ECONOMIA
CANASTA BÁSICA

Almaceneros denuncian aumentos arriba del 9% en enero

Mientras que el Gobierno sigue apostando a desacelerar la inflación, y las consultoras privadas auguran un ritmo inflacionario por encima de diciembre; la Federación de Almaceneros Bonaerenses alertó sobre las subas muy elevadas en algunos alimentos claves como, por ejemplo, aceites y en algunos farináceos. En tanto en la CABA los precios treparon el mes pasado al 7,3% y en los últimos 12 meses las mediciones quedaron muy cerca del 100%. Economistas como Miguel Kiguel remarcaron el impacto de la emisión de deuda sobre los precios y el desafío para el próximo gobierno.

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Alimentos. Los consumidores pelean por llegar a fin de mes y el Gobierno por desinflar los precios. | NA

La diferencia de precios entre las grandes cadenas y los comercios es histórica. Se trata de la desigualdad entre los productos que se venden en los negocios tradicionales, y lo que se muestra en las góndolas de los supermercados. Son los mismos productos, pero tiene precios bien distintos que el consumidor los puede comprar en el súper o en el autoservicio de barrio, esto sumado a la problemática inflacionaria actual hace obsoleto el Plan Precios Justos.

La cuestión tiene un inevitable condimento social: en su gran mayoría, se trata de productos de consumo masivo: alimentos, bebidas y artículos de limpieza e higiene, que terminan pagándose más caro en los negocios de proximidad, que son aquéllos a los que acceden los consumidores de menores recursos, ahí está el problema para implementar el programa de Precios Justos, un plan cada vez más alejado de la realidad económica de la gente.

El presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Miguel Savore dijo, en declaraciones a Radio Rivadavia, que en enero algunas empresas se comprometieron a no aumentar un 4% y por ejemplo, en los lácteos más importantes, cumplieron, pero todas las demás aumentaron un 9%.

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Lo que es galletitas, por la quita del subsidio a la harina, en diciembre aumentó un 10%, fideos en enero subió otro 10% más, todo lo que es producto de limpieza e higiene personal aumentó un 12%. Un jabón de tocador hay que venderlo en $ 250 y un shampoo de una marca conocida a $ 800. “En la reunión que tuvimos con la secretaria de Comercio, dijimos que vemos que la gente ya no cree en estos programas, de Precios Justos. El aceite de girasol lo compramos en el mayorista a $ 360, ahora se fue a $ 799, más del doble, en el programa de Precios Justos está para venderlo en $ 400”.

Savore además, destacó: “La realidad está cuando uno va al supermercado. De qué sirve un programa que las empresas toman el compromiso, pero después no abastecen, los productos no están en las góndolas. Dentro de un programa que tiene más de 1.800 productos, productos de alta rotación como el agua mineral, el azúcar está para vender a $ 200 cuando nosotros de costo lo pagamos a $ 230”. Sabemos que cuando hay esta diferencia de precio alguien no va a mandar el producto a góndola”.

Por último agregó: “Las empresas en otros países funcionan bien. Respetan los tres aumentos por año, saben lo que tienen que producir, acá es el reino del revés. El problema se lo pasan al consumidor que es nuestro vecino, de una clase media que está cada vez más destruida”.

Justamente, para la clase media, los precios de los servicios suben más rápido que los bienes en general en la Ciudad de Buenos Aires.

La inflación de enero, según marcan las consultoras, en la Ciudad fue del 7,3% y quedó a unas décimas del 100% interanual que se estima será inevitable en los próximos meses. Pero analizando hacia adentro ese número se puede ver un fenómeno que complica cada vez más a la clase media porteña. La típica familia de clase media, que puede salir un fin de semana a un cine, a comer en un restaurante, pagar una prepaga o irse de vacaciones, es la que más está sintiendo las subas de los rubros pertenecientes a los servicios.

Otro factor que hace débil a nuestra economía es la situación de la deuda externa, la inflación y la falta de productos. Sobre estos temas habló Miguel Kiguel, economista y director de Econviews, dijo que por la situación de la deuda externa argentina, el principal problema es la desconfianza: “Casi todos los países del mundo emiten deuda en su moneda. Nosotros tenemos un problema estructural y es que el peso no es un instrumento de ahorro”.

El especialista aseguró que el país tiene un problema estructural, y que la poca credibilidad del peso argentino hace que una deuda que “no es enorme para el tamaño de un país normal”, sea “enorme para la situación argentina”.

Sobre los desafíos para el próximo gobierno, el economista aseguró que si llega la oposición “va a encontrar una forma de solucionar este aumento en la deuda, sin que esto se transforme en un tema que desestabilice la economía”.

Por otro lado, consideró que “los verdaderos problemas de los argentinos son la inflación, la pobreza y el estancamiento”, y que para mejorar la calidad de vida de la población es importante que el Gobierno se muestre “muy responsable en lo fiscal y en el gasto público”, evitando usar este último “como un instrumento electoral”.

 

Colaboró Agustina Bordigoni.