crecimiento para el año que comienza.
Pero el problema viene de fondo. Para el economista Juan Llach del IAE, "la economía argentina no ha crecido en la última década y, en el último medio siglo, su ingreso por habitante cayó del puesto 25 al 60 en el ranking global. El rebote de este año 2021 no puede considerarse como “tendencia” y ocurrió, en mayor o menor medida, en la mayoría de los países, por la recesión de 2020 y por el éxito de las vacunas anti Covid", explicó.
Además, el Profesor Emérito del Área Académica de Economía del IAE Business School alertó que "Sin revertir la decadencia aumentarán la pobreza y la desigualdad y se hará negativo el saldo migratorio, con más emigración y menos inmigración, configurando un sensible deterioro de la dotación de capital humano del país".
Rebote si, pero que se mantenga el crecimiento será difícil
En la misma línea explica el despegue del año Ecolatina, cuando analiza que el fuerte rebote estuvo principalmente liderado por la reapertura de actividades y la deprimida base de comparación y también incidió el significativo shock de términos de intercambio. “Éste no sólo impulsó las exportaciones sino que permitió que se incrementen los pagos de importaciones que dinamizaron la actividad y fortalecieron la recaudación del comercio exterior”, dijo.
La producción de bienes lideró el crecimiento, y recuperó el terreno perdido en 2020. La fuerte expansión de la industria manufacturera -liderada por la producción automotriz, equipo de transporte, maquinaria y equipo, prendas de vestir, metálicas básicas y productos no metálicos- y de la actividad de la construcción explican gran parte de este dinamismo. Para los servicios, sin embargo, la expansión se ubicará por debajo del nivel general de actividad y todavía tendrá terreno por recuperar en relación a los niveles pre-pandemia.
El 2021 cierra con alta inflación, incertidumbre y recuperación
Por el lado de la demanda, Ecolatina rescata que la inversión será el componente de mayor crecimiento interanual, en función del dinamismo de la construcción, la producción de equipo de transporte y maquinaria y por el repunte de las importaciones de bienes de capital.
"Por su parte, las exportaciones mostrarán un moderado crecimiento (en cantidades) que será muy inferior al que mostrarán las importaciones. Finalmente, el consumo privado crecerá levemente por encima del nivel general de actividad, pero aún se ubicará alrededor de 6% por debajo del nivel de 2019, y será casi 15% inferior al máximo alcanzado en 2017", explicaron.
Trabajo y Empleo
La recuperación económica incidió de forma positiva en el mercado de trabajo, aunque la recuperación de la cantidad de ocupados estuvo liderada por el empleo asalariado informal y los cuentapropistas, que fue el mismo segmento del mercado de trabajo que explicó gran parte de la caída en la ocupación durante las restricciones sanitarias en 2020.
"Esta recuperación fue ayudada por la mejora en el empleo asalariado privado formal, concentrado especialmente en la industria, que ya superó los niveles previos a la pandemia (aunque siguen 5% por debajo de los niveles máximos alcanzados en 2017)", indicaron desde Ecolatina.
En cuanto a los salarios, las paritarias al inicio del 2021 estuvieron guiadas por una pauta oficial situada en torno al 30%, pero se vio rápidamente desbordada por la inflación.
"La reapertura de las negociaciones impulsó nominalmente a los salarios en la segunda mitad del año y, gracias al freno en la aceleración del nivel de precios, redundó en las primeras variaciones interanuales positivas en términos reales desde 2018", analiza Ecolatina y agrega que de esta manera, si bien el promedio anual del salario real volverá a caer por cuarto año consecutivo, a diciembre mostrarán una importante suba real, que deja arrastre positivo para 2022
La deuda del Presupuesto 2022
Otra de las grandes deudas pendientes que dejó este año fue la incapacidad de armar un presupuesto para el año próximo.
Diana Mondino, economista y Directora de Relaciones Institucionales y profesora de Finanzas de la Ucema también aludió a una oportunidad desperdiciada, en este caso por el Presupuesto 2022: "Oportunidad desperdiciada de haber empezado a enderezar a Argentina", expresó en declaraciones radiales a El lunes puede esperar.
"La gente que sabe mucho de presupuestos y lo analizó, observó inconsistencias en las variables. yo voy a algo más de base: se presentó un presupuesto con déficit a pesar que había muchos más ingresos previstos, porque se agregan más gastos, en un país que ya viene con un déficit muy importante de 2020 y 2021 por muchas razones", explicó.
"Oportunidad desperdiciada es que no estamos en este 2022 intentando resolver este déficit", refrendó la economista.
Gasto y más gasto que a Mondino le suena inconcebible. "No se puede de entrada presentar un presupuesto con déficit sin saber de dónde va a salir la plata", manifestó.
El problema de no contar con presupuesto es que el gobierno tendrá aún más "libertad" para gastar. "Al no haber presupuesto el gobierno tiene hoy más discrecionalidad de si se hubiera aprobado", manifestó la economista.
La cuestión es que el 2021 se cae del calendario y ya asoma un 2022 de desafíos. El gobierno tendrá por delante cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que gravitará fuertemente en las decisiones que se tomen.
Queda también la inflación en su acumulado anual superior a un 45% que no cede pese a los congelamientos y acuerdos de precios; en parte también porque la emisión siguió desbordada.
Un 2021 de la oportunidad desperdiciada.
Pero mejor cerrar con una visión optimista. Es interesante un concepto final que dijo Mondino: "Podemos vivir mucho mejor, es cuestión de ponernos a producir". Quizá pueda este convertirse en un mantra nacional: "Podemos vivir mucho mejor".
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