El 61° edición del Coloquio de IDEA abrió este miércoles en Mar del Plata, en un contexto condicionado por la incertidumbre global, el quiebre geopolítico ante el ascenso del continente asiático, y la necesidad —urgente— de definir el rumbo económico de Argentina. Con la ausencia del presidente Javier Milei, quien decidió no asistir al foro por cuestiones "de agenda" y delegó su representación en el vocero presidencial Manuel Adorni, el empresariado comenzó a discutir qué lugar debe ocupar el país en el nuevo orden mundial y qué reformas internas necesita para jugar "ese partido".
"Necesitamos competir", dijo con contundencia Mariano Bosch, CEO de AdecoAgro y presidente del Coloquio, en la apertura del evento del que participa PERFIL. Su mensaje sintetizó el tono de un foro multitudinario que, durante los próximos días, estará lejos de centrarse solo en la coyuntura electoral o el ajuste fiscal, sino en trazar lineamientos sobre cómo posicionar a la Argentina frente a los desafíos de una economía internacional cada vez más fragmentada.
Incluso si esta visión "más amplia" de la política global, que reconoce el ascenso de actores que están cambiando el sistema internacional occidental y "liberal", contrasta con la estricta directiva de la agenda exterior de La Libertad Avanza, basada en el alineamiento estratégico con Estados Unidos. Este fue uno de los temas recurrentes en los pasillos del Hotel Sheraton de la ciudad costera, sede del Coloquio, en medio del impacto que siguió a los dichos del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, respecto a la eventual ampliación del "rescate" argentino a 40.000 millones de dólares.
Coloquio de IDEA: “Está un poco devaluado en presencia de funcionarios nacionales”
El centro del debate del primer día del Coloquio estuvo dominado por dos ejes: el realineamiento del sistema internacional entre dos lógicas con valores diferentes (Estados Unidos y Asia, con China como protagonista); y el atraso estructural que arrastra el país en términos de productividad, innovación tecnológica, reglas de juego y condiciones para exportar. En ese punto confluyeron dos de las demandas más importantes para convencer al establishment a invertir: reforma laboral e impositiva. Más el costado institucional, en función de la demanda de "reglas claras" y "previsibilidad" necesarias para generar confianza.
Desde el establishment todavía respaldan el alineamiento del oficialismo con Washington, en función de la necesidad de "fomentar la confianza" para generar condiciones de inversión. Sin embargo, no le escapan a la coyuntura geopolítica, en función de la competencia con Beijing. Tanto que esta dicotomía y la inserción de Argentina fueron protagonistas del inicio del Coloquio: el "regreso" del gigante asiático como superpotencia, el revisionismo ruso (una suerte de reacción al sistema heredado post caída del Muro de Berlín), la implosión del orden liberal y la crisis del modelo de democracia occidental.
Estos puntos fueron parte del análisis de Manuel Muñiz, el experto en relaciones internacionales y rector de la IE University, quien describió el escenario actual como un “punto de inflexión histórico” tan decisivo como el fin de la Guerra Fría. "No es solo un ascenso, es el regreso de potencias que durante siglos lideraron la economía global. Y Argentina debe entender en qué cancha está jugando", apuntó en el panel inaugural del primer día del Coloquio.

En ese marco, la agenda de IDEA se propuso ir más allá de la crítica recurrente al déficit fiscal, el marco laboral o al sistema tributario. La clave, insisten los organizadores, es construir una “locura por la productividad” y una hoja de ruta que permita a las empresas competir —y colaborar— en un mundo hiperconectado, pero también fracturado. “Las reglas del partido pueden cambiar, pero primero hay que saber a qué se está jugando”, sintetizó Bosch, al reclamar reformas laborales, previsibilidad impositiva y una justicia más eficiente.
Lejos del tono tecnocrático, el Coloquio también apeló a lo "emocional" y al ejemplo del deporte. La participación de Javier "Pupi" Zanetti, reconocido por la ONU por su trabajo social, introdujo la idea de esfuerzo, resiliencia y sentido de equipo como parte del ADN necesario para salir adelante. “Para ganar, primero hay que saber perder”, dijo el exfutbolista y actual dirigente, al sumar otro paralelismo entre deporte, política y economía como también realizó recientemente Donald Trump al invitar a Gianni Infantino, presidente de FIFA, a la firma del acuerdo de paz en Egipto.

Scott Bessent anunció que la ayuda total para Argentina alcanzaría los US$ 40.000 millones
La agenda del 61° Coloquio de IDEA
El 61° edición del Coloquio de IDEA presentará la visión del empresariado argentino respecto al rumbo del país y sus demandas para fomentar la competitividad. El encuentro consistirá de paneles para abordar las problemáticas que aquejan al sector y convocará a funcionarios del gabinete, encabezados por Manuel Adorni, quien reemplazará a Javier Milei luego de que declinara su participación en el cierre del Coloquio; y gobernadores “dialoguistas” como Maximiliano Pullaro, Ignacio Torres, Rogelio Frigerio, Martín Llaryora y Alfredo Cornejo. Por su parte, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), finalmente participará de manera virtual según supo este medio; al igual que el ministro de Economía Luis Caputo.
Bajo la consigna "Juega Argentina. A competir, producir, innovar", IDEA busca promover un debate sobre competitividad, institucionalidad, empleo, impuestos e innovación. En su hoja de ruta, la entidad subraya la necesidad de reducir costos y modernizar estructuras, una agenda que incluye reforma tributaria y laboral, la eliminación de trabas burocráticas, las mejoras en infraestructura y servicios públicos y la promoción del sector financiero.
Las medidas, sostienen, no son "necesarias" sino "urgentes". La visión empresaria también reclama avanzar con consensos amplios en materia de reformas y estabilidad macroeconómica, pero también "revisar los acuerdos" con los sindicatos, impulsar reformas educativas y fortalecer la Justicia para garantizar instituciones más eficaces, transparentes y confiables.