El economista Ricardo Arriazu, uno de los más respetados y escuchados por el presidente Javier Milei, calificó como “una tontería, pero moderada” a las recientes medidas cambiarias adoptadas por el Gobierno.
Este lunes 15 de diciembre, el Banco Central anunció que actualizará el piso y el techo de las bandas cambiarias en función de la inflación, en lugar del 1% mensual que venía aplicando desde marzo de este año.
Durante un encuentro con inversores, Arriazu expresó: “Soy enemigo de las bandas, cuando se mueve el dólar se mueve todo”. El economista afirmó que con el mecanismo previo de crawling peg del 1% que estuvo vigente hasta marzo, "se compraron 25.000 millones de dólares en reservas, la actividad creció al 11%. Con la banda se duplicó el riesgo, hay más inflación y no se compró un dólar de reservas”, sostuvo.
Arriazu remarcó que la principal consecuencia del nuevo régimen es el aumento de la incertidumbre. “La incertidumbre tiene un costo”, advirtió, al tiempo que consideró que los cambios en las reglas cambiarias afectan las decisiones de inversión.
La ayuda de Estados Unidos
En ese contexto, destacó el respaldo financiero de Estados Unidos como un factor clave para sostener el programa económico. “Argentina estaba en el medio de la pulseada y llegó la caballería de Estados Unidos. Nos dieron un swap de US$ 20.000 millones. En el Tequila de 1995 solo fueron 1.000 millones de dólares”, comparó.

Además, diferenció ese acuerdo del swap con China: “Este swap no tiene nada que ver con el de China, que dibuja las reservas. Este es de libre disponibilidad y lo tengo para cuando lo necesite, para problemas de liquidez como una apuesta contra el peso o el pago de la deuda”.
Según Arriazu, “Argentina debe ser el único país que con buenos números macro tiene diez veces el riesgo país de Uruguay y Paraguay, por nuestro prontuario”.
“La gente quiere saber qué vamos a hacer, si vamos a pagar la deuda: 'Show me the money”', dijo, aunque consideró que el escenario actual presenta una diferencia clave respecto de crisis anteriores. “Esta vez es distinto, porque no hay déficit”, concluyó.
Finalmente, el economista reveló que redujo su estimación de éxito del plan económico: pasó de un 70% a cerca del 50%, debido principalmente a los riesgos que introduce la política cambiaria.
LM / EM