ECONOMIA
ECONOMISTA DE LA SEMANA

El costo de endeudamiento: bajando la fiebre

Las urnas dejaron una señal relevante para los mercados: una mayoría que, aun con matices, habilita continuidad de reformas y un Congreso con capacidad para sostener vetos ante leyes que atentan contra el déficit fiscal. Esa lectura política redujo el “ruido” que venía encareciendo el financiamiento argentino. La reacción fue inmediata: rally de bonos y acciones, apreciación del peso y compresión del riesgo país. Es lógico, cuando crece la gobernabilidad de un país que quiere hacer reformas estructurales y ser fiscalmente responsable, la consecuencia va a ser una buena reacción de los mercados.

Una de las buenas consecuencias que trajo el buen resultado de LLA en las urnas es que se redujo el costo de endeudamiento para Argentina. Aclaremos el concepto de qué entendemos por “costo de endeudamiento”. Cuando un país necesita endeudarse en los mercados financieros internacionales, debe pagar una tasa que posee dos componentes: 1) la tasa libre de riesgo (se usa de referencia la fed funds de Estados Unidos) más 2) el riesgo país (el riesgo propio de cada país). Dado que Argentina tenía un riesgo país extremadamente alto, se le volvía imposible poder financiarse en los mercados financieros. Luego del resultado electoral, esta “fiebre” bajó. Si bien aún no alcanza, se está cerca de poder volver a los mercados internacionales.

Más aún, estos días ocurrieron dos cosas casi al mismo tiempo. En primer lugar, el resultado electoral favorable hizo que el riesgo país cayera de 1.000 puntos básicos (p.b.) a alrededor de 650 p.b. Ese riesgo que desapareció es el riesgo asociado a la incertidumbre política que se estaba viviendo. Por otro lado, la Reserva Federal de Estados Unidos redujo su tasa de interés al rango objetivo de 4%. De esta manera, si tomamos la tasa de Estados Unidos en 400 p.b. más los 676 p.b. del riesgo país (dato al jueves 30 de octubre), el costo de endeudamiento de Argentina es la sumatoria de ambas: 1.076 p.b., lo que significa un costo de endeudamiento de 10,76%. Como mencionábamos, todavía alto para volver a los mercados internacionales. Ahora bien, previo a las elecciones este costo de endeudamiento rondaba el 15%.

Para que Argentina pueda volver a los mercados internacionales, el costo de endeudamiento debería bajar unos 300 puntos básicos adicionales. Con la elección de octubre, se logró eliminar el riesgo político. Ahora, se debe trabajar en reducir el riesgo económico. Aquí principalmente hay dos factores claves. Uno es la acumulación de reservas internacionales. Idealmente debería comprarlas el Tesoro Nacional ya que es quien tiene que pagar deudas. En la medida que el Tesoro Nacional puede comprar dólares, estará mostrando mayor capacidad de pago y, por ende, bajando el riesgo país y el costo de endeudamiento. Por otro lado, si el oficialismo adopta una estrategia dialoguista con parte de la oposición que quiere que las reformas se hagan, entonces hay una oportunidad interesante de que se puede promover algunas de las reformas estructurales pendientes. De ocurrir esto, también bajaría el riesgo país. Por eso es sumamente importante que el oficialismo adopte una actitud más bien conciliadora que confrontativa.

Por el otro lado, lo que haga la reserva federal de Estados Unidos, no lo podemos controlar. Esta semana nos jugó a favor con una reducción de la tasa de interés libre de riesgo, pero Argentina debe poner su parte para continuar reduciendo el riesgo país.

La oportunidad existe y el momentum juega a favor. Recordemos que las RIGI estarán vigentes hasta julio de 2026. El buen resultado electoral hace que los inversores que están analizando si invertir en Argentina comiencen a pensarlo aún más. Si adicionalmente el gobierno muestra vocación de diálogo y que irá por las reformas estructurales y esto se vuelve creíble, no es de extrañar que algunas inversiones apliquen al RIGI, lo que además generaría ingreso de dólares y tranquilidad en el mercado cambiario. Argentina se encuentra ante la oportunidad dialoguista de dejar atrás el obstáculo de los altos costos de endeudamiento y comenzar su punto de inflexión hacia un crecimiento sostenido si se comienzan a realizar las reformas estructurales.

*Economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.