El Gobierno admitió que el cepo al dólar y la brecha cambiaria entre el oficial y los alternativos se “filtraron” en la inercia inflacionaria y provocó un piso del 6% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Ese escenario pondrá tensión a la medición de marzo, que desde algunos despachos oficiales ya anticipan por encima del 7%, y que comenzó a desmoronar el plan del 60% presupuestado por el equipo económico de Sergio Massa.
Una alta fuente del quinto piso del Palacio de Hacienda admitió, ante PERFIL, que la meta inflacionaria ya no es sólida, debido a que deberá recorrer un sendero de caída muy fuerte para poder cumplirla. “Seguimos enfocados en el plan, pero la realidad nos mostrará si será factible”, sostuvo el funcionario consultado. De hecho, señaló que el IPC debería navegar en torno al 4% mensual para lograr cumplir con el programa, pero que “se está atravesando un régimen de inflación alta, del orden del 6% mensual”.
Las fuentes consultadas se lamentaron por las remarcaciones en febrero, aunque aclararon: “La situación fiscal no es buena, pero no está en línea con una inflación tan desordenada”. En Economía consideraron que existen elementos inerciales que le pusieron calor a la inflación del verano: los altos márgenes empresarios generados por la brecha cambiaria; los ajustes salariales; la indexación de la economía; y las incidencias estacionales del clima, con eje en la sequía, aunque también por la ola de calor.
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De hecho, en el círculo más cercano a Massa creen que el efecto carne, con una suba en torno al 19% dentro del rubro, fue el que desequilibró el IPC de febrero. También señalaron que la liberación de los precios que estaban congelados hasta enero les generó un dolor de cabeza al equipo económico, que volaron por encima del 5% promedio, cuando el acuerdo era del 3,2%. Según el sendero previsto, el acumulado de noviembre a febrero, debería haber sido del 16,9% promedio, pero perforó el 18%.
Dólar-soja + emisión: inflación
En el Palacio de Hacienda está en análisis los efectos macroeconómicos que presionaron sobre la inflación. Por caso, para compensar el diferencial del dólar-soja se generó un efecto emisión que presionó sobre el dólar paralelo que impactó en la brecha cambiaria. “Es muy dañina en los precios, y fue filtrándose en los precios”, se lamentó un funcionario del quinto piso.
“La restricción cambiaria y la brecha generaron incentivos para que el paralelo sea un referente para los que ponen sus propios dólares para pagar o por efecto expectativas. La brecha genera márgenes mayores por las dudas y eso provoca que se filtre en el sistema de precios, muchos de los cuales se fijaron más altos que la referencia del MULC”, sostuvo la fuente consultada.
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A pesar del revés de febrero, que confirmó la inercia alcista iniciada en noviembre, el equipo económico mantendrá “el sistema de juego”. “Cuando el partido te va mal, hay que asumirlo. El sistema de juego es bueno, pero no nos queda más remedio que seguir trabajando hasta que haga efecto. Venimos trabajando en el acuerdo con el FMI, sosteniendo la meta fiscal, sabiendo que es complicada. La sequía es un factor que complica mucho. Menos dólares, menos importaciones, menos actividad y e impacto en alimentos”, señalaron en el entorno de Massa.
Marzo, con efectos inerciales en la inflación
Según pudo saber este medio, el equipo económico ya tenía alertas de datos negativos en el IPC e, incluso, tiene el paraguas abierto ante la aceleración de precios de marzo, ya que contará con “efectos inerciales”. Aún así, en la Secretaría de Comercio, que maneja Matías Tombolini, pretenden domar las remarcaciones dentro del universo de los productos regulados en Precios Justos. Se espera que estén en el orden del 3,5%, según otra fuente consultada.
El problema que enfrenta Tombolini es el aumento de la brecha entre el canal tradicional y los modernos. Allí el conflicto está en la libertad de remarcaciones que tienen los comercios de cercanía, a donde la industria suele volcar más productos, porque no alcanza el plan antiinflacionario; a diferencia de los supermercados, en donde aún con los acuerdos rompieron la barrera de los permisos firmados.
Lo que sí descartaron desde el entorno del secretario de Comercio es una fuga de empresas del programa Precios Justos, debido a que “no está volando la estructura de costos” de las empresas que participan del esquema. “Sólo hay picos muy marcados, que responden a cuestiones estacionales”, señalaron.
Acuerdo con el FMI y señales al mercado
Massa confía en que la revisión del acuerdo con el Fondo Monetario tenga un efecto en las expectativas. El guiño a favor por el sobrecumplimiento del recorte fiscal y la promesa de seguir con el ajuste buscó ser una señal hacia el mercado.
“La señal más fuerte es la de mantener las metas con el FMI, que está en el presupuesto. En un momento muy agitado por la sequía, se creía que no se iban a respetar. Esa es una señal fiscal de fortaleza. Hemos decidido mantener la meta fiscal en este contexto fuerte. Es bastante fuerte la señal que estamos dando para bajar las incertidumbres, para encontrar la convergencia”, destacó la fuente del quinto piso del Palacio de Hacienda.
AM / ED